¿Cuáles son los sacrificios y rituales que harás para este Mundial?

Por Sergio Pérez Gavilán

Compartir
Compartir articulo
Imagen vía Wikimedia Commons, por Copa2014
Imagen vía Wikimedia Commons, por Copa2014

Le preguntamos a la gente y queda claro que ver el Mundial incluye entrega, gambetas y mentiras.

Hablar del Mundial no es un juego. Cuando es la hora de la verdad y toca un partido de la selección en un Mundial, al menos en mis cortos 24 años de vida y 7 mundiales de los que tengo memoria, he escuchado que la gente deja de ir a funerales, planea con semanas de antelación y bebe sin parar durante un mes entero porque simplemente para eso se hace el Mundial: para celebrar que algo puede ser más importante que la cotidianidad.

La pasión de un verdadero aficionado –o de uno que no tanto– puede verdaderamente llegar a rebasar la racionalidad que, según se dice, tanto distingue a la humanidad del reino animal. Y, bueno, es genial recordar que somos animalitos y nos encanta ver el espectáculo de otros animalitos peleando. Solamente es necesario prender la llama, empaparse un poco de lo que significa y, de repente, sin darte cuenta y sin aviso, realmente estás sufriendo cada vez que el equipo rival se acerca a la portería.

Tratando de darle voz a quienes más sufren o planean su vida durante el Mundial, le pregunté a ciertas personas las locuras que han llegado a hacer con tal de no perderse un partido y que hacen ahora en Rusia 2018.

Putin estará observando. Imagen vía Wikimedia Commons, por Kremlin.ru
Putin estará observando. Imagen vía Wikimedia Commons, por Kremlin.ru

Fernando, 32 años

Para este Mundial tengo completamente contemplado "enfermarme" durante las fases de eliminatorias. Desde que tengo memoria no me pierdo un sólo partido a partir de octavos y este año no será diferente, aún así que me tenga que escabullir en el trabajo o andarlo viendo en la computadora cuando me hago güey con mis jefes. Por favor, no digas mi profesión, es delicado.

Yo creo que lo más loco que he hecho fue tirar una relación a la basura por el Mundial. En 2006, por alguna maquiavélica razón, mi novia decidió que la mejor idea para el partido México vs Irán era verlo con ella, sus suegros y su hermano pequeño – un nefastete de 7 u 8 años que nunca nos dejaba en paz. En esa época estaba descubriendo la mota por primera vez y ¿qué te puedo decir? Me esperé hasta el día del partido para salir con la sorpresa de que según me sentía muy mal del estómago para escaparme con mis cuates y fumar con ellos. Apagué mi celular durante todo el partido y luego, por frito, no lo volví a prender hasta bien entrada la tarde. Resulta que, obviamente, no me creyó y a partir de ahí todo se fue en picada. El insulto de querer ver el fútbol con mis amigos y un porro en la mano, en vez de hacerlo con mis suegros fue demasiado grande. Admito mi culpa en haber mentido, pero ni modo así fue. No duramos ni para la final del Mundial.

Beatriz, 30 años

Como cábala, cuando juega la selección, me pongo mi playera del matador (Luis Hernández) de Francia 98 y siempre le doy un trago a mi chela justo cuando va a empezar el partido. El horario de este Mundial por supuesto hará bien difícil que se pueda cumplir con la segunda parte, aunque si se pudo en Sudáfrica nada es imposible –chance y sólo llegar al quinto partido, eso me parece más perrón.

La verdad es que no recuerdo ninguna vez que haya tenido que hacer algo demasiado loco para no perderme un partido. Me gusta ser muy organizada así que es rarísimo que no llegue a tiempo o que me surja un imprevisto cuando todos saben que mi mundial no se toca. Lo único que se me ocurre es haberme volado días de clase o algo así.

Gabriel, 25 años

Ya no lo hago, pero cuando era chico siempre me ponía el uniforme completo de la Selección. Me ponía la playera, las calcetas, tacos, shorts y unos calzones verdes que para mí representaban el amor a la patria. Ahora me conformaré con ver los partidos en familia al lado de un plato de chilaquiles y un jugo de naranja. Casi siempre vemos los partidos juntos así que no veo porqué esta vez sería diferente.

Juan, 55 años

He pensado mucho en qué hacer. Para empezar, tenía muchas ganas de ir, y el destino no me lo permitió. Así que ahorita, la verdad, no me queda claro. De perdida tengo fijados un par de desayunos con clientes en lugares que sé que van a estar poniendo el Mundial. Los días que juega México es otra cuestión, ahí sí me paro. No hay trabajo ni vida: sólo fútbol. Ya no me importa que jueguen mal, bien o se anden cagando, esta ya es una cuestión de orgullo.

No quiero ahondar mucho, pero lo que hice hace un par de mundiales fue tanto un gran logro como error. La boda de oro de mis suegros iba a ser en Cuernavaca [ciudad del estado de Morelos, ubicada a una hora de la Ciudad de México] y yo no iba a permitir que eso se interpusiera entre yo y los juegos del Mundial, así que tomé un momento oscuro y lo convertí en luz: agendé un viaje para justo ese fin de semana con más de un mes de antelación, cancelé mi asistencia a la boda y me quedé 3 maravillosos días armando fiesta y viendo fútbol en mi casa. "Mejor pedir perdón que permiso", pensé, pero reconozco que fue una completa estupidez y estoy algo arrepentido. Un recuerdo agridulce.

Raúl, 25 años

Este Mundial me emociona mucho porque a diferencia de otros años, no estaré trabajando y seré libre de ver todo lo que pueda por cuanto tiempo quiera, hasta los partidos de hueva me los voy a echar. Ya estoy organizando un par de cosas con mis cuates, como para el partido contra a Alemania, vamos a ir a una terraza en el centro a beber desde temprano.

En el Mundial pasado estaba trabajando en un campamento para niños afuera de la ciudad, y ahuevo querían que nos pusiéramos a hacer actividades durante el partido de México contra Brasil. No íbamos a dejar que eso sucediera así que con los demás guías del campamento organizamos una búsqueda del tesoro de 90 minutos que no llevaba a ningún lado y todas las pistas estaban vacías e inconexas. Fue un gran logro, la neta.

Publicado originalmente en VICE.com