Consejos de una mujer a la que le han pedido matrimonio nueve veces

Por Claire Sullivan

Compartir
Compartir articulo
Illustración de Ashley Goodall.
Illustración de Ashley Goodall.

Esa mujer es mi madre.

Tengo 25 años y estoy soltera. He tenido muchos novios, pero ahora estoy sola otra vez y me estoy esforzando para encontrar lo mismo que he estado buscando desde que tenía 15. Independencia, valorarme a mí misma y tener a alguien que me abrace en las noches frías.

Me acuerdo de que, cuando tenía 18 años, salí con un chico inglés muy bajito. Acabamos yendo a su casa y encendió unas velas, sirvió dos copas de vino tinto, y puso canciones de Joanna Newsom de fondo desde su ordenador de mierda mientras practicábamos sexo. Fue asqueroso. Puede sonar raro, pero dudo que mi madre se hubiera acostado con él si hubiera estado en la misma situación. Es más inteligente que yo. Ella hubiera visto las velas y el peligro que representan y se hubiera ido. Se hubiera sentido bien sabiendo que no se tenía que acostar con él para sentirse realizada.

Lo sé porque a mi madre le han propuesto matrimonio nueve hombres diferentes en su vida. Solo se casó con uno —mi padre— y a día de hoy siguen juntos. Sin embargo, más allá de su vida amorosa, mi madre es una de las personas más felices que conozco. A veces pienso que podría ser feliz si me valorara a mí misma lo suficiente como para rechazar a algunos hombres. Así que hablé con ella para saber cómo lo hace para que morir sola no le preocupe.

VICE: Hola, mamá, yo creo que eres la mejor. Pero explícanos un poco sobre ti. ¿Te describirías como feminista?
Claro, soy feminista. Soy feminista desde la segunda ola de la generación del baby boom, pero con perspectivas diferentes. Soy psicóloga infantil y tengo un máster en Educación por la Universidad de Tasmania.

Quería hablar contigo porque a veces siento que necesito tener una relación para ser feliz. ¿Qué piensas de eso? Creo que es una locura. Las relaciones son como un extra. A menos que seas feliz contigo misma, una relación no te hará feliz. He visto a varias mujeres jóvenes tratando de hacer que sus relaciones sean permanentes. Intentan buscar su sentido de la vida en otra persona, en lugar de buscarle un sentido dentro los intereses de uno mismo.

Entonces tú crees que la independencia es importante.
Es muy importante. Y creo que cuanto menos independiente seas a los 20, más probabilidades tienes de terminar en una relación en la que tú seas quien acabe cediendo.

Sí, bueno, es fácil decir eso cuando nueve hombres se te han declarado. ¿Crees que tu independencia es lo que le gusta a las personas de ti?
Tal vez. Solía tener el cabello rojo oscuro. Mis amigos me decían: "Siempre tienes a alguien revoloteando a tu alrededor". Y supongo que sí. Pero principalmente fue porque le di prioridad a mi independencia, y no estaba desesperada por conocer a alguien.

Pensaba: "De verdad me gustaría conocer a alguien", y luego veía a hombres sin dientes, con el cabello desaliñado, con sobrepeso y que apestaban a tabaco, y me dije, mejor me quedo con el gato. Me hace feliz compartir la cama con el gato. Él me hará más feliz que nadie.

Cuéntanos las nueve propuestas.
Bueno, dije que sí a tres, pero sólo me casé con tu padre. Y la primera persona, en realidad, no me propuso matrimonio. Me dijo que su madre le había dicho que me propusiera matrimonio… 30 años después, después de la muerte de su madre, resultó ser gay. Éramos buenos amigos, pero ahí se acabó. A veces nos besábamos en la iglesia.

Los lectores tal vez piensen que la iglesia no va con tu estilo. ¿Siempre has sido católica?
Sí, pero durante un tiempo pensé en unirme a la Iglesia anglicana. También salí con un padre anglicano. Él no me propuso matrimonio, pero terminó en la cárcel.

¿Quién fue el siguiente que te propuso matrimonio?
Al siguiente, de hecho, le dije que no. Estábamos en el último año de la universidad. No estaba segura de que fuera la persona correcta. Tenía muy mal genio; eso me puso nerviosa y le dije que no. Así que le rompí el corazón. Para él fui la peor. De todos los corazones que he roto, el suyo fue el peor.

El siguiente fue un hombre africano; me dijo que Dios le había dicho que se casara conmigo. A lo que yo contesté: "Qué curioso, porque Dios no me dijo que me casara contigo, así que creo que no va a funcionar". Era muy fundamentalista y no tenía espacio para perspectivas feministas.
El que vino después estaba borracho cuando me lo pidió, y le dije, "pregúntame mañana cuando estés sobrio, y tal vez me lo piense". Era un amor, pero éramos amigos y nada más. De verdad que no éramos más que amigos.

Y al próximo le dije que sí. Tenía 35 años, y se llamaba Ned. Me propuso matrimonio en un crucigrama. Fue muy raro. Y después se arrodilló y me lo pidió, y yo le conteste: "Vale, sí". Y unos tres meses después cambió de opinión. Como si se acabara de despertar y decidiera cambiar la avena por cereales para desayunar.

Al último hombre que me propuso matrimonio antes de tu padre le dije que sí, y estuvimos comprometidos oficialmente, pero era muy complicado. Fui con él de voluntaria a un hospital psiquiátrico en Londres. Al final del viaje me dijo que la relación no iba a funcionar. Ojalá me lo hubiera dicho antes de que gastara todo ese dinero y me hiciera pasar un momento horrible.

¿Cómo supiste que papá era el correcto?
Solo hacía una semana que conocía a Adrian antes de que me dijera: "Creo que deberíamos casarnos". Le dije: "Sí, me parece lógico". Bueno, sentía como si lo conociera desde siempre porque teníamos mucho en común.

¿Qué es lo que has aprendido de las relaciones y del matrimonio?
Steve Biddulph [educador, autor, y psicólogo parental] dice que tiene que haber una atracción entre "dos cabezas, dos corazones, y dos genitales". Y creo los tres son bastante importantes para que una relación tenga éxito. Porque si realmente alguien te importa, pero sus valores son atrozmente diferentes a los tuyos, entonces solo causará problemas.

Cuando estaba en la universidad leía a Germaine Greer [escritora feminista australiana]. En ese entonces, el feminismo era nuevo y emocionante, y me negaba a depilarme las piernas para complacer a los chicos. También me convertí en pacifista, que encajaba bien con mi feminismo. Tenía una amiga encantadora que era una feminista más mayor que yo en Australia, y solía decir que ser feminista no significa excluir el amor; solo significa encontrar a la pareja adecuada que acepte la igualdad.

He aprendido que si eres la pareja correcta con la actitud correcta, y si estás preparada para comunicarte, entonces funcionará. También es importante no tener ningún miedo en una relación. Tenéis que ser amigos.

Me gustaría encontrar a alguien que también sea mi amigo.
Sí, pero que no cunda el pánico. No conocí a Adrian hasta que tenía 38 años, y aun así formamos una familia. Todavía pasamos buenos momentos. No hay prisa. Me alegro de no haberme casado con ninguno de los otros; creo que pasar por un divorcio sería horrible. Tengo mucha confianza en mí misma, sí, en parte es eso —confiar en que estás tomando las decisiones correctas. Todos somos mucho más felices si nos centramos en no negarnos a nosotros mismos y a nuestros valores. Pero esto se hace más fácil conforme envejecemos.

¿Tienes algún consejo para cuando te rompen el corazón? Todo el mundo dice: "Solo es cuestión de tiempo".
Sí, sé buena contigo misma y tómate tu tiempo. Y sé que lo superarás. Llora cuando quieras. Escríbele [a tu ex] una carta diciendo lo malo y terrible que es y luego rómpela.

Aunque, tal vez en tu época era más común que te propusieran matrimonio. ¿También le pedían matrimonio a tus amigas?
No, a ninguna de mis amigas les propusieron matrimonio tantas veces como a mí. Se me había olvidado que soy una femme fatale.

Gracias, mamá.

Publicado originalmente en VICE.com