La vicepresidente de Colombia, sobre la retención de Jorge Ramos por parte del régimen chavista: "Se salvó de convertirse en otro Jamal Khashoggi"

La retención del periodista mexicano Jorge Ramos y de su equipo de Univisión por el régimen de Nicolás Maduro en el Palacio de Miraflores provocó una fuerte ola de repudio a nivel internacional. Este martes, Marta Lucía Ramírez, vicepresidente de Colombia, comparó la situación que vivió Ramos con el caso del periodista saudita, Jamal Khashoggi, quien fue asesinado en el consulado de su país en Estambul, Turquía.

"Se salvó de convertirse en otro Jamal Khashoggi", aseguró la mandataria, a través de su cuenta de Twitter.

Y agregó: "Los jóvenes indígenas asesinados por los colectivos y los que perdieron sus ojos por la acción de perdigones de colectivos el sábado, no lo lograron".

Ramírez, por su parte, expresó su "solidaridad" a Ramos y denunció que "el castro-chavismo mata y reprime y es aliado de criminales de todos los colores".

La retención de los periodistas de Univisión que produjo el mismo día de la cumbre del Grupo de Lima, que se celebró en Bogotá. El presidente colombiano Iván Duque ofició de anfitrión y durante su exposición volvió a condenar a la tiranía de Nicolás Maduro.

"La situación que vive Venezuela no es como la quieren plantear, un dilema entre guerra y paz; el verdadero dilema es la continuación de la tiranía o el triunfo contundente de la democracia, de los derechos humanos y de las libertades", manifestó el jefe de Estado.

"América Latina, el hemisferio y el mundo entero se unen hoy para decir que queremos una Venezuela libre, próspera y democrática, donde nunca más el terrorismo de Estado, las armas y la complacencia con el crimen tengan cabida", añadió.

Duque reiteró su llamado a las Fuerzas Armadas de Venezuela a ponerse "del lado correcto de la historia y brinden su lealtad a la Asamblea Nacional y al presidente Juan Guaidó, para que la dictadura llegue a su fin".

El caso Khashoggi

El ex periodista del Washington Post fue asesinado el 2 de octubre pasado en el consulado saudita en Estambul, donde había acudido a hacer un trámite administrativo.

Tras negar inicialmente el asesinato, las autoridades saudíes hablaron primero de una "pelea" que acabó mal, antes de afirmar que el periodista de 59 años murió durante una operación no autorizada y sobre la que el príncipe heredero Mohamed Bin Salmán no había sido informado.

Sin embargo, el monarca aún hoy es foco de acusaciones por la brutal muerte de Khashoggi, quien fue descuartizado.

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