La fascinación interminable con Mike Tyson

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Especial para Infobae de The New York Times.

No debería sorprendernos que este verano llegue un nuevo proyecto de Mike Tyson a las tiendas.

El más reciente, titulado simplemente “Mike Tyson”, llega el 6 de septiembre y se trata de una colección de fotografías de Lori Grinker, que siguió al boxeador durante más de una década, desde 1980.

La próxima semana, Hulu estrenará su serie biográfica titulada “Mike”, un recuento dramatizado de la vida bajo los reflectores del excampeón de los pesos pesados. Tyson ha criticado a Hulu por producir la serie sin su consentimiento, pero el libro de Grinker nació de la óptica de una conocedora.

La colección incluye imágenes de algunos de los momentos más conocidos de Tyson, como cuando el promotor Don King lo levantó en señal de celebración después de ganar su primera pelea por el título en 1986 y cuando corrió solo antes del amanecer por el paseo marítimo de Atlantic City en 1988.

El contenido relacionado con Tyson, incluyendo libros, varios pódcast, proyectos para televisión y peleas de exhibición, sigue creándose, dieciséis años después de su último combate oficial. Si Tyson no igualó los logros de Muhammad Ali en el ring, sin duda ha competido con el boxeador conocido como el Más Grande en cuanto a la atracción que ejerce sobre nosotros, incluso después de años de retiro.

Han aparecido largometrajes periódicamente desde 1995, cuando Michael Jai White interpretó al boxeador en una película para televisión, y los documentales comenzaron incluso antes. “El campeón caído: La historia desconocida” llegó a la pantalla chica en 1993 y examinó la carrera de Tyson desde sus inicios en un reformatorio al norte del estado de Nueva York hasta su condena por violación en 1992. Más recientemente, se estrenó “Mike Tyson Mysteries”, una serie animada para adultos, y su espectáculo unipersonal en Broadway, en el que hilaba la historia de su vida como una narrativa de redención y negaba la violación por la que estuvo más de tres años en prisión.

Grinker, con sus fotografías, se concentra en el ascenso de Tyson de amateur a campeón mundial. Una cita en el libro, del entrenador Cus D’Amato, ayuda a explicar la mezcla de habilidad y perspicacia que convirtió a Tyson en un fenómeno cuando era un adolescente.

“Los golpes de Mike son como una bomba atómica, relativos a la naturaleza”, comentó el entrenador, que murió en 1985 a los 77 años. “Ninguno tiene valor a menos que tengas un medio para transmitirlo al objetivo. Mike tiene un medio para transmitirlo al objetivo. Tiene inteligencia para el boxeo”.

Una secuencia de imágenes, con fecha de 1981, muestra a D’Amato, el primer entrenador de Tyson, a horcajadas sobre un banco en un gimnasio de Catskill, Nueva York, mientras le da lecciones a Tyson a sus 14 o 15 años. En una captura, D’Amato levanta los puños en pose defensiva, con los nudillos de la mano izquierda a un centímetro de sus cejas blancas y onduladas.

Esa es la técnica conocida como “orejeras”, un método para convertir la defensa en ataque que D’Amato imprimió en todos sus luchadores como una huella dactilar. Fue un elemento infravalorado del éxito inicial de Tyson. La guardia alta, el movimiento de la cabeza, el juego de pies y los ángulos se combinaban para ayudar a los púgiles de menor estatura a abrirse paso hasta el rango de golpeo sin sufrir daños. Estilísticamente, era lo contrario de Ali, que flotaba como una mariposa y picaba como una abeja, pero estratégicamente, el objetivo era el mismo: golpear y no recibir golpes.

Siete años después de esa foto, Tyson derrotó a Michael Spinks en 91 segundos para convertirse en el campeón indiscutible de los pesos pesados. La ofensiva de Tyson fue implacable aquella noche: un derechazo al cuerpo derribó a Spinks por primera vez, y otro en el mentón acabó con el combate segundos después.

Los golpes que Spinks falló recibieron menos atención, pero también son importantes. Tyson calculó el tiempo de la mano derecha de Spinks y se agachó para esquivarla, luego dio un contragolpe. Eso no fue suerte ni coincidencia. La ofensiva provino de la defensa de las orejeras. Spinks pensó que algunos “jabs” y directos bien colocados podrían frenar el avance de Tyson, pero otra conocida cita de Tyson, también incluida en el libro, explica lo que ocurrió.

“Todos tenemos un plan, hasta que te dan un puñetazo en la boca”, dijo Tyson.

Las fotografías del libro de Grinker abarcan una década y terminan justo antes de la sorprendente derrota de Tyson frente a Buster Douglas en 1990 y su detención por cargos de violación al año siguiente. Tyson, que entonces tenía 25 años, fue condenado en 1992 por violar a una mujer de 18 años en una habitación de hotel.

El grave delito (y la derrota en el cuadrilátero) no disminuyó el poder de atracción de Tyson ni su lugar en el deporte tras salir de la cárcel. En sus combates contra Evander Holyfield y Lennox Lewis, después de su tiempo en prisión, generó grandes cifras.

Tyson reprendió a un periodista canadiense, Nathan Downer, por mencionar la condena por violación en 2014, pero funciona en el entorno actual de los deportes y las redes sociales como una personalidad jovial a la que le gusta fumar un poco de marihuana (un negocio en el que ha invertido una cantidad importante de dinero), ofrecer opiniones controvertidas y aparecer de vez en cuando en el gimnasio para mostrar a los jóvenes boxeadores cómo se hace.

Los problemas legales de Tyson y sus líos en el cuadrilátero, incluso su mordisco a la oreja de Holyfield en una pelea en 1997, no han hecho más que aumentar la curiosidad en torno al personaje. La idea de lo que podría haber sido se cierne como una sombra sobre la colección de fotografías de Grinker.

Ver de nuevo su ascenso a la cima del mundo del boxeo resulta aún más intrigante por lo que ocurre después.