Los millennials se enfrentan a los riesgos para la salud del coronavirus

Por Roni Caryn Rabin

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Will Lanier, fundador de Out Foundation, un grupo de bienestar y acondicionamiento físico LGBTQ, en un gimnasio que frecuenta en Austin, Texas (foto: Ilana Panich-Linsman/The New York Times)
Will Lanier, fundador de Out Foundation, un grupo de bienestar y acondicionamiento físico LGBTQ, en un gimnasio que frecuenta en Austin, Texas (foto: Ilana Panich-Linsman/The New York Times)

Hasta hace varios días, algunos bares y restaurantes todavía estaban repletos de gente por el Día de San Patricio. Las playas estaban llenas. Parecía que muchos adultos jóvenes estaban tardando en tomar medidas para frenar la propagación del coronavirus.

“Seguía escuchando que ‘el ochenta por ciento de los casos son leves’”, dijo Christian Heuer, un angelino de 32 años que dio positivo al virus la semana pasada y ha tenido fiebre baja durante seis días. “Pero esto no son solo estornudos con escurrimiento nasal. Es algo serio. Estás realmente enfermo”.

Su novia, Natasha Wynnyk, de 28 años, se sintió bien durante varios días después de que Heuer se enfermó, así que pensó que tal vez era inmune a la infección. Luego, su fiebre aumentó el lunes por la noche y comenzó a experimentar dolores severos y agudos en la espalda, las articulaciones y los dedos, que comparó con la sensación de ser apuñalada.

Esta pareja forma parte de una preocupante tendencia que sugiere que los jóvenes pueden haber contribuido a la propagación de la pandemia en Estados Unidos y otros países al seguir realizando durante demasiado tiempo sus actividades normales, tal vez porque creían que el hecho de ser jóvenes y saludables los protegía de la infección. Pero las cifras preliminares publicadas el miércoles por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades muestran que los adultos de 20 a 44 años representan casi un tercio de los pacientes con coronavirus del país cuyas edades se conocen.

Miles de personas, en su mayoría jóvenes, continuaron reuniéndose en las playas de Florida pese a las advertencias de las autoridades (Reuters)
Miles de personas, en su mayoría jóvenes, continuaron reuniéndose en las playas de Florida pese a las advertencias de las autoridades (Reuters)

Los adultos más jóvenes generalmente son más resistentes que las personas mayores, pero un incremento en los problemas de salud crónicos en los millenials (ahora en sus veintitantos y treinta y tantos años) los ha vuelto menos resistentes de lo que piensan. Han registrado niveles crecientes de obesidad y enfermedades como la diabetes tipo 2 y la presión arterial alta, así como un aumento en las enfermedades cardíacas y algunos tipos de cáncer. Estas afecciones están fuertemente asociadas con los malos resultados de la infección por coronavirus.

Además, alrededor del 17 por ciento de los hombres y el 12 por ciento de las mujeres de entre 18 y 44 años fuman cigarrillos, y del 4 al 7 por ciento usan cigarrillos electrónicos, según las cifras nacionales. Ambas actividades elevan el riesgo de enfermedades respiratorias.

Cómo se adaptarán los miembros de esta generación a la vida durante la pandemia también podría vincularse con otros problemas. En comparación con los miembros de la Generación X, que ahora están en sus cuarenta y tantos y cincuenta y tantos años, los millenials tienen tasas más altas de problemas de salud conductual como la depresión, que afecta a 1 de cada 20 adultos que están en su treintena, según un informe, y un número significativo de ellos tiene problemas de alcohol y abuso de sustancias, que se agravan fácilmente con la dislocación y agitación tanto en lo social como en lo económico, dicen los expertos.

Los millenials constituyen la mayor parte de la fuerza laboral y son un segmento vital de la economía, pero también enfrentan dificultades financieras únicas. Muchos hacen malabares con varios trabajos en la economía de los proyectos por encargo o trabajos esporádicos, y tienen más probabilidades de no tener seguro que cualquier otro grupo etario. Muchos también están agobiados por la deuda estudiantil y enfrentan costos de vivienda cada vez más inasequibles. Como generación, han soportado el mayor impacto de las muertes por sobredosis de drogas. Muchos han pospuesto el matrimonio y formar una familia por razones financieras.

Si bien han escuchado que el hecho de que ellos practiquen el distanciamiento social puede jugar un papel importante en la reducción de la propagación del coronavirus a otras personas más vulnerables, no son inmunes.

Aunque según un reciente análisis de los casos realizado por los CDC el riesgo de hospitalización o muerte por COVID-19, la enfermedad causada por el virus, aumenta con cada década de vida, la agencia también descubrió que los adultos jóvenes pueden desarrollar una enfermedad grave: de 508 pacientes ingresados a los hospitales, el 20 por ciento tenía entre 20 y 44 años. Algunas personas más jóvenes mueren a causa de la enfermedad, a razón de 1 o 2 por cada 1000 casos.

Mila Clarke Buckley, 30 años, de Katy (Texas), escribe sobre su vida con diabetes 2. "Sabemos que enfermarse es todo un problema. Me puede impactar mucho más fuerte" (foto: Brandon Thibodeaux/The New York Times)
Mila Clarke Buckley, 30 años, de Katy (Texas), escribe sobre su vida con diabetes 2. "Sabemos que enfermarse es todo un problema. Me puede impactar mucho más fuerte" (foto: Brandon Thibodeaux/The New York Times)

Los autores del informe advirtieron que su análisis era limitado porque gran parte de los datos estaban incompletos y faltaba información sobre las afecciones de salud crónicas que influyen en la gravedad de la enfermedad.

Un reporte sobre la salud de los millenials de la Asociación Blue Cross Blue Shield, publicado el año pasado, reveló que los problemas crónicos de salud física que son más comunes entre ellos, en comparación con los miembros de la Generación X, incluyen la presión arterial alta, que afecta a más de 1 de cada 8 adultos en sus treinta y tantos años, y la diabetes tipo 2, que afecta a 1 de cada 25. El informe analizó las reclamaciones de una gran base de datos de aseguradoras.

La obesidad, cuya prevalencia ha aumentado para todos los estadounidenses, también se considera un factor de riesgo para el coronavirus, según los expertos.

Pero muchos informes noticiosos han enfatizado constantemente que los ancianos y las personas con mala salud son los más vulnerables y propensos a morir.

“El mensaje ha sido que, si eres más joven y en general saludable, estarás bien, y creo que ese es el mensaje equivocado”, dijo Mila Clarke Buckley, de 30 años, quien escribe sobre vivir con diabetes tipo 2 en su blog, Hangry Woman, y crea contenido patrocinado para FreeStyle Libre, un sistema de monitoreo continuo de glucosa. “Hace que los jóvenes sientan esa invencibilidad que ya sienten respecto a su salud”.

Buckley dice que tener diabetes hace que corra un mayor riesgo de enfermarse de gravedad si se infecta, por lo que ha dejado de salir de la ciudad. También permanece más tiempo en casa y practica el distanciamiento social, incluso con su esposo, que todavía sale a trabajar.

Buckley explica que, para ponerse al día con sus amigos, esta semana hizo una cita para una hora feliz de FaceTime. “Cada uno elegirá su vino favorito y estaremos en FaceTime a las 7 en punto”, dijo.

Pero quedarse en casa y practicar el distanciamiento social puede afectar más a los adultos jóvenes, ya que enfrentan desafíos adicionales de salud mental, especialmente si viven solos o luchan contra la ansiedad o la depresión, dijo Benjamin F. Miller, un psicólogo que es el director de estrategia de Well Being Trust, una fundación nacional centrada en la salud mental y espiritual.

Los adultos jóvenes tienen menos probabilidades de estar casados que los adultos de más edad, y una encuesta de Cigna realizada en 2018 a 20.000 estadounidenses descubrió que muchos se sienten solos y excluidos. Aquellos de entre 18 y 37 años eran más propensos que los adultos de más edad a informar que no tenían relaciones significativas, no compartían ideas ni intereses con otras personas, se sentían aislados y no se sentían cercanos a nadie.

“Muchos de nuestros millenials ya se sienten desconectados socialmente, y esto exacerba los sentimientos que esas personas ya tenían”, afirmó Miller.

(c) The New York Times 2020