Cómo es el plan de Estados Unidos para desarrollar vacunas que luchen contra las próximas pandemias

Esta semana, el doctor asesor de la Casa Blanca, Anthony Fauci, afirmó que con unos pocos millones de dólares por año, su país podría fabricar prototipos de vacunas contra unas 20 familias de virus y así evitar una tragedia como la actual por COVID-19

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A fuerza de vacunación masiva y preparación de nuevas fórmulas para futuras amenazas, Estados Unidos quiere hacerle frente a los nuevos patógenos -  EFE/Juan Carlos Torrejón/Archivo
A fuerza de vacunación masiva y preparación de nuevas fórmulas para futuras amenazas, Estados Unidos quiere hacerle frente a los nuevos patógenos - EFE/Juan Carlos Torrejón/Archivo

Cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó el 11 de marzo que el mundo había entrado oficialmente bajo pandemia por el coronavirus SARS-CoV-2 que origina la enfermedad COVID-19, los científicos ya estaban trabajando en tratamientos y vacunas para contrarrestar el poder infeccioso del nuevo virus.

Se podría decir que la pandemia llegó cuando la ciencia y la tecnología estaban realmente avanzadas y a la vanguardia de los nuevos hallazgos. De cierta manera, el mundo tuvo “suerte” con el nuevo coronavirus. Es que los científicos tenían años estudiando diferentes coronavirus y pudieron desarrollar exactamente las herramientas necesarias para fabricar vacunas contra el COVID-19 en cuanto fue publicada la secuencia genética del virus por parte de China, lugar de origen del mismo a fines de 2019.

Partículas rosas de coronavirus infectan una célula (vista en verde) de una persona -   National Institute of Allergy and Infectious Diseases, NIH/Handout via REUTERS.
Partículas rosas de coronavirus infectan una célula (vista en verde) de una persona - National Institute of Allergy and Infectious Diseases, NIH/Handout via REUTERS.

Nunca antes los conocimientos científicos fueron tantos. Nunca antes tantos expertos confluyeron en una sola dirección para buscar una salida a una sola enfermedad. Nunca antes se destinaron millones de dólares en recursos científicos en pos de derrotar a un patógeno. Más de un año y medio después, el planeta cuenta con varias vacunas efectivas y seguras para combatir al virus y sus nuevas variantes. Si bien éstas últimas han logrado hallar la manera de propagarse más rápidamente que su versión original, las vacunas siguen siendo eficaces a la hora de prevenir cuadros de internación grave y muertes por COVID-19.

Mientras se siguen buscando mejores vacunas, más protección a base de nuevas fórmulas o la combinación de varias de ellas en la población, una gran parte de la comunidad científica internacional se pregunta ¿cuál será la próxima pandemia? ¿Qué ocurrirá si en los próximos años otros virus irrumpen en forma descontrolada sin investigaciones previas hechas? Y más concretamente, ¿qué pasará si la próxima pandemia proviene de un virus que causa la fiebre de Lassa, o de la cepa de ébola de Sudán, o de un virus Nipah? El nuevo coronavirus, SARS-CoV-2, responsable de la enfermedad COVID-19, suma más de 4,2 millones de fallecidos en el mundo y casi 200 millones de personas infectadas. Varios científicos han advertido que existe el riesgo de que se repita una pandemia con otro tipo de virus.

El infectólogo Anthony Fauci quiere desarrollar nuevas vacunas preventivas de futuros virus - Stefani Reynolds/Pool via REUTERS/File Photo
El infectólogo Anthony Fauci quiere desarrollar nuevas vacunas preventivas de futuros virus - Stefani Reynolds/Pool via REUTERS/File Photo

Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAID, por su sigla en inglés) en los Estados Unidos y asesor de la Casa Blanca en temas de pandemia, está promoviendo un plan ambicioso y costoso de preparación para estos escenarios de pesadilla. Por eso le pidió formalmente a las autoridades de EEUU que liberen fondos por varios miles de millones de dólares para que en los próximos 5 años sea posible prepararse para afrontar una nueva pandemia a través de la creación de “vacunas prototipo” para combatir la posible aparición de otros virus. “Costaría unos pocos miles de millones de dólares al año, tomaría cinco años poder ver la primera cosecha de resultados e involucraría a un gran grupo de científicos”, dijo esta semana el principal consejero del presidente de EEUU, Joe Biden.

La idea es fabricar vacunas “prototipo” como protección contra los virus de unas 20 familias que podrían desencadenar una nueva pandemia. Por medio de herramientas de investigación que resultaron ser exitosas para el COVID-19, los investigadores tendrían como objetivo descubrir la estructura molecular de cada virus, aprender dónde deben atacarlo los anticuerpos y cómo entrenar al cuerpo para que produzca exactamente esa defensa exitosa. “Si logramos obtener el financiamiento, y creo que así será, lo más probable es que comience en 2022”, dijo Fauci, y agregó que ha estado promoviendo la idea “en conversaciones con la Casa Blanca y otros”.

La vacunación es el arma más eficaz para combatir la actual crisis por COVID -   REUTERS/Carlos Osorio/File Photo
La vacunación es el arma más eficaz para combatir la actual crisis por COVID - REUTERS/Carlos Osorio/File Photo

Francis Collins, director de los Institutos Nacionales de Salud, también piensa que es probable que el proyecto —el cual calificó de “convincente”— logre la asignación de los fondos necesarios. “Mientras comenzamos a contemplar un final exitoso de la pandemia del COVID-19, no debemos volver a la complacencia”, afirmó Collins. El proyecto de Fauci necesita de varios miles de millones de dólares para funcionar. Gran parte del apoyo financiero provendría del propio instituto de Fauci, pero un proyecto de esta magnitud requeriría de fondos adicionales que tendrían que ser asignados por el Congreso. El presupuesto de este año para el NIAID es de poco más de 6000 millones de dólares. La lógica es que, si las redes de vigilancia detectaran un nuevo evento de derrame de un virus de animales a personas, los científicos podrían detenerlo inmunizando a las personas en el brote tras fabricar rápidamente la vacuna prototipo. Y si el virus logra propagarse antes de que el mundo se dé cuenta de lo que está sucediendo, las vacunas prototipo podrían distribuirse de forma más amplia.

Según el criterio de Fauci, si se detectara en el futuro un nuevo virus con capacidad de transmisión de un animal a los seres humanos se podría bloquear su contagio de una forma que sólo se produzca un brote de esa enfermedad y ya no una pandemia, que implica un alcance mundial. Los científicos podrían detenerlo inmunizando a las personas rápidamente con esas “vacunas prototipos” que ya estarán fabricadas. La existencia previa de esos inoculantes permitiría una fabricación, distribución y aplicación de las vacunas mucho más rápida que la ya récord de la actual pandemia.

Un médico de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del hospital "Los Ceibos", de la ciudad portuaria de Guayaquil, pasa revista a una paciente contagiada COVID-19. EFE/Mauricio Torres/Archivo
Un médico de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del hospital "Los Ceibos", de la ciudad portuaria de Guayaquil, pasa revista a una paciente contagiada COVID-19. EFE/Mauricio Torres/Archivo

La clave de todo esto sería tratar de contener los eventos de derrame antes de que se conviertan en brotes”, enfatizó Dennis Burton, investigador de vacunas y director del departamento de inmunología y microbiología del Centro de Investigación Scripps para apoyar la idea. El proyecto de las vacunas prototipo es una idea original de Barney Graham, subdirector del Centro de Investigación de Vacunas del NIAID y presentada en febrero de 2017 en una reunión privada de directores del instituto, casi tres años antes de que se desate la actual pandemia. Graham publicó un artículo de revisión que describe la propuesta en Nature Immunology en 2018. En ese momento, la idea no prosperó, pero ahora podría lograr encarrilarla.

“Año tras año, varios virus habían amenazado con convertirse en pandemias”, dijo Graham: la gripe porcina A (H1N1) en 2009, chinkunguña en 2012, SROM en 2013, ébola en 2014, zika en 2016. En cada ocasión, los científicos se apresuraron a intentar hacer una vacuna. Su único éxito fue parcial: una vacuna contra el ébola que ayudó a controlar la epidemia pero que no funcionaría contra otras cepas del virus. Las otras epidemias se desvanecieron antes de que se pudieran fabricar o probar las vacunas.

Una persona es vacunada contra el coronavirus en EEUU para prevenir contagios, especialmente los de la variante Delta. EFE/ Nathalia Aguilar/ Archivo
Una persona es vacunada contra el coronavirus en EEUU para prevenir contagios, especialmente los de la variante Delta. EFE/ Nathalia Aguilar/ Archivo

Ciencia de avanzada

La ciencia desarrolló nuevas herramientas durante la última década que podrían marcar una gran diferencia en el combate de varios patógenos. Se logró visualizar las estructuras moleculares de los virus, aislar anticuerpos que los bloquean y descubrir dónde se unen. El resultado fue la capacidad de realizar un “diseño basado en la estructura” para nuevas vacunas que ataquen al patógeno con mayor precisión.

Además, el NIAID de Fauci logró desarrollar una hoja de cálculo para cada una de las 20 familias de virus que muestra lo que se sabe de la anatomía y las vulnerabilidades de cada patógeno. “Para cada familia de virus, estamos en un estado diferente de conocimiento y desarrollo de vacunas. Las vacunas contra la fiebre de Lassa y el virus Nipah, por ejemplo, se encuentran en sus primeras etapas. Las vacunas contra el chikungunya y el zika están más avanzadas”, dijo John Mascola, director del Centro de Investigación de Vacunas del instituto. El trabajo necesario para llenar los vacíos en el desarrollo de vacunas se haría con becas de investigación para científicos académicos. “Hay mucho entusiasmo” entre los investigadores académicos, dijo Barton Haynes, director del Instituto de Vacunación Humana de la Universidad de Duke (DHVI, por su sigla en inglés). Aunque la propuesta no es muy conocida por el público en general, Fauci afirmó que ha hablado sobre ella en charlas con audiencias científicas.

Afiches en EEUU que animan a vacunarse para ganarle al coronavirus. (Gracia Lam/The New York Times)
Afiches en EEUU que animan a vacunarse para ganarle al coronavirus. (Gracia Lam/The New York Times)

El programa también establecería acuerdos de colaboración con compañías farmacéuticas para producir las vacunas prototipo con rapidez, mencionó Fauci. Eso es lo que sucedió con las vacunas contra el COVID-19. Las epidemias del SRAG (síndrome respiratorio agudo grave) y el SROM (síndrome respiratorio de Oriente Medio) llevaron a los científicos a trabajar en una vacuna contra el coronavirus. Eso llevó al descubrimiento de que los coronavirus usan una proteína de pico para infectar a las células, pero el pico cambia de forma fácilmente y debe mantenerse en una posición para que sea útil como vacuna. Eso se podía hacer, descubrieron los investigadores, con pequeños cambios moleculares en la proteína de pico.

Una vez más la ciencia y el conocimiento dan un paso delante de los retos que impone la propia naturaleza. La gran pregunta es si estaremos a la altura de los nuevos desafíos que vendrán en el futuro.

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