A 7 meses del inicio de la pandemia, se desconoce la precisión de muchos tests para coronavirus

Expertos piden en Estados Unidos que se analicen problemas potenciales con pruebas para el COVID-19, incluida una utilizada todos los días en la Casa Blanca

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Personal sanitario hace pruebas de coronavirus a los residentes en Pekín (EFE/ Stringer)
Personal sanitario hace pruebas de coronavirus a los residentes en Pekín (EFE/ Stringer)

Siete meses después de que se desató la pandemia del coronavirus, nadie sabe realmente qué tan bien funcionan muchas de las pruebas para detectarlo, y expertos en importantes centros médicos en los Estados Unidos dicen que es hora de hacer los estudios para averiguarlo.

Cuando el nuevo virus comenzó a propagarse, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA por sus siglas en inglés) utilizó sus facultades de emergencia para aprobar gran cantidad de pruebas desarrolladas con rapidez, basándose principalmente en una pequeña cantidad de estudios de laboratorio que demostraban que podían detectar el virus con éxito.

Eso es muy distinto a los estudios con muchos pacientes que pueden demorar semanas o meses, y que los expertos dicen son necesarios para dar una idea verdadera sobre la precisión de las pruebas.

Expertos piden en Estados Unidos que se analicen problemas potenciales con pruebas para el COVID-19, incluida una utilizada todos los días en la Casa Blanca (EFE/EPA/EMANUELE PENNACCHIO)
Expertos piden en Estados Unidos que se analicen problemas potenciales con pruebas para el COVID-19, incluida una utilizada todos los días en la Casa Blanca (EFE/EPA/EMANUELE PENNACCHIO)

La FDA dio su respuesta expedita después de que fue criticada por demorar el lanzamiento de nuevas pruebas durante una crisis, y luego de que los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) pasaron apuros para hacer llegar su propia prueba a los estados.

Pero como es muy probable que el brote en Estados Unidos se extienda meses o incluso años, algunos expertos quieren que la FDA exija mejor evidencia de la precisión de las pruebas de forma que los médicos sepan cuántas infecciones podrían no detectarse.

Ha habido más de 2.2 millones de casos confirmados de coronavirus en Estados Unidos y más de 119.000 muertes, según datos compilados por la Universidad Johns Hopkins. En casi la mitad de los estados del país los casos están aumentando.

En semanas recientes, hallazgos preliminares han alertado sobre problemas potenciales con algunas pruebas para el COVID-19, incluida una utilizada todos los días en la Casa Blanca. Las pruebas defectuosas podrían dejar a miles de estadounidenses con la idea errónea de que están libres del virus, lo que puede contribuir a que haya nuevos brotes de la enfermedad al reabrirse las comunidades.

Un bombero rocía con alcohol a un hombre durante una jornada de tomas de pruebas de coronavirus este martes, en el barrio Constitución de Buenos Aires, Argentina (EFE/ Juan Ignacio Roncoroni)
Un bombero rocía con alcohol a un hombre durante una jornada de tomas de pruebas de coronavirus este martes, en el barrio Constitución de Buenos Aires, Argentina (EFE/ Juan Ignacio Roncoroni)

“Al principio, la FDA estaba bajo mucha presión para sacar al mercado estas pruebas”, afirmó el doctor Steven Woloshin del Dartmouth College, quien escribió la semana pasada sobre el tema en la revista New England Journal of Medicine. “Pero ahora que hay abundantes pruebas allá afuera, es hora de que eleven el nivel de exigencia”, espetó.

La FDA indicó en un comunicado que ya ha pedido que varios fabricantes de pruebas hagan estudios de seguimiento sobre la precisión, aunque no dijo para cuantas de las más de 110 pruebas autorizadas de detección. La agencia también señaló que rastrea reportes de problemas.

La precisión también ha sido un problema con pruebas sanguíneas para detectar indicios de infecciones pasadas.

Ninguna prueba de detección es 100% precisa. Por ello, los detalles sobre la precisión son proporcionados de forma rutinaria para todo tipo de pruebas, incluidas las de la influenza estacional, la hepatitis, el VIH y cánceres. Por ejemplo, se sabe que las pruebas rápidas de influenza no detectan 20% o más de todos los casos, un factor que los médicos tienen en cuenta cuando atienden a pacientes con síntomas pero que salen negativos en las pruebas.

Por ahora, la mayoría de las pruebas para el COVID-19 en Estados Unidos no proporcionan información sobre su desempeño en el mundo real, incluido con qué frecuencia las pruebas señalan falsamente que un paciente no está infectado, o detectan falsamente el virus. Con excepción de unas cuantas, esa información falta en las aproximadamente 80 pruebas comerciales disponibles, según una revisión efectuada por AP.

Con información de AP

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