Sucias y cubiertas de cinta adhesiva: cómo son las zapatillas de moda que cuestan USD 530

Se intensifica una tendencia marcada por productos que aparentan estar desgastados por décadas de uso

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A simple vista aparentan tener décadas de uso intensivo y signos de haber sido maltratadas en exceso. Pero por más que cueste mucho trabajo creerlo, unas zapatillas de aspecto sucio y encintadas como si se tratara del último calzado que logró sobrevivir al fin del mundo se han vuelto el objeto más codiciado del momento por los fashionistas que pululan por Instagram y Snapchat.

Bautizadas oficialmente como las "Zapatillas Encintadas de Súper Estrella", la inusual propuesta de la firma Golden Goose ha tomado por sorpresa a los tradicionales compradores de la tienda de departamentos de lujo Nordstrom, acostumbrados a ver en sus showroom las prendas de vestir y calzado más exclusivos del mundo.

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Con un precio en los EEUU de USD 530, la firma italiana es reconocida por su gama de productos que aparentan tener años de desgaste, con la mayoría de las opciones que, llamativamente, no bajan de los USD 500.  Sus propios creadores definen a su estilo como "moderno y refinado con un espíritu vintage".

Más allá de que lo que aparenta ser cinta adhesiva es en realidad parte de la estructura de la zapatilla y no se puede despegar y que la supuesta suciedad en realidad está cuidadosamente aplicada sobre su superficie, muchos en redes sociales comenzaron a demostrar su descontento con un producto que calificaron de "horrible" e "insensible".

 
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A pesar de las críticas, representantes de Nordstrom salieron a apoyar su decisión de ponerlas en sus tiendas. "Apreciamos sus comentarios. Siempre estamos buscando traerles productos nuevos y diferentes", explicaron.

"Entendemos que los gustos personales son subjetivos y que a nuestros clientes no les gustarán todos los productos que les ofrezcamos. Estén tranquilos que sus opiniones han sido compartidas con nuestros equipos", concluyeron desde la tienda de departamentos.

Como dice el tradicional refrán, "sobre gustos no hay nada escrito".