Una plataforma con menos contenido pero más interesante

Ben Grosser, fundador de Minus, llega a las redes sociales con un enfoque disruptivo e innovador

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Ben Grosser (UN Today)
Ben Grosser (UN Today)

- ¿Cuáles son las principales razones que le llevaron a crear Minus?

- Las grandes plataformas de redes sociales de hoy en día se centran en un único concepto: más. Están diseñadas para incitarnos a todos a un ciclo de producción y consumo cada vez mayor (a través de más “likes”, amigos, lecturas y desplazamientos) para poder extraer -de nuestras acciones- cada vez más beneficios.

Siempre me pregunto: ¿y si fuera diferente? ¿Qué pasaría si, por ejemplo, las redes sociales no estuvieran diseñadas para producir un crecimiento interminable haciendo que nos concentremos siempre en más? ¿Cómo podría ser diferente la comunicación colectiva en línea si nuestro tiempo y nuestra atención se trataran como los recursos limitados y preciosos que son? ¿Qué podría pasar (o no pasar) si una plataforma no tratara de inducir un compromiso infinito en cada segundo que pasamos despiertos? ¿Qué podríamos decir -o hacer- si nos liberáramos de la demanda infinita de las grandes redes sociales? En otras palabras, ¿qué pasaría si nuestro software, en lugar de querer siempre más, deseara menos?

- Cuando hablamos de menos, nos referimos a menos publicaciones, pero más exposición, ergo más interacción...

- Bueno, al menos una interacción más genuina que no esté impulsada por algoritmos de alimentación o patrones de interfaz como los recuentos de “me gusta”.

Una de las razones por las que las plataformas de redes sociales actuales filtran algorítmicamente nuestros feeds es porque saben que nos sentiríamos abrumados si viéramos todas las publicaciones. Hay demasiadas. Pero, por supuesto, construyeron el sistema para fomentar más publicaciones y más amigos, porque más datos equivalen a más beneficios. Y, aunque sus algoritmos reducen el volumen, también les permiten adaptar lo que vemos de manera que nos mantengan en sus sitios. Esto no sólo hace posible que las empresas obtengan más ingresos, sino que, por desgracia, también es una característica clave que ha permitido el aumento de la desinformación viral, los desafíos a la autoestima de los adolescentes y las amenazas existenciales a la democracia.

Reducir el número de publicaciones en el feed reduce o elimina la necesidad de que un algoritmo lo filtre. Si el volumen es bajo y la red es pequeña, los usuarios pueden leer todo sin sentirse abrumados. Eso significa que no hay confusión sobre quién ve qué. También significa que los usuarios no tienen que jugar con el algoritmo para conseguir que sus mensajes sean vistos escribiendo, por ejemplo, el discurso más divisivo que puedan imaginar (porque han aprendido que esos mensajes consiguen más reacciones y, por tanto, visibilidad).

Otra característica de Minus es que no tiene “likes” ni otras “reacciones”. Esto significa que las únicas formas de interactuar en Minus son hacer una nueva publicación o escribir comentarios en las publicaciones existentes.

- Muchas de las publicaciones en las redes sociales convencionales no llegan a todos nuestros contactos. ¿Es exacto decir que limitando las publicaciones conseguimos que más gente vea lo que su red publica?

- Un mayor porcentaje de la red, al menos. Una de las ironías de TikTok o Instagram es que, si bien cualquier publicación puede ser vista por más personas de las que están en nuestra red de amigos, es posible que apenas se muestre a ninguno de ellos. Como Minus es una red colectiva, un espacio sin seguidores ni amigos donde todos comparten el mismo feed cronológico inverso, todo el grupo puede, por definición, ver tu publicación. El límite de 100 publicaciones funciona para asegurar que el feed no se vuelva demasiado loco, para animar a los usuarios a tener más consideración antes de publicar, y para hacer espacio para nuevos usuarios en el feed después de que otros hayan agotado su asignación.

- ¿Se pretende que Minus sea una versión comprimida y mejorada de una determinada red social?

- Su objetivo es permitirnos experimentar las características de diseño de las redes sociales conocidas -como las publicaciones, las respuestas y los feeds- de una forma nueva. Una de las mejores maneras de averiguar cómo nos afecta un sistema es reducirlo a lo más esencial. Minus es probablemente lo más parecido a Twitter en cuanto a la forma, aunque no queda casi nada de Twitter. Minus no tiene retweets, seguidores, likes, tendencias, mensajes, categorías, hashtags, marcadores, listas o métricas de notificación. Sus posts no pueden tener imágenes ni vídeo. Y, quizá lo más importante, no hay anuncios ni un algoritmo que decida lo que ves y lo que no. En mi opinión, esas reducciones son una mejora.

- Si tuviera que definir el rango de edad de la comunidad que le gustaría crear, ¿cuál sería?

- 18-100+.

- Estamos en el año 2025. ¿Cuál es el estado de Minus?

- Tres años es una eternidad para una red social que sólo lleva cuatro meses. Así que no puedo asegurarlo. Un punto que voy a señalar es que puede no durar. Al fin y al cabo, es una red social “finita”. Soy una persona soltera que dirige un sitio sin ingresos ni ánimo de lucro (intencionadamente). Así que puede que desaparezca. Sin embargo, mi esperanza es que dentro de tres años sea un lugar vibrante con una rica cultura de interacción, un lugar en el que ya hemos visto a generaciones de usuarios “mayores” (mayores en el tiempo de la plataforma, no en la edad) pasar de posteadores a comentaristas, dejando siempre espacio para que los últimos en llegar elaboren sus propios 100.

Una especie de lento desplazamiento de la conversación de un grupo a otro. Quizás lo más importante es que espero que Minus siga haciendo algo que parece estar haciendo bien hasta ahora, que es fomentar la consideración crítica sobre quién se beneficia más cuando las plataformas de las grandes tecnologías siempre quieren más y cómo el mundo podría ser diferente si nuestro software estuviera, en cambio, diseñado para menos.

* Julián Ginzo, Coordinador editorial de UN Today. Artículo originalmente publicado en UN Today