¿Cómo se defienden las democracias?

La región y la comunidad internacional necesitan seguir enfrentando el fenómeno del despliegue de la delincuencia organizada transnacional

Compartir
Compartir articulo
El ex mandatario colombiano Andrés Pastrana; el secretario general de la OEA, Luis Almagro; el ex mandatario argentino Mauricio Macri; el mandatario ecuatoriano saliente Lenín Moreno; el ex mandatario ecuatoriano Osvaldo Hurtado y el ex mandatario de Costa Rica Luis Guillermo Solís encabezaron uno de los debates del foro (Foto: Enrique Tubio)
El ex mandatario colombiano Andrés Pastrana; el secretario general de la OEA, Luis Almagro; el ex mandatario argentino Mauricio Macri; el mandatario ecuatoriano saliente Lenín Moreno; el ex mandatario ecuatoriano Osvaldo Hurtado y el ex mandatario de Costa Rica Luis Guillermo Solís encabezaron uno de los debates del foro (Foto: Enrique Tubio)

El InterAmerican Institute for Democracy organizó un exitoso Foro titulado “Defensa de la Democracia en las Américas” en Miami, EEUU, el 5 de abril. Participaron Luis Almagro, Secretario General de la Organización de Estados Americanos (OEA), el entonces presidente de Ecuador Lenin Moreno, ex presidentes de cuatro países de la región, académicos, periodistas y otros especialistas.

Los temas de los Paneles fueron “Agresión a la Democracia”, “Dictaduras en las Américas”, “Democracia y Dictaduras de Crimen Organizado”, “Defensa de la Democracia”, y un “Panel de Presidentes”.

Los testimonios escuchados fueron claros en establecer el total foso que separa aguas entre la democracia sin apellidos y la dictadura, ya que mientras la primera respeta los derechos humanos la segunda los viola, además de generar miseria y exilio.

Democracia y dictadura son conceptos opuestos en la ciencia política y en el derecho. Así como en los ‘70 predominaban en Sudamérica las dictaduras militares y así como al ser electo Hugo Chávez la dictadura única de la región era la castrista, la pregunta es en qué momento se encuentran las Américas y la posibilidad es que el número podría aumentar antes de disminuir.

De ahí la importancia de la permanente creación de conciencia, de la información, del debate, de la educación cívica y el rechazo a todo tipo de populismo autoritario.

La región y la comunidad internacional necesitan seguir enfrentando el fenómeno del despliegue de la delincuencia organizada transnacional. Siempre ha estado presente la corrupción, pero hoy existen gobiernos que han convertido a países enteros en instrumentos del crimen organizado. En el Foro se hizo hincapié en lo desigual de la lucha, ya que los códigos de las dictaduras son los del delito y los de los demócratas son los del republicanismo, es decir, el respeto a la ley y a las instituciones.

A mi juicio, hoy se presencia una etapa donde varios países democráticos se ven asediados por crisis hibridas y agendas difusas en que se suman todo tipo de frustraciones que crean las condiciones para intentar nuevos tipos de golpes contra las libertades y el andamiaje institucional, proceso que ha sido acompañado por excesiva pasividad interna y tolerancia internacional. El resultado ha sido una creciente resignación ante la perdida de confianza en las instituciones democráticas.

Se requiere no solo la denuncia y el intercambio de información de inteligencia, sino también una mayor proactividad de la comunidad internacional a través de instrumentos ya existentes, es decir, se requiere la aplicación de normas vigentes del Derecho Internacional. Dos recibieron mención, la Carta Democrática Interamericana y los tratados contra la delincuencia organizada, tales como la Convención de Palermo de las Naciones Unidas. Quizás la comunidad internacional se quedó en una etapa ya pasada de transición desde regímenes militares a la democracia y tiene problemas para abordar el despliegue del crimen organizado a través de gobiernos.

El Foro no se limitó a la denuncia y se escucharon intervenciones que hicieron hincapié en la amenaza representada por quienes buscan destruir las instituciones desde adentro, ya sea por acción o inacción, populismo o desnaturalización interna.

Intervenciones que rescataron la necesidad de una democracia con demócratas sin complejos en la aplicación de la ley contra quienes buscan su destrucción. Ello tiene un doble aspecto, la lucha de ideas y la protección del Estado de Derecho, es decir, la necesidad de superar debilidades para doblegar la violencia y que las asonadas no queden impunes.

La Democracia es un sistema éticamente superior ya que permite la resolución pacífica del conflicto inherente a toda sociedad. Ello pasa porque los demócratas sientan orgullo por el sistema y estén en movilización permanente por las conciencias de los ciudadanos, ya que no hay que olvidar las oportunidades en que votaciones han favorecido a enemigos de la libertad.

Ninguna mayoría circunstancial debiera afectar elementos centrales del régimen democrático tales como la separación de poderes, la libertad de expresión y la alternancia en el poder, principios recogidos en instrumentos del Derecho Internacional, lo que debiera permitir procesos de sanción contra los gobiernos que violen estas normas.

En otras palabras, la Democracia es un método para llegar al poder y también para ejercerlo, lo que por definición deja afuera a las dictaduras del castro chavismo.

A mi juicio, grandes acuerdos y consensos, mayor acción internacional y responsabilidad de los votantes son los tres elementos claves en la protección del mejor sistema conocido de gobierno contra sus enemigos de la región.

*El autor es abogado (Universidad de Chile, Universidad de Barcelona), Doctor (Ph.D.) en Ciencia Política (Government, University of Essex) y ex candidato presidencial en Chile (2013).

Seguir leyendo:

EEUU pidió a la dictadura cubana “respetar derechos fundamentales” de los ciudadanos