Hamas, las bombas y la victimización

En las últimas horas fueron disparados más de 150 misiles y cohetes desde la Franja de Gaza sobre Israel, por lo menos seis cayeron en las periferias de la capital Jerusalén

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Cohetes disparados desde la franja Gaza vuelan hacia Israel, hoy 10 de mayo de 2021. EFE/EPA/MOHAMMED SABER
Cohetes disparados desde la franja Gaza vuelan hacia Israel, hoy 10 de mayo de 2021. EFE/EPA/MOHAMMED SABER

Hace varias semanas se viene cocinando un caldo espeso entre grupos palestinos adherentes de Hamas que básicamente están buscando hacer de la facción terrorista la punta de lanza en las disputas con Israel para concentrar la atención de los mismos palestinos en Ramallah.

Es que la Autoridad Nacional Palestina había convocado a elecciones en Cisjordania (Judea y Samaria) luego de permanecer 15 años en el poder, para luego suspenderlas ante la certeza de que perderían a manos de Hamas. De ahí surge la necesidad de protagonismo de los extremistas que gobiernan la Franja de Gaza, máxime ante el silencio de Estados Unidos y la Unión Europea.

Grupos palestinos llevaron a cabo varios ataques a transeúntes judíos ortodoxos en diversas zonas de Jerusalén en los últimos 15 días y también hubo enfrentamientos con la policía en plazas y calles. Antes de ayer, se realizó una multitudinaria concentración en la Explanada de las Mezquitas convocada por el fin del Ramadán donde se cantó por la muerte de los judíos y el bombardeo a Tel Aviv, mientras verdes banderas de Hamas flamearon entre la muchedumbre.

La base sobre la cual se respaldan para generar enfrentamientos es un fallo de la Corte Suprema que ordenó el desalojo de varias viviendas ocupadas por árabes en el norte de Jerusalén por cuestiones ligadas a alquileres y falta de cuidado de las propiedades, que de todos modos fue dejado en suspenso. Los palestinos han usado como excusa esta cuestión absolutamente menor para invocar que Israel quiere “judeizar” Jerusalén este.

Las redes sociales abundan en fotos de la mezquita de Al Aqsa convertida en un cuartel general y un depósito de piedras que fueron lanzadas no sólo a los efectivos policiales, sino también a personas que rezaban en el Muro de los Lamentos el domingo por la noche y que debieron desalojar el lugar.

Con todo esto, en las últimas horas fueron disparados más de 150 misiles y cohetes desde la Franja de Gaza sobre el sur israelí mayormente, aunque por lo menos seis o siete de ellos cayeron en las periferias de la capital Jerusalén, lo que provocó que las alarmas sonaran y los habitantes de la ciudad debieran buscar refugio.

Es difícil para nosotros desde la Argentina dimensionar lo que significa que una aplicación en el teléfono celular nos avise que debemos correr a un refugio, que de inmediato suena la alarma y que tenemos entre 15 y 30 segundos antes de que caiga el misil para llegar a un lugar seguro.

Imaginemos que nuestros hijos están en la escuela, que nuestros padres salieron a hacer un paseo matinal o que nuestra mascota está por ahí; nada de eso importa ya que debemos dejar todo y correr.

A esto debieron acostumbrarse los habitantes de Ashdod, Ashkelon, Sderot y otras ciudades israelíes del sur y también ahora los de Jerusalén que hacía muchos años no sufrían estos lanzamientos de cohetes.

Israel respondió previsiblemente atacando objetivos en Gaza, entre ellos un túnel y lanzaderas de misiles provocando la baja de cuatro jerarcas de Hamás.

En este contexto, Hamas prometió una lluvia de proyectiles contra Israel si no se detienen los bombardeos defensivos y los ataques quirúrgicos contra la infraestructura y los líderes terroristas.

Resulta complejo para los ciudadanos de un país vivir bajo riesgo permanente de ataques desde territorios vecinos. Contemplemos que entre Gaza y algunos poblados israelíes existen sólo 6 kilómetros de distancia y el terrorismo, justamente, no tiene contemplaciones: hoy dispararon un misil antitanque contra un auto particular de un lado a otro de la frontera, a una distancia que no supera los 1500 metros.

Mientras Hamas argumenta en forma ridícula que Israel quiere destruir las Mezquitas en la Explanada y que eso es lo que defienden, la realidad es que su accionar se apoya especialmente en la disputa que mantienen con la Autoridad Nacional Palestina que no permite elecciones y ya lleva 14 años gobernando.

Ante esta situación, el terrorismo se asegura visibilidad y la extraña simpatía de ciertos sectores y medios que difunden que Israel ataca Gaza y no que Israel defiende a sus habitantes de los ataques terroristas.

Ayer se cumplieron 54 años de la reunificación de Jerusalén y su restauración como capital del Estado judío. No es caprichoso que todo esto suceda en esta fecha. Nada de lo que hace Hamas deja de tener por finalidad matar judíos y luego victimizarse frente a los ojos del mundo.

*El autor es el presidente de la Organización Sionista Argentina.

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