La indisoluble persistencia del Partido Republicano

A pesar del revés electoral, el Partido Republicano resulta ser un factor esencial en la configuración política de los Estados Unidos.

Compartir
Compartir articulo
(Reuters)
(Reuters)

El GOP -Grand Old Party- como se lo denomina al Partido Republicano en los Estados Unidos, mantiene una estructura sólida y a lo largo de la historia logró mantenerse en el poder más tiempo que el Partido Demócrata, tanto a nivel ejecutivo como legislativo

Encontramos los orígenes del Partido Republicano cuando la joven nación comenzaba a formar sus primeras bases institucionales. Durante las presidencias de George Washington (1789-1797), se empezó a consolidar el primer partido político de la historia de los Estados Unidos, el Partido Federalista. Dicho partido tenía como principal exponente a Alexander Hamilton, quien fue el primer Secretario del Tesoro y defensor de un estado eminentemente federal, acompañado por un sistema bancario robusto para lograr un crecimiento sostenido de la emergente nación.

Después de Washington, John Adams fue el primer presidente bajo el manto del Partido Federalista y luego de la pérdida de la posibilidad de la reelección frente a Thomas Jefferson en el año 1800, el partido jamás ganaría una elección bajo esa denominación.

Con el retiro de Adams de la política, sumado al asesinato de Hamilton por Aaron Burr, el Partido Federalista se quedó sin liderazgo, desinegrándose casi por completo con sucesivas derrotas electorales.

Los ex miembros del Partido Federalista, constituyeron un nuevo partido político de la mano de Henry Clay y John Quincy Adams, el Partido Nacional-Republicano, en 1824. Esta nueva versión, a diferencia de su predecesor, no logró imponerse en ningún comicio electoral y durante la presidencia de Andrew Jackson (1829-1837), en 1833, se reformó en el Partido Whig, aglomerando a los viejos integrantes del Partido Nacional-Republicano y los opositores al presidente Jackson

El Partido Whig defendía los intereses de la clase política de los estados del norte del país y fue capaz de colocar dos presidentes -Harrison en 1841 y Taylor en 1849- en la Casa Blanca durante su existencia. Desgraciadamente ambos murieron en el cargo por causas naturales y debieron ser reemplazados por sus respectivos vicepresidentes -Tyler y Fillmore- los cuales se desviaron de los lineamientos que el Partido Whig tenía en ese momento.

Las constantes divisiones internas del partido resultaron en una fractura del mismo hasta su final disolución en 1854 y posteriormente a una nueva reformulación del partido, esta vez de manera definitiva, hacia el Partido Republicano que conocemos hoy en día.

En las elecciones legislativas de 1854, el desempeño del partido fue satisfactorio para una primera prueba como partido político, formando coaliciones e integrando a miembros de otros partidos políticos para conformar una oposición al gobierno del demócrata Franklin Pierce.

En las elecciones presidenciales de 1856, el primer candidato republicano John Frémont se postuló para competir contra James Buchanan y cayó derrotado. Sin embargo, a pesar de no lograr el objetivo final, Frémont no estuvo tan lejos de llegar a la ciudad de Washington. El éxito en casi todos los estados del norte, ayudó al partido a construir una base electoral consolidada para dentro de cuatro años, finalmente alzarse con la victoria a través de Abraham Lincoln en 1860.

La llegada de Lincoln al poder fue posible debido al quiebre del Partido Demócrata, el cual presentó dos candidatos: Breckinridge (con apoyo de los estados del sur) y Douglas (propuesto por los más moderados y con mayor adhesión en el norte) y un cuarto candidato, John Bell por el Partido de la Unión Constitucional, obteniendo una porción de los votos del Colegio Electoral, debilitando aún más a los dos candidatos demócratas.

Considerando a Lincoln como el primer presidente del Partido Republicano o GOP, el dominio ejercido por el mismo fue abismal hasta principios del siglo XX. Desde el año 1861 hasta 1913, solamente durante ocho años, el GOP no tuvo un representante en la Casa Blanca

Este dominio también se plasma durante gran parte de la historia norteamericana, si tomamos las elecciones de 1856 como las primeras en participación activa, hasta la actualidad, el GOP resultó vencedor en el 57% de las oportunidades (24 elecciones de 42), incluyendo una época de 24 años consecutivos sin un presidente de un partido opositor (desde 1861 hasta el final del mandato de Chester Arthur en 1885).

El Congreso de los EEUU (Getty Images)
El Congreso de los EEUU (Getty Images)

Así también, en el Senado, el GOP desde 1856 conservó una mayoría durante 88 años, mientras que el Partido Demócrata pudo imponer su mayoría a lo largo de 76 años.

A falta de una segunda vuelta en el estado de Georgia el próximo 5 de enero, se determinará si el Partido Republicano continuará con mayoría en el Senado por los próximos años. El GOP posee 50 senadores asegurados contra 48 del Partido Demócrata, con 2 escaños en juego en Georgia, en caso de triunfar en uno de los dos, se asegura el control de la Cámara Alta.

En la Cámara de Representantes, la historia es completamente diferente, el Partido Demócrata logró un dominio durante 88 años sobre 76 del GOP. Actualmente, los demócratas poseen y van a poseer mayoría en dicha cámara en los dos años venideros, sin embargo, el Partido Republicano logró recortar la diferencia favorable de los demócratas.

En tiempos más cercanos, el GOP en los últimos 26 años, logró controlar la Cámara Baja durante 20 años y la Cámara Alta durante 16 años. La fortaleza del Partido Republicano es más que evidente a pesar de la derrota electoral, ya que en estas elecciones, a nivel estatal, pudieron conservar 27 gobernadores de los 50 estados que conforman los Estados Unidos de América.

Quedará por definir a futuro, quién será la nueva bandera del partido o si Trump se mantiene en dicho rol. Más allá de que otros candidatos puedan asomarse, ninguno posee hoy en día la popularidad del presidente Trump, consiguiendo más de 72 millones de votos en toda la nación, convirtiéndolo en la principal referencia de la oposición de aquí en adelante.

Sin lugar a dudas que el GOP, desde el momento de su fundación, con su lema “free soil, free labor and free men”, ha logrado consolidarse como una gran alternativa para los votantes norteamericanos a lo largo de todo el país y su relevancia no se ha reducido en el último tiempo, lo que lo convierte en un actor principal en las decisiones políticas que se llevarán a cabo durante la administración de Joe Biden.