Cerrado por salud

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Punta del Este (Shutterstock)
Punta del Este (Shutterstock)

Las decisiones en tiempos de crisis siempre duelen. Aunque sean con firmes convicciones el que las toma sabe que traen consecuencias. Casi como condición básica aquel que se precie de líder debe hacerlo una y otra vez.

El pasado jueves Uruguay escuchó en boca de su presidente, Luis Lacalle Pou, una decisión de las que afecta directamente en el bolsillo de los ciudadanos, aunque la mayoría la imaginaba, esperaba y hasta me animo a decir, compartía. “Verano con fronteras cerradas”, fue la frase que retumbó en cada rincón del país y que segundos después de emitida se amplificó en países limítrofes. Apoyado en el grupo de científicos que asesora desde el minuto uno de la pandemia al gobierno uruguayo, y que hasta el momento viene capeando bien el temporal, se llegó a una determinación que le da de lleno a la industria más golpeada en este 2020 por el covid19, el Turismo. Y el mandatario lo sabe, pero por lo expresado no solo con sus palabras sino con sus gestos no había otra salida. Como aquel padre o madre que, a pesar del pataleo, enojo, llanto le niega algo a su hijo/a sabiendo que con el tiempo este le va a agradecer. Es que la mayoría de los uruguayos entiende que, si de esta crisis se sale bien parado, el país se convertirá en ejemplo y las ganancias serán mayores. Pero, el mientras tanto, no es para nada sencillo…

El presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou (EFE)
El presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou (EFE)

El turismo en Uruguay equivale alrededor del 8 % del PBI. Según cifras oficiales en 2019 ingresaron por ejemplo 1.744.643 argentinos que dejaron unos 977 millones de dólares y no fue un buen año respecto a 2018. Para ser más gráficos, en Punta del Este, de cada 3 visitantes 2 son argentinos. Con estos números queda muy en claro el peso de lo resuelto.

No caben dudas de que primó en la cabeza del presidente, lo sanitario a lo económico, aunque definitivamente ambos terminen yendo de la mano. Ningún país del mundo que abrió fronteras salió indemne.

Ahora se abre otro frente. Los comerciantes no dan más y quieren respuestas. Los turistas que año a año visitan la costa uruguaya también. Ni que hablar de los propietarios que pagan religiosamente sus impuestos y que hoy mantienen esperanza de poder visitar el país. Todos se sienten castigados, pero íntimamente saben que no quedaba otra.

Es hora de apechugarse. De unirse más que nunca. De apoyar por parte del gobierno con medidas firmes a las miles de empresas que viven del sector. De que las pequeñas excepciones formen parte de ese auxilio reclamado. También los turistas uruguayos (sé que se me van a enojar), deberán comprender que, si quieren vacaciones en este año tan particular, es momento de dejar de lado los reclamos por beneficios personales.

Si algo tiene esta época que vivimos es que no hay ejemplos para compararse. Las decisiones para bien o para mal se toman y la convicción con la que se la lleva adelante resulta clave. Algo que Luis Lacalle Pou en casi 8 meses de mandato ha sabido realizar. Ojalá por el bien de todos que está termine siendo otra buena decisión.