Pedro Sánchez y el New Deal europeo

Compartir
Compartir articulo
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez y la canciller alemana, Angela Merkel. EFE/Olikvier Hoslet/Archivo
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez y la canciller alemana, Angela Merkel. EFE/Olikvier Hoslet/Archivo

En España, mientras la oposición está distraída con las elecciones en Galicia y País Vasco del próximo domingo, el presidente socialista Pedro Sánchez aprovechó la apertura de fronteras para reorganizar la agenda y comunicar su gestión frente a la crisis económica que nos deja el COVID-19.

Hace unos meses, en el punto más álgido de la pandemia, Sánchez sorprendió liderando el pedido de fondos europeos para combatir el desastre que dejaría el cese de la actividad económica. Compareció ante los medios, escribió columnas en los periódicos mas leídos y envió a sus alfiles de economía y exteriores a que apuntalaran la necesidad de reeditar un New Deal europeo. Consiguió el respaldo de la canciller alemana Angela Merkel, quien le guiñó el ojo a la presidenta de la Comisión, Ursula Von der Leyen, para que acepte el plan que bautizó con el nombre de: “Next Generation UE”.

Ahora, Sánchez vuelve a insistir. El presidente español quiere contar de inmediato con las herramientas económicas para paliar la crisis actual y hacer frente a un probable rebrote del coronavirus que vuelva a llevar al país al confinamiento. No puede esperar a 2021, como establecía en un principio la Comisión, y presionará para que en la próxima cumbre del 17 y 18 de julio se destraben los primeros desembolsos para septiembre de este mismo año.

La ventana temporal es muy corta y las negociaciones se juegan a contrarreloj. Por eso Moncloa diseñó un sprint de reuniones bilaterales que empezaron por el presidente francés Emmanuel Macron -aliado necesario para llevar cualquier planteo a la Unión Europea- seguido por los encuentros con el primer ministro portugués, Antonio Costa, y el primer ministro italiano Giuseppe Conte.

Sánchez quiere mandar un claro mensaje a la Comisión. Los cuatro países representan más del 36% de la población de la Unión y Francia, Italia y España son por detrás de Alemania, las tres naciones con mayor PBI anual de la UE. No se los puede abandonar. De hecho, cuando en sus intervenciones el Presidente repite una y otra vez que en esta crisis “nadie se va a quedar atrás” no solo habla en clave local si no también piensa en España en relación a Europa.

Las aguas parecen abrirse y se llega a divisar cierta luz gracias a que la canciller alemana -que se espera reciba a Sánchez antes de la cumbre- quiere que su presidencia de turno en el Consejo del UE quede para la historia. Sin embargo, al presidente socialista le toca seducir a los países nórdicos de Dinamarca, Suecia, Países Bajos y Austria -países que cuentan con un mayor PBI per capita- para conseguir que flexibilicen su postura contraria a que parte de los fondos no sean un préstamo reembolsable.

Pedro Sánchez, así como lo dijo la portavoz de gobierno Maria Jesús Montero, cree que “España se juega su futuro en los próximos días”. Por eso viajará a Suecia y Holanda para convencer a sus respectivos primeros ministros, Stefan Löfven y Mark Rutte antes de la cumbre. Sabe que su futuro político inmediato depende de este fondo. Sin él, la economía doméstica de los españoles se recentaría aún más generándose un caldo de cultivo que aprovecharía la oposición.

En una legislatura tan atomizada y con liderazgos tan broncos, el Presidente apuesta a mejorar su reputación local en base a los acuerdos que cierre en Europa. Sabe que conseguir los fondos, aparte del alivio económico, representará una gran victoria política que no tendrá que compartir con nadie -ni siquiera con sus socios de gobierno-, una victoria que desdibujará a la oposición, le brindará herramientas para negociar con todos los sectores productivos y, legitimado su mandato desde el exterior, podrá llegar a las próximas elecciones con números económicos positivos siendo el artífice de la remontada post pandemia.

El autor es consultor y analista político