70 años de la República Popular China: la historia de un modelo totalitario

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Este martes se cumplen 70 años de la Revolución Comunista (Photo by NOEL CELIS / AFP)
Este martes se cumplen 70 años de la Revolución Comunista (Photo by NOEL CELIS / AFP)

Mañana se conmemora el 70 aniversario de la proclamación de la República Popular de China por Mao Tse Tung en la Plaza Tiananmen luego de que el Ejército Popular de Liberación, bajo el liderazgo del Partido Comunista, derrotara a las tropas republicanas conducidas por Chiang Kai Shek. Con este nombre se reemplazó a la República China fundada el 1 de enero de 1912 para sustituir la dinastía Qing, que gobernara el país desde 1644. Sun Yat-sen, líder del Partido Kuomingtan, fue designado presidente; sus principios fueron el nacionalismo, la democracia y el bienestar del pueblo.

La República Popular logró por primera vez la unificación del país, la expulsión de las fuerzas extranjeras y un gobierno centralizado. La Conferencia Política reunida en septiembre de 1948 con la participación de otros partidos y organizaciones sociales definió el nombre del país, la Ley de Organización y el Programa de Gobierno y designó a Mao Tse Tung como Presidente Central y Zhou Enlai como Primer Ministro.

La creación de la República Popular fue la culminación del proceso iniciado por las protestas de estudiantes e intelectuales del Movimiento 4 de Mayo en la Plaza de Tiananmen en 1919 del cual surgieron los líderes que fundaron siguiendo el modelo soviético el Partido Comunista. Mao Tse Tung en 1925/27 caracterizó la sociedad china como feudal y señaló la importancia de organizar a los campesinos y trabajadores agrícolas para transformar la sociedad. En 1924-27, el PC se integró al Primer Frente de Unidad liderado por el Kuomintang para combatir a los caudillos militares regionales que se oponían a un gobierno central. La Unión Soviética apoyó con armamento y asesores la campaña de Sun Yan-sen, que falleció en marzo de 1925 nombrando a Chiang Kai-shek como sucesor.

La Internacional Comunista alentó en 1937-41 al PC al igual que en otros países a formar el Segundo Frente Popular en 1935-41 para priorizar la lucha contra la invasión japonesa postergando el enfrentamiento con el Kuomintang. En 1940 Mao expuso en un trabajo que sería material de estudio por las organizaciones de izquierda la necesidad de terminar con la sociedad semifeudal y semicolonial y construir una política, economía y cultura nuevas. El trabajo dividía el proceso en Revolución Democrática y Revolución Socialista. Mao aclaró que no hablaba de la vieja democracia sino de una democracia nueva con características chinas. Esta división lo alejaba de la “dictadura del proletariado” aplicado por el Partido Bolchevique bajo la conducción de Vladimir Lenín aceptando trabajar con otros partidos y organizaciones sociales para ensanchar la base en su lucha contra el Kuomintang.

En agosto de 1945, el Kuomintang y el PC mantuvieron negociaciones en el marco de la Conferencia de Consultas Políticas, donde se elaboró un programa que reconocía al Kuomintang como gobierno legítimo y al PC como principal partido de oposición. El embajador de los Estados Unidos, Patrick Hurley, llevó a Mao en su avión para el encuentro con Chiang Kai-shek.

La guerra de Estados Unidos contra Japón y la colaboración con la Unión Soviética fueron decisivas en la definición de la guerra civil. Mientras la Unión Soviética presionaba al PC para mantener el acuerdo con el Kuomintang, los Estados Unidos suspendían la ayuda a Chiang Kai-shek porque no confiaban en su capacidad militar, la corrupción y la desenfrenada represión de los opositores. La Unión Soviética invadió Manchuria en agosto 1945: había un ejército de 700.000 hombres para apurar la rendición de Japón, capturar el armamento y trasladar las fábricas a su territorio.

La resistencia interna del PC a un acuerdo con el Kuomintang precipitó el desenlace de la guerra civil entre 1946-49. El PC había tenido éxito en lograr el apoyo popular en las zonas ocupadas con su política de reforma agraria y el liderazgo contra las fuerzas extranjeras. La desmoralización de los soldados del Kuomintang y la falta de apoyo de los Estados Unidos aceleraron las deserciones, fortaleció al Ejército de Liberación y precipitó la retirada de Chiang Kai-shek hacia la Isla de Taiwan.

La creación de la República en 1912, el Movimiento 4 de Mayo, la fundación del Partido Comunista y la participación del pueblo en la larga lucha contra el Kuomintang y el ejército japonés fueron hitos que definieron la historia de China el siglo pasado. La consolidación del PC, la expropiación de la tierra, la nacionalización de las empresas, la guerra encubierta de los Estados Unidos y los sabotajes fomentados desde Taiwán, incluyendo la guerra de Corea, hicieron trizas las promesas de democracia esbozadas por Mao Tse Tung en su opúsculo sobre Nueva Democracia. El PC terminó convirtiéndose -al igual que en todos los países donde llegó al poder- en una organización totalitaria, concentrando las decisiones, acallando el disenso, señalando a los opositores como contrarrevolucionarios y restableciendo el culto a la personalidad de las dinastías. Toda esa tragedia extendió el retraso de China otros 30 años. Mao falleció el 9 de septiembre de 1976. Un mes más tarde fue el Golpe de Estado y las reformas comenzaron en 1978. La herencia de Mao descansa en los confines de su Mausoleo y constituye la mayor atracción turística en la Plaza Tiananmen.

Chiang Kai shek y los restos de su ejército ocuparon Taiwán, donde gobernó hasta su muerte en 1975. La vigencia de la Ley Marcial, conocido como Terror Blanco, duró desde 1948 hasta 1987. Chiang Kai-shek es recordado en el Hall de la Memoria construido en Taipei.

El autor es Licenciado en Economía Política (UBA), Master in Economics (University of Boston) y fue embajador argentino en Tailandia. Es Miembro Consultor del Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI)