El aire de una isla paradisíaca fue testigo del mayor desastre musical de la década. En abril de 2017, el Fyre Festival, anunciado como una experiencia de lujo sin precedentes, se transformó en un caótico campo de refugiados improvisado. Miles de jóvenes influyentes, algunos pagando hasta 312.000 dólares por una entrada, se encontraron con tiendas de campaña destinadas a víctimas de desastres y sándwiches de queso en lugar de la prometida comida gourmet.
Lo que debía ser un festival exclusivo, promocionado por Kendall Jenner y Bella Hadid, con conciertos de artistas como Blink-182 y Major Lazer, se convirtió en un infierno del que nadie podía escapar. Sin vuelos de regreso y con el sitio desbordado de agua de lluvia, los asistentes comenzaron a compartir su desesperación en redes sociales, llevando la noticia del fracaso monumental a todos los rincones del mundo. En medio de ese caos, el hombre detrás del festival, Billy McFarland, fue condenado a prisión por fraude, hundido en el escándalo mediático.
Hoy, contra todas las probabilidades y después de pasar cuatro años en una celda, McFarland está de regreso, vendiendo entradas para una nueva edición del festival que fracasó estrepitosamente. Esta vez, promete una experiencia aún más exclusiva: entradas que oscilan entre 1.400 y 1,1 millones de dólares, sin revelar siquiera los nombres de los artistas o el lugar exacto del evento. El hombre que orquestó el peor festival de música de la historia vuelve a jugar con el caos, pero ¿quién es Billy McFarland y cómo logró regresar de las cenizas?
Quién es Billy McFarland
Nacido en 1991 en Nueva York, siempre mostró una habilidad innata para atraer a la gente hacia sus ideas. Con carisma y ambición desbordante, fundó su primera empresa a los 13 años, una muestra temprana de su afán por el emprendimiento. Pero fue en sus veinte cuando realmente comenzó a llamar la atención, no solo por su destreza para vender sueños imposibles, sino por los millones que consiguió reunir para proyectos que, como se descubriría después, nunca tuvieron sustancia.
En 2013, McFarland lanzó Magnises, una especie de tarjeta de crédito para millennials que ofrecía beneficios exclusivos y acceso a eventos de alto nivel. Aunque parecía una idea brillante, pronto se convirtió en un reflejo de lo que sería su marca personal: promesas exageradas y resultados que no cumplían las expectativas.
A pesar de los problemas financieros de Magnises, logró captar la atención de inversores y celebridades para su próximo gran proyecto: el Fyre Festival.
Qué fue el festival Fyre
El Fyre Festival se presentó como una experiencia de ensueño. Un festival en una isla privada en las Bahamas, promocionado como un paraíso para las élites del mundo digital. Los organizadores, entre ellos McFarland y el rapero Ja Rule, prometían villas de lujo, banquetes gourmet preparados por chefs de renombre y presentaciones musicales de primera línea. La campaña promocional fue agresiva: vídeos de supermodelos como Bella Hadid y Emily Ratajkowski corriendo por playas de arena blanca y paseos en yates de lujo que sedujeron a miles de personas en redes sociales.
Sin embargo, detrás de esa imagen de lujo, la realidad era mucho más sombría. Los organizadores enfrentaron una serie de problemas logísticos desde el principio, desde la falta de alojamiento hasta la cancelación de los artistas.
Cuando los asistentes llegaron, encontraron tiendas de campaña empapadas por la lluvia y sin ningún tipo de confort, con comida que consistía en un humilde sándwich de queso. Las redes sociales explotaron y, en cuestión de horas, el festival se transformó en un escándalo internacional.
Cómo terminó preso
El desastre del Fyre Festival no solo significó la decepción de miles de asistentes, sino también el colapso financiero de McFarland. La promesa de lujo y exclusividad fue revelada como un fraude gigantesco. Tras múltiples demandas de los inversores y asistentes, McFarland fue acusado de fraude y otros delitos relacionados.
En 2018, fue sentenciado a seis años de prisión por defraudar a inversores y clientes en más de 26 millones de dólares. Su sentencia incluyó no solo el fracaso del festival, sino también un esquema paralelo en el que vendió entradas falsas para eventos como el Met Gala y Coachella a través de su empresa NYC VIP Access. McFarland fue también obligado a devolver más de 20 millones de dólares a los afectados, aunque su capacidad de reembolso quedó en duda.
Qué pasó cuando salió de la cárcel
En 2022, después de cumplir cuatro años de su condena, Billy McFarland fue liberado de prisión, pero lejos de esconderse del ojo público, decidió regresar al centro de la atención mediática. Durante su tiempo en la cárcel, McFarland afirmó haber diseñado una estrategia para resucitar el Fyre Festival, convencido de que la infamia del evento anterior era, en realidad, su mejor carta de presentación.
—Hay mucha gente que quiere estar presente en Fyre II solo para ver qué va a pasar—, declaró McFarland a NBC News. En agosto de 2023, puso a la venta el primer lote de entradas para el Fyre Festival II, que se agotaron en un solo día, a pesar de que no se ha confirmado ningún artista ni detalles sobre la localización exacta.
Hoy, McFarland sigue en la búsqueda de patrocinadores y socios para su ambicioso plan. La nueva edición del Fyre Festival, que está programada para realizarse del 25 al 28 de abril de 2025, promete ser un evento más controlado que el original. Sin embargo, muchos permanecen escépticos, incluido Andy King, uno de los organizadores del primer festival, quien ha expresado serias dudas sobre las habilidades de McFarland para aprender de sus errores.
A pesar del escepticismo, el interés en el festival continúa, impulsado por la fascinación del público por el morbo de un posible segundo desastre. McFarland ha logrado vender el mito de Fyre como un evento que desafía lo convencional, atrayendo a aquellos que buscan una historia para contar, independientemente de si la música suena o no.