El Qatargate se extiende por Europa y amenaza con develar una enorme trama de corrupción de la que participaban eurodiputados de varios partidos de izquierda para mejorar la imagen de Qatar ante los escándalos por la explotación de los trabajadores que construyeron la infraestructura para el Mundial y otras violaciones a los derechos humanos. Con el avance de la investigación se descubrió que también hubo votos a favor de Marruecos, país desde el que se tercerizaron algunos pagos de los sobornos. Uno de los implicados, el asistente parlamentario italiano Francesco Giorgi confesó ser parte de la organización y señaló al ex eurodiputado Pier Antonio Panzeri como líder de la trama.
“Lo hice todo por un dinero que no necesitaba”, habría dicho Francesco Georgi al juez belga que está a cargo de la investigación, según reveló el diario Le Soir de Bruselas. “Pero ahora liberen a mi pareja, debe estar con nuestra hija”, agregó en referencia a Eva Kaili, la eurodiputada griega y vicepresidenta de la cámara que está arrestada, es su pareja desde hace cinco años y tienen una hija de dos años. En la casa de la pareja se encontraron 150.000 euros camuflados en unas bolsa de supermercado y el padre de Kaili fue descubierto sacando una maleta con otros 750.000 euros.
Según los documentos judiciales, Georgi aseguró ante el juez que él ofició de “transportista” del dinero que Pier Antonio Panzeri, quien ocupó un asiento por el socialdemócrata Partido Democrático italiano en el Parlamento Europeo entre los años 2005 y 2019, utilizaba para “comprar voluntades” entre sus pares para que voten leyes y resoluciones que favorecieran tanto a Qatar como a Marruecos. Panzeri recibía el dinero y las órdenes de lo que debía hacer a través del diplomático marroquí Abderrahim Atmoun, actual embajador en Polonia que estuvo antes al frente de las relaciones con la Unión Europea. También tenía contacto directo con los servicios de inteligencia exterior del reino marroquí y su director, Yassine Mansouri.
blockquote class="twitter-tweet">Dans le cadre d’un dossier du Parquet Fédéral de suspicions de corruption, visant des personnes actives au sein du Parlement européen, la Police Judiciaire Fédérale a saisi près d’1,5 millions d’euros lors de perquisitions menées en région bruxelloise. pic.twitter.com/2UfK2zNtnm
— Police Fédérale (@policefederale) December 14, 2022
Según Georgi, de la organización también participaba el diputado belga de origen italiano, Marc Tarabella, cuyo domicilio fue allanado esta semana y que tiene en su haber un cambio radical de postura con respecto a lo que sucedía en Qatar. Pasó de ser uno de los más críticos dentro del europarlamento por la situación de los derechos humanos en Qatar a defender con fervor los avances que estaba haciendo el emirato para organizar el Mundial de fútbol. El asistente parlamentario también implicó al eurodiputado socialista Andrea Cozzolino, de quien es hoy su asistente legislativo. Cazzolino dijo no tener nada que ver con el asunto y pidió una licencia hasta que se aclaren los hechos. La prensa cita también el nombre de la eurodiputada Maria Arena, una socialista belga que apoyó activamente las causas de la ONG Fight Impunity (combate la impunidad), que Panzeri utilizó para recibir el dinero proveniente de Doha. También fue arrestado y liberado poco después el secretario general de la Confederación Sindical Internacional (CIS), Luca Visentini, pero aún no está claro su papel en el caso.
Panzeri y Girogio están detenidos junto a un tercer implicado, un lobista italiano llamado Niccolo Figà-Talamanca, del que se sospecha era quien “llevaba la palabra”, organizaba las campañas de relaciones públicas e indicaba a los parlamentarios cuál debía ser el mensaje que debían dar en las sesiones. Talamanca dirigía otra ONG por la que habría pasado el dinero, No Peace Without Justice (no hay paz sin justicia), que fue fundada en 1993 por Emma Bonino, la ex comisaria europea y ex senadora de la República Italiana. Eva Kaili también seguirá presa hasta el 22 de diciembre que es para cuando el juez fijó la primera audiencia. Los cuatro están acusados de organización criminal, blanqueo de dinero y corrupción.
El escándalo estalló el 9 de diciembre cuando la policía realizó una serie de redadas y la Fiscalía federal daba a conocer este comunicado: “Desde hace varios meses, los investigadores de la policía judicial federal sospechan que un país del Golfo influye en las decisiones económicas y políticas del Parlamento Europeo, y lo hace mediante sumas considerables de dinero u ofreciendo importantes regalos a personas con una posición política y/o estratégica significativa en el seno de la Eurocámara”.
El “país del Golfo” es Qatar y el epicentro del escándalo se encuentra en el grupo parlamentario Socialistas y Demócratas (S&D), al que pertenece Kaili y, anteriormente, Panzeri. La dirigencia socialdemócrata de los países de la Unión Europea ya pidió que todos los implicados se alejen de sus cargos hasta que se aclare quiénes participaron y quiénes son inocentes. Tarabella pidió su suspensión y Marie Arena renunció a su cargo de presidenta del subcomité de Derechos Humanos de la Eurocámara, el italiano Pietro Bartolo también dejó su puesto como responsable de S&D en las negociaciones de la Comisión de Libertades del Parlamento Europeo sobre la liberalización de visados para Qatar, y otro eurodiputado italiano, Andrea Cozzolino, dimitió como coordinador del grupo parlamentario S&D.
La presidenta de la Eurocámara, la maltesa Roberta Metsola, prometió que “no habrá impunidad” ante la corrupción y que la institución que dirige no permitirá que este caso se “oculte bajo la alfombra”. Ya suspendió preventivamente a Eva Kaili de sus funciones como una de las 16 vicepresidentas del parlamento y anunció que se iniciaba un proceso interno para despojar oficialmente a la griega de sus fueros. Kaili ya fue expulsada del grupo parlamentario S&D y de su partido en Grecia, el Pasok. Mientras comienzan a aparecer otros posibles implicados como el eurocomisario griego, Margaritis Schinas, que viajó varias veces en los últimos meses a Qatar.
En tanto, en Doha se juega este fin de semana la final del Mundial de Fútbol sin que haya habido mayores explicaciones sobre la muerte de, al menos, 400 trabajadores a causa de la explotación laboral durante la construcción de los estadios o las torturas a las que fue sometido el funcionario qatarí que denunció esa situación. Y algunos en la prensa deportiva europea se preguntan si algo de lo que está revelando el escándalo en Europa pudo tener que ver con el hecho de que la selección de Marruecos haya llegado a ser semifinalista o que decenas de eurodiputados franceses hayan conseguido asientos privilegiados en el estadio para ver el Argentina-Francia.
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