La encrucijada de Europa: aumentó el gasto público y el endeudamiento para evitar una recesión pero la inflación no cede

Los estados miembros de la Unión Europea han desembolsado, durante un año, cerca de 450 mil millones de euros para luchar contra las consecuencias de la invasión rusa a Ucrania

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El euro se debilita frente el dólar. El endeudamiento crece. Lo que parecían medidas de apoyo temporal pueden volverse estructurales. Una factura alta por la crisis de la invasión a Ucrania
El euro se debilita frente el dólar. El endeudamiento crece. Lo que parecían medidas de apoyo temporal pueden volverse estructurales. Una factura alta por la crisis de la invasión a Ucrania

Establecer un arsenal presupuestario para detener una crisis económica y evitar la recesión. Frenar un ticket exorbitante que paga cada europeo en nombre de la libertad. Luego del espectacular desembolso que se efectuó tras la pandemia del coronavirus, los Estados miembros de la Unión Europea (UE) ahora asumen otra monumental inyección de fondos para intentar evitar el desplome de sus economías.

El inicio del otoño llega con severas advertencias sobre los efectos de la invasión rusa: una espiral inflacionaria continental como no se recuerda hace décadas y una ingeniería financiera que está aumentando considerablemente el endeudamiento público. Esto ha llevado a un pasivo del 153% del PBI en Italia, del 127% en Portugal, 189% en Grecia, 114% en Francia y 118% en España.

Los socios de la Unión Europea han desembolsado, durante un año, cerca de 450.000 millones de euros para luchar contra el alza de los precios del gas y la electricidad y para apoyar a particulares y empresas. Si bien la mayoría de estas medidas fueron diseñadas para ser temporales, ahora son a largo plazo, y nadie sabe si serán suficientes.

Los medidas son dispares, aunque el objetivo el mismo: ayudas para los más necesitados, rebajas en la carga de combustibles, congelación de precios, nacionalización de empresas. Los gobiernos hacen anuncios diariamente cuando las finanzas tambalean en los hogares y empresas ante la subida de los precios energéticos y de los alimentos.

Pero estos esquemas, al mismo tiempo, han deteriorado las perspectivas financieras y económicas de Europa y el mundo para el resto del año. “Tenemos que dejar atrás la inflación. Ojalá supiera una manera indolora de hacerlo, pero no hay ninguna”, advirtió Jerome Powell, jefe de la FED de Estados Unidos, sumando presión sobre los tipos de interés en el resto de los bancos centrales. Los líderes políticos, los inversores y los hogares se preguntan cómo tendrán que cambiar su comportamiento. Y por cuánto tiempo. Esto dependerá de la efectividad de las decisiones.

El Banco Central Europeo (BCE), con varios ajustes en su tasas de referencias, debe asegurarse, con cada subida, de no penalizar demasiado al euro. Con cada corrección, la Fed, en su política monetaria, favorece al dólar. La moneda americana, en la incertidumbre actual, se beneficia plenamente de su condición de refugio seguro, obligando al resto de bancos centrales a adaptarse.

Banco de Inglaterra elevó las tasas de interés medio punto a 2,25 por ciento el jueves (Reuters)
Banco de Inglaterra elevó las tasas de interés medio punto a 2,25 por ciento el jueves (Reuters)

Con cada suba penaliza indirectamente a las demás economías del planeta. Así, el Banco de Inglaterra debió mover nuevamente sus fichas. La autoridad monetaria británica elevó las tasas de interés medio punto a 2,25 por ciento el jueves, incluso cuando dijo que el Reino Unido ya podría estar en recesión. Mientras, el canciller británico Kwasi Kwarteng está listo para revelar una serie de recortes de impuestos como parte del plan del gobierno para impulsar el crecimiento en medio de una crisis del costo de vida cada vez más profunda.

La pandemia dejó una factura de mas de 750.000 millones de euros. Una inversión pública decidida en Bruselas que se convirtió en un orgullo a escala europea. Ahora, con las consecuencias de la agresión de Vladimir Putin en Ucrania, los Veintisiete han destinado colectivamente 314.000 millones de euros para limitar la subida del precio de la electricidad, reducir los impuestos energéticos o conceder subvenciones a los contribuyentes, según un estudio actualizado por el Instituto Bruegel que analiza el periodo de septiembre de 2021 a septiembre. 2022.

Si se consideran los gastos de nacionalizaciones, rescates o la concesión de ayudas a compañías del sector energético en dificultades, la inversión asciende a casi 450.000 millones de euros. En Reino Unido, el flamante gobierno de Liz Truss el desembolso llega a mas de 170.000 millones de euros, o el 6,5% de su PBI.

Un esquema donde todos piden y los gobiernos no pueden decir que no. Con la presión de las elecciones encima, el saliente Presidente del Consejo de Ministros de Italia, Mario Draghi, acaba de anunciar otro paquete de ayuda por 14.000 millones de euros que los ubican “entre los países que más han gastado en Europa” contra la crisis desatada.

La factura de Italia lo pone en el segundo mayor gastador de Europa con 59.200 millones de euros, el 3,3% de su PBI. En el podio está Alemania con 100.200 millones y el 2,8% de su PBI. Francia esta en el tercer lugar con 53.600 millones de euros comprometidos, o el 2,2% del PBI.

Otro ejemplo, récord, es el de España. El gobierno del presidente socialista, Pedro Sánchez, ha anunciado el techo de gasto, el límite de gasto no financiero para 2023, que alcanza los 198.221 millones de euros. Este desembolso es el registro más elevado de la historia por tercer año consecutivo. En total, este dato representa un crecimiento del 1,1% respecto al año pasado.

La inflación golpea el bolsillo de los europeos
La inflación golpea el bolsillo de los europeos

Los Presupuestos Generales del Estado español del próximo año, con un gasto histórico, rebaja ocho décimas el crecimiento del PBI de 2023, al 2,7 por ciento. La previsión del Gobierno es que el déficit del conjunto de las administraciones públicas se sitúe en 2023 en el 3,9% del PBI.

Pero la dinámica de los últimos acontecimientos por el conflicto en Ucrania nublan todos los pronósticos. La mayoría de los paquetes fueron pensados para ser temporales, pero el impacto en las económicas las ha vuelto estructurales. Por eso, las estimaciones sostienen que el gasto seguirá aumentando. Una espiral que acrecienta la vulnerabilidad por los altos endeudamientos. Una factura que se puede volver impagable.

El BCE entró en una carrera vertiginosa para detener la inflación. Y esto llega a las hipotecas y créditos de hogares y empresas. Dinero caro, tambien trae bajas inversiones. Esto puede golpear los planes de las empresas y tocar la estructura laboral. El motor de Europa, Alemania se endeuda al 1,8% frente a una tasa negativa a principios de año. Francia vio su tasa a diez años cruzar el martes un máximo de ocho años del 2,5%. Italia, finalmente, superó el 4%, frente al entorno del 1% de principios de año, trayendo el fantasma de una crisis de deuda en la Unión Europea.

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