La tomografía del Etna reveló la estructura interna y las zonas de acumulación de magma en el volcán más activo de Europa

El informe reveló que los cráteres superiores llegan hasta una profundidad de entre 10 y 12 kilómetros y tambien las tres zonas donde se acumula mayor cantidad de fluido a altísimas temperaturas

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(Getty Images)
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El Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología (INGV) de Italia ha identificado tres zonas de acumulación del magma del volcán Etna, en Sicilia (sur), el más activo de Europa, cuya estructura interna ha sido definida por tomografía.

El estudio, publicado por la revista Communications Earth & Environment, detalló la estructura del Etna desde los cráteres superiores hasta una profundidad de entre 10 y 12 kilómetros.

E interpretó estas tres zonas, en la parte central del volcán, como “zonas fracturadas a alta temperatura que contienen un porcentaje de magma del 4 % del volumen total”, una cantidad que puede alimentar la actividad eruptiva.

(INGV)
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Esto ha sido posible gracias a la tomografía sísmica 4D, capaz de registrar las ondas sísmicas y de detectar las zonas en las que avanzan a menor velocidad por la presencia de rocas fracturadas y magma, algo que sirvió para localizar “nuevo magma en la estructura volcánica poco profunda”, señaló uno de los autores del estudio e investigador del INGV, Pasquale De Gori.

De las tres zonas de acumulación de magma identificadas, una es profunda y extensa, situada entre 4 y 9 kilómetros de profundidad, y las otras dos son más superficiales y de menor tamaño, próximas a los cráteres superiores.

El trabajo del INGV usa datos de entre 2005 y 2019 y los complementa con otros más actuales hasta 2021 para “definir los cambios que se han producido en los últimos años”.

Etna Walk/Handout via REUTERS
Etna Walk/Handout via REUTERS

”Teniendo en cuenta la actividad del Etna durante las dos últimas décadas, la dinámica del volcán se ha visto condicionada por la elevación del magma y la activación de las fallas en el lado sureste del volcán”, algo que “puede favorecer las erupciones despresurizando los conductos volcánicos centrales”, afirmó De Gori.

El estudio concluyó que la zona profunda de acumulación del magma se encuentra en una zona de alta velocidad de las ondas, y que este magma genera “una presurización del sistema” que es el que desencadena la actividad sísmica del Etna.

ACTIVIDAD VOLCÁNICA

El pasado 21 de septiembre, el volcán experimentó una nueva erupción en su cráter sureste, con emisión de cenizas y lava, mientras va en aumento la amplitud de los temblores volcánicos, informó el Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología italiano (INGV).

Imagen de archivo de la erupción del Etna en abril de 2021. EFE/EPA/Orietta Scardino
Imagen de archivo de la erupción del Etna en abril de 2021. EFE/EPA/Orietta Scardino

La actividad volcánica comenzó alrededor de las 6.15 horas locales (4.15 GMT), con la emisión de cenizas y 40 minutos después se observó la reanudación de la actividad estromboliana en el cráter sureste, el más activo en las últimas erupciones del Etna.

La nube eruptiva producida por la actividad alcanzó una altura de 9 kilómetros, siendo visible desde las localidades de Catania y Taormina.

El centro de la fuente del temblor se encuentra en la zona del cráter sureste a una altura de aproximadamente entre 2.900 y 3.000 metros sobre el nivel del mar.

Corrientes de lava al rojo vivo cuando el Monte Etna, el volcán más activo de Europa, entra en erupción visto desde Rifugio Citelli, Italia, 9 de agosto de 2021. Etna Walk / Giuseppe Distefano / Folleto vía REUTERS
Corrientes de lava al rojo vivo cuando el Monte Etna, el volcán más activo de Europa, entra en erupción visto desde Rifugio Citelli, Italia, 9 de agosto de 2021. Etna Walk / Giuseppe Distefano / Folleto vía REUTERS

Según informó el Instituto el pasado 10 de agosto, las últimas erupciones en el cráter sureste han llevado al Etna a aumentar su altitud en 33 metros tras las últimas erupciones en su cráter sureste y ahora su nueva cumbre se sitúa a 3.357 metros sobre el nivel del mar.

Las capas de lava y material piroclástico expulsados en las frecuentes erupciones se han acumulado en el cono del cráter sureste, el más joven y activo, y han ido transformando su morfología desde el 16 de febrero, cuando se produjo el primer episodio del 2021.

Desde 1980, el cráter noreste estaba considerado el más alto del volcán siciliano, con 3.324 metros, que llegaron a alcanzar una cota máxima de 3.350 metros en 1981, antes de que sus bordes se fueran erosionando.

(con información de EFE)

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