Francia celebró este martes la fiesta nacional del 14 de julio en versión covid-19, con un inédito minidesfile militar en París en el que rindió homenaje a la movilización de sus fuerzas armadas y el personal sanitario ante la pandemia.
Por la mañana, el desfile alrededor de la plaza de la Concordia reunió, bajo un cielo nublado, a solamente 2.000 militares, menos de la mitad del habitual descenso en los Campos Elíseos.
En el cuadro final, el personal sanitario, vestido con batas blancas, se unió a las filas de los militares mientras se desplegaba una inmensa bandera azul, blanca y roja mientras sonaba el himno nacional, la Marsellesa.
Debido al riesgo sanitario el desfile se redujo y se realizó sin público, pero se mantuvo el paso de unidades aéreas abierto por el emblemático penacho de humo tricolor de la escuadrilla acrobática de la Patrulla de Francia, que embarcó a tres representantes del personal sanitario a bordo de sus Alphajets.
En las gradas se reunieron 2.500 invitados, entre ellos 1.400 franceses que vivieron la epidemia en primera línea: personal sanitario, familiares de personal sanitario fallecido, profesores, cajeros, agentes funerarios, policías, gendarmes, bomberos, y asalariados de fábricas de máscaras
Cuatro países europeos -Alemania, Suiza, Austria y Luxemburgo- estaban simbólicamente representados, para darles las gracias por haber atendido en sus hospitales a 161 pacientes franceses.
También asistió el director general de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
Tampoco faltó un episodio divertido, cuando la ministra de Industrias francesa, Agnes Pannier-Runacher, solo pudo correr hacia su auto cuando se dio cuenta de que había olvidado su máscara en la ceremonia. Pannier-Runacher pareció entrar en pánico y se cubrió la boca con las manos. Otro funcionario acudió en su rescate y le entregó una máscara facial de repuesto.
La noche del 14 de julio se anuncia inédita, ya que la mayoría de las ciudades han cancelado los bailes los populares y los fuegos artificiales, mientras París mantiene el espectáculo pirotécnico pero sin público y solamente para la trasmisión televisiva.
Al otro lado de la ciudad, en la Plaza de la Concordia, manifestantes llamaron la atención sobre los fallos de Francia durante la pandemia. Trabajadores sanitarios que criticaron la escasez de mascarillas y los recortes que dejaron a uno de los mejores sistemas de salud del mundo mal preparado frente a la galopante propagación del virus.
Las tensiones surgieron ya el lunes en la noche, en la víspera del feriado, cuando alborotadores prendieron petardos e incendiaron un bus, un gimnasio y docenas de vehículos en la región de París, según el departamento de bomberos.
Plan de recuperación y uso obligatorio de la mascarilla
Después del desfile, el presidente Emmanuel Macron presentó varias orientaciones económicas y medidas para superar la crisis generada por la pandemia y defendió el uso obligatorio de la mascarilla en el país en lugares públicos cerrados.
“Deseo que la mascarilla sea obligatoria en todos los lugares públicos cerrados”, declaró Macron en una entrevista televisada, mencionando la fecha del 1º de agosto para la aplicación de esta medida.
“Salimos de un primer pico (de la pandemia) (...) todo el país se movilizó y tenemos los resultados, ya que conseguimos frenar el virus y recuperar una vida casi normal”, explicó el mandatario.
Pero, actualmente “hay indicios (de que) esto se vuelve a acelerar, tenemos señales que se recomienza un poco”, advirtió. “La mejor prevención son los gestos barrera”.
Para atajar el impacto económico, Macron prometió un “plan de recuperación masivo”, a nivel “industrial, ecológico, local, cultural y educativo” de al menos 100.000 millones de euros (unos 113.000 millones de dólares).
(Con información de AFP)
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