Corea del Norte planea enviar a Corea del Sur unos 12 millones de panfletos propagandísticos por medio de globos y a modo de castigo como “represalia” por las acciones similares llevadas a cabo por activistas surcoreanos, según informaron hoy medios oficiales de Pyongyang.
El régimen que lidera Kim Jong-un amenazó con esta medida después de anunciar la semana pasada que rompía el diálogo con el país vecino y que iba a remilitarizar la frontera entre ambas Coreas, todo ello debido a la distribución de propaganda al Norte desde el Sur, lo que según Pyongyang incumple el pacto bilateral de 2018.
“Los preparativos para la distribución de panfletos más amplia hasta la fecha están casi completos”, indicó este lunes la agencia estatal norcoreana KCNA en una nota, que añade que la iniciativa es “una represalia contra aquellos que lanzaron un intolerable insulto” contra Corea del Norte para “hacerles pagar por su crimen”.
En concreto, el régimen de Pyongyang ha impreso unos 12 millones de panfletos que recogen “la ira y el odio” del pueblo norcoreano, y ha preparado asimismo “varios tipos de equipamiento” que harán llegar esa propaganda a territorio surcoreano, entre ellos unos 3.000 globos, según la KCNA.
“Cada acción tendrá la reacción adecuada y solo cuando uno la experimenta puede sentir lo ofensiva que es”, añadió la agencia.
Las fotos del periódico oficial Rodong Sinmun mostraron colillas de cigarrillo y cenizas encima de folletos con la cara del presidente surcoreano, Moon Jae-in.
En uno de los folletos se ve la cara del presidente tomando una bebida y una leyenda que reza: “Se lo comió todo, incluido el acuerdo entre Corea del Norte y Corea del Sur”.
La agencia oficial de noticias norcoreana no precisó cuándo está prevista la distribución de los panfletos, la última medida anunciada por Corea del Norte después de que el pasado día 15 Pyongyang destruyera la oficina de enlace intercoreana y anunciara el reenvío de tropas a la frontera.
El régimen encabezado por Kim Jong-un también rechazó dialogar con Corea del Sur y elevó su tono contra el país vecino, a lo que Seúl respondió con mayor dureza de lo habitual y con preocupación.
El fracaso de la última cumbre en Hanói entre Kim Jong-un y el presidente estadounidense Donald Trump ha disparado la tensión entre los dos países. Según algunos expertos, Pyongyang busca provocar una crisis para presionar a Seúl y obtener concesiones.
El ministro surcoreano de Unificación, Kim Yeon-chul, encargado de los asuntos relacionados con Corea del Norte, dimitió el viernes en medio de la tensión creciente entre los dos países.
El presidente Moon Jae-in “aceptó la propuesta de dimisión del ministro de Unificación Kim Yeon-chul”, según un comunicado de la Casa Azul, la presidencia surcoreana, que no ha ofrecido más detalles.
Kim presentó su dimisión el miércoles, al día siguiente de la destrucción, por Corea del Norte, de la oficina de enlace entre los dos países situada en su territorio, dando a entender que “asume sus responsabilidades” en el deterioro de las relaciones intercoreanas.
Los analistas consideran que el régimen norcoreano ha encontrado en el envío de globos con propaganda una excusa para endurecer su estrategia de presión en la fracasada cumbre sobre desnuclearización de Hanói de febrero de 2019, en la que Pyongyang aspiraba a lograr una relajación de las sanciones que pesan sobre su país.
Con información de EFE
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