Boris Johnson consiguió dar el primer paso este jueves para cumplir con su prometido Brexit. La Cámara de los Comunes votó por una clara mayoría a favor de la propuesta de salida presentada por el gobierno, fruto de las negociaciones mantenidas con los líderes europeos en octubre del año pasado.
Ahora el proyecto pasará a la Cámara de los Lores, donde se espera que también sea aprobado. Después solo faltará que la reina Isabel II lo firme para que se convierta en ley, algo que podría suceder entre el 22 y el 23 de enero. Finalmente, el Parlamento Europeo deberá ratificarlo en la sesión del 29 de enero.
Entonces, el Reino Unido quedará libre para salir de la Unión Europea el 31 de enero, cuando vence la última prórroga concedida por Bruselas. Pero ese día no será el último de este proceso, sino que marcará el pasaje a una nueva etapa, que no será nada fácil. Londres y la UE tendrán 11 meses para discutir cómo será su nueva relación comercial y política. Hay mucho por decidir y los desacuerdos no son pocos.
Una negociación compleja
El proyecto que acaba de aprobar la Cámara de los Comunes evita una salida traumática el 31 de enero, como se temía el año pasado. Sin esta ley, resultado del pacto sellado entre Johnson y sus pares europeos, se caerían de un día para el otro los acuerdos forjados durante décadas entre el Reino Unido y la UE, cuyas economías están profundamente entrelazadas.
Entre otras cosas, la norma evita que se impongan controles fronterizos entre la República de Irlanda e Irlanda del Norte, al precio de dejar a la última con un estatus diferente al de las otras naciones constitutivas del Reino Unido. Johnson logró que los unionistas norirlandeses acepten esa condición como un mal necesario, ya que Dublín no estaba dispuesto a convalidar un acuerdo que supusiera una frontera dura en la isla, por temor a que resurja el conflicto armado que la atravesó durante décadas.
Pero está lejos de ser un acuerdo definitivo. Londres y Bruselas tendrán que sentarse nuevamente a negociar para decidir cómo será su vínculo comercial y político en el futuro. Los diálogos empezaron con una discrepancia: Johnson quiere que se resuelva todo antes del 31 de diciembre, cuando concluye el período de transición que se abre el 31 de enero, pero la UE considera que el plazo no es suficiente para acordar algo tan complejo.
La alemana Ursula Von der Leyen, que asumió la presidencia de la Comisión Europea en diciembre, viajó el miércoles a Londres junto al negociador jefe europeo, el francés Michel Barnier, para mantener su primer encuentro con el primer ministro británico. Antes de la reunión en Downing Street, advirtió en una conferencia en la London School of Economics que se necesitaría más tiempo para alcanzar un tratado completo de libre comercio y que las negociaciones serán “duras”.
Von der Leyen advirtió que si, por la falta de tiempo, las dos partes no alcanzan un acuerdo sobre su relación post Brexit, el Reino Unido podría perder el acceso ilimitado a su primer socio comercial. “Sin unas reglas de juego equitativas en materia de medio ambiente, trabajo, fiscalidad y ayudas estatales, no se puede tener un acceso de la más alta calidad al mayor mercado único del mundo”, dijo.
"Y sin una extensión del período de transición más allá de 2020, no se puede esperar alcanzar un acuerdo en todos y cada uno de los aspectos de nuestra nueva asociación”, subrayó.
No obstante, el portavoz de Downing Street reiteró tras el encuentro que “el primer ministro ha dicho claramente” que “no habrá más prolongaciones”. Sentando las bases de lo que se presenta como un nuevo pulso entre ambas partes, enfatizó: “Queremos avanzar en la negociación de un acuerdo, así que tal vez la premisa de que ‘nada está acordado hasta que todo está acordado’, que caracterizó las negociaciones anteriores, no es un enfoque que nos interese adoptar”.
Johnson está determinado a no cometer los mismos errores que su predecesora Theresa May, acusada de hacer demasiadas concesiones a Bruselas, y a ir rápido para evitar nuevo aplazamiento. “Después de haber esperado más de tres años para realizar el Brexit, los ciudadanos británicos y los europeos esperan con razón que las negociaciones sobre un ambicioso acuerdo de libre comercio terminen a tiempo”, dijo a la presidenta de la Comisión Europea.
Pero los responsables europeos tienen reputación de ser durísimos negociadores. Y no parece querer perderla.
El presidente francés Emmanuel Macron advirtió el martes que para lograr un acuerdo antes de final de año, Johnson deberá mostrar “flexibilidad” en las negociaciones. Y dijo no querer sacrificar aspectos importantes por falta de tiempo.
La Unión Europea será “intransigente” con el Reino Unido, que deberá “respetar todas las reglas (...) para acceder al mercado único europeo", dijo por su parte el comisario europeo de Mercado Interior, Thierry Breton, en una entrevista al periódico francés Les Echos.
Con información de AFP
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