Al menos 51 ballenas piloto murieron entre anoche y esta mañana en la bahía de Hanson, en la isla neozelandesa de Chatham, en el segundo fallecimiento masivo de estos cetáceos en Nueva Zelanda en una semana.
El Departamento de Conservación neozelandés indicó en un comunicado que otros 30 o 40 ejemplares consiguieron regresar a mar abierto por su propios medios.
Se han tomado muestras de los cadáveres y se enviarán a la Universidad de Massey con la intención de aumentar el conocimiento científico sobre esta especie y descubrir la causa de este comportamiento.
Aunque el fenómeno es relativamente común en Nueva Zelanda, los científicos aún no han descubierto la razón de este comportamiento, pero creen que se pueda deber a enfermedades, errores de navegación, para huir de depredadores, características geográficas o marinas inesperadas o clima extremo, según el Departamento de Conservación.
Con información de EFE
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