Incluso en la era de Spotify y el streaming pago, la piratería de contenidos musicales crece alrededor del mundo

A pesar del desalentador reporte, los ingresos globales provenientes de la música crecieron un 8.1 por ciento el año pasado, para alcanzar los USD 17.3 mil millones

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A pesar del éxito comercial de plataformas de streaming musical como Spotify y Apple Music, la piratería continúa siendo practicada de forma extendida alrededor del mundo. Al menos eso fue lo que reveló un informe elaborado por la Federación Internacional de la Industria Fonográfica recientemente compartido.

En el mismo se ubica en torno al 38 por ciento, el número de consumidores que obtienen las producciones de sus artistas favoritos mediante métodos piratas que violan los derechos de autor.

Las formas en las que las personas "piratean" contenidos han evolucionado al ritmo de los avances tecnológicos a tal punto que representan un duro golpe al número de suscriptores de servicios pagos, quienes representan el 86 por ciento del mercado.

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La mayoría de los que descargan música de forma ilegal, un 32 por ciento de la población mundial de consumidores, utilizan un sistema que se conoce como "stream ripping" mediante el cual plataformas no legítimas crean un archivo de audio en la computadora del usuario proveniente de un video subido a YouTube o un formato similar.

Este tipo de sitios, como el en su momento extremadamente popular "YouTubeMP3", generan ingresos publicitarios sin compensar a los artistas y compañías discográficas que están detrás de las producciones musicales.

"El stream ripping socava el crecimiento del mercado de música legal" dijo una vocera de la organización detrás del estudio. De cualquier forma, los ingresos globales provenientes de la música crecieron un 8.1 por ciento el año pasado, para alcanzar los USD 17.3 mil millones.

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Esto representa el tercer año consecutivo de crecimiento para la industria, luego de que se vivieran quince años de caídas de las ventas físicas debido a los formatos digitales y el auge de la piratería.

El alza fue casi enteramente alimentada por la popularidad de las plataformas de streaming, hoy convertidas en la el principal contribuyente de ingresos gracias a los 176 millones de suscriptores con los que cuenta, por ejemplo, Spotify.