¿Alguien vio a Roman Abramovich? Por qué el millonario ruso desapareció de sus lugares habituales en Londres

Hace meses que el oligarca favorito del Kremlin no se deja ver en el Reino Unido, donde compró el club Chelsea hace 15 años. Por el aumento de las tensiones tras los envenenamientos de marzo y la amenaza de sanciones económicas de los Estados Unidos, parece estar preparándose para enfrentar el mal tiempo

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Roman Abramovich comenzó a prepararse para enfrentar problemas con las autoridades británicas y las estadounidenses. (REUTERS/Olivia Harris)
Roman Abramovich comenzó a prepararse para enfrentar problemas con las autoridades británicas y las estadounidenses. (REUTERS/Olivia Harris)

Desde hace seis meses, cuando el gobierno británico no le renovó su visa, Roman Abramovich bajó su perfil en Londres. No estuvo en el partido en cual el Chelsea, el equipo que el millonario ruso compró en 2003, derrotó a su rival Arsenal. Y desde que las autoridades acusaron al Kremlin de haber utilizado un agente nervioso mortal en territorio inglés, en el envenenamiento del ex espía Sergei Skripal y su hija, simplemente se esfumó de la ciudad.

Sólo una banderola de los fanáticos del Chelsea lo hizo presente: "The Roman Empire", decía.

Los hinchas lo veneran porque compró el club, al borde de la bancarrota, por 140 millones de libras (unos USD 223 millones entonces), y con inyecciones de dinero (se estiman en más de 1.100 millones de libras, o USD 1.450. millones), terminó la sequía de títulos que afectaba al Chelsea desde 1955. En 15 años ganó 15 trofeos.

—¡Ganamos todo! —cantaban los fanáticos en el partido contra el Arsenal.
—¡Compraron todo! —les contestaron los rivales.

En el estadio de Wembley, el Chelsea festejó uno de sus triunfos: 15 años de Abramovich le dieron como resultado 15 trofeos. (Reuters/Lee Smith)
En el estadio de Wembley, el Chelsea festejó uno de sus triunfos: 15 años de Abramovich le dieron como resultado 15 trofeos. (Reuters/Lee Smith)

Pero ahora, frustrado porque el Reino Unido no le renovó la visa y con el temor de que los Estados Unidos extiendan sus sanciones contra los ricos rusos y se vea afectado, Abramovich contrató al banco Raine Group de Nueva York para que encontrase un comprador para el Chelsea, por el cual pide —y es serio: rechazó ofertas de USD 2.300 millones— un mínimo de 3.000 millones de libras, o USD 3.950 millones, según Bloomberg Businessweek.

"Con una fortuna de USD 14.700 millones derivada del petróleo y los metales, Abramovich tiene su enorme riqueza a discreción del presidente ruso Vladimir Putin, un estatus que lo ha puesto en la línea de fuego de la Guerra Fría 2.0", explicó la publicación.

En ese conflicto, los funcionarios británicos han comenzado a demorar el proceso de las visas y a escudriñar la riqueza de los rusos que utilizan Londres como su base, por lo cual a la ciudad se la ha apodado Londresgrado. Algunos legisladores han impulsado que se considere el ingreso de dinero ruso como un asunto de seguridad nacional.

Roman Abramovich tuvo mucho que ver en el ascenso de Vladimir Putin, presidente de Rusia, y aunque mantiene influencia teme perder sus favores. (Reuters)
Roman Abramovich tuvo mucho que ver en el ascenso de Vladimir Putin, presidente de Rusia, y aunque mantiene influencia teme perder sus favores. (Reuters)

Abramovich es el más reservado de todos los multimillonarios rusos en Londres. No ha dado una entrevista en 12 años y medio, según precisó su vocero al rechazar el pedido de Bloomberg. Nunca ha compartido detalles sobre sus propiedades en Aspen (Colorado, Estados Unidos), el sur de Francia, Moscú, Nueva York, St. Barts y Tel Aviv, entre las que se mueve constantemente en uno de sus aviones privados. Pero, a pesar de la negativa de visa, el alma de Londresgrado puede volver cuando quiera a su mansión de Kensington, una propiedad de USD 119 millones.

Tras aterrizar su Gulfstream G650 en Tel Aviv, en mayo, fue a su casa en el exclusivo barrio de Neve Tzedek a esperar la llegada de su pasaporte israelí, con el que puede ingresar al Reino Unido sin visa y permanecer hasta seis meses.

"La situación de Abramovich causó escalofríos en las filas de los rusos ricos en Londres", observó Bloomberg. Citó a Dmitry Gololobov, un abogado ruso que vive en la ciudad y trabajó para Yukos Oil: "Todo el mundo está reduciendo sus riesgos en el Reino Unido. Nadie sabe cómo va a ser escudriñado".

Cuando demoraron su visa en el Reino Unido, Roman Abramovich voló a Israel para obtener su documentación de ciudadano: ahora puede entrar sin visado. (AP)
Cuando demoraron su visa en el Reino Unido, Roman Abramovich voló a Israel para obtener su documentación de ciudadano: ahora puede entrar sin visado. (AP)

Aunque Londres es la capital financiera de toda Europa, atrajo particularmente a los rusos. "Oficialmente, a finales de 2017 había 22.000 millones de libras (USD 28.970 millones) activos propiedad de rusos en el Reino Unido, pero eso no incluye el dinero de entidades offshore", según Bloomberg. "Los activistas anticorrupción dicen que 100.000 millones de libras (USD 131.690 millones) de dinero ruso ingresaron al Reino Unido en los últimos 20 años".

Según los censos, 66.000 rusos viven en territorio británico; otras estimaciones hablan de 150.000. Abramovich era uno de ellos. Y como muchos de ellos se hizo multimillonario en la tumultuosa década de 1990 en Rusia.

Era un ambicioso operador de petróleo que en 1995 se asoció con Boris Berezovsky para comprar la empresa Sibneft durante la ola de privatizaciones tras la desintegración de la Unión Soviética. Berezovsky, notorio oligarca, era parte del círculo íntimo del presidente Boris Yeltsin, y pronto lo incorporó a Abramovich. "En octubre de 1999, cuando Yeltsin evaluaba a quién elegir como su sucesor, Berezovsky envió a Abramovich a San Petersburgo para que asistiera a la fiesta de cumpleaños de Putin, recientemente convertido en primer ministro", citó el artículo a Alex Goldfarb, un confidente de Berezovsky.

Boris Berezovsky fue socio y luego enemigo de Abramovich. Murió en un presunto suicidio que las autoridades de antiterrorismo británicas investigan como homicidio. (Getty)
Boris Berezovsky fue socio y luego enemigo de Abramovich. Murió en un presunto suicidio que las autoridades de antiterrorismo británicas investigan como homicidio. (Getty)

"Abramovich fue decisivo para llevar a Putin al poder", dijo Goldfarb. "Está mucho más cerca de Putin que otros oligarcas que sólo se enriquecen y mantienen la lealtad".

Esa fue la imagen que Berezovsky pintó de su ex socio, cuando perdió los favores del Kremlin, se instaló en el Reino Unido y lo demandó por USD 5.000 millones acusándolo de haberlo estafado en sus acciones de Sibneft. En 2011, ante los tribunales, el hombre que moriría en un aparente suicidio dos años más tarde dijo que Abramovich jugaba en la trastienda del Kremlin; que cuando Putin asumió la presidencia en 2000 le prometió un yate de USD 50 millones y ayudó a elegir a los miembros del gabinete.

"Simplemente tengo amigos que están o estuvieron en el Kremlin", dijo Abramovich, en una inusual entrevista, en 2003.

En 2005 Moscú dio el visto bueno a la venta de Sibneft a la estatal Gazprom, por USD 13.000 millones. "Por entonces Abramovich ya había comprado el Chelsea, algo que muchos observadores de Rusia percibieron como una póliza de seguro en caso de que alguna vez Putin se volviera contra él como había hecho con otros oligarcas", señaló Bloomberg.

El ex espía ruso Sergei Skripal y su hija Yulia sobrevivieron a un envenenamiento con el agente nervioso ruso de grado militar Novichok.
El ex espía ruso Sergei Skripal y su hija Yulia sobrevivieron a un envenenamiento con el agente nervioso ruso de grado militar Novichok.

En marzo, días después del envenenamiento al que sobrevivieron Skripal y su hija (aunque no una mujer que quedó expuesta al agente nervioso militar llamado Novichok) la policía de Londres encontró el cadáver del empresario ruso Nikolai Glushkov, con marcas de estrangulamiento. "Los agentes de antiterrorismo investigan esta muerte como un homicidio", informó Bloomberg. "El gobierno revisa las muertes de otras 14 personas en el Reino Unido por vínculos con Rusia". Entre ellas, el suicidio de Berezovsky.

La primera ministra Theresa May anunció el boicot de la familia real a la Copa Mundial de Fútbol y la expulsión de 23 diplomáticos. También denunció que dos rusos, Alexander Petrov y Ruslan Boshirov, habían ingresado el Novichok y realizado los ataques. El Kremlin lo negó. Entonces May anunció que se revisaría el programa de visas de inversores, y los trámites de ciudadanos rusos quedaron congelados. Entre ellos, el de Abramovich.

Al mismo tiempo los Estados Unidos impusieron sanciones económicas a siete oligarcas rusos; según dijo a Bloomberg David Kramer, quien se ocupó de Rusia en el Departamento de Estado de George W. Bush, hay una lista de otros candidatos a sanciones futuras.

El magnate ruso compró al Chelsea en 2003 pero podría tener que desprenderse de su obsesión.
El magnate ruso compró al Chelsea en 2003 pero podría tener que desprenderse de su obsesión.

"Personas cercanas a Abramovich dicen que ha comenzado a reestructurar sus posesiones para tratar de proteger sus activos en caso de que los Estados Unidos lo sancionen", señaló la publicación. Durante más de una década el millonario mantuvo el 30% de Evraz, el gigante ruso del acero, junto con dos socios, Alexander Abramov y Alexander Frolov, "pero en septiembre separó sus acciones en una compañía aparte".

También vendió el 0,05% de las acciones de Crispian Investments, entidad que posee una parte de MMC Norilsk Nickel PJSC, a su antiguo socio David Davidovich, y se quedó con el 49,95% de la propiedad. "Si fuera sancionado, tener menos del 50% de una empresa evitaría que se la incluyera automáticamente", explicó el artículo.

Además de esas presiones, Abramovich se preocupó por dos decisiones del parlamento británico. En enero, los legisladores aprobaron una herramienta para que la Agencia Nacional Penal incaute los activos que se sospechan adquiridos con fondos ilícitos y solicite a sus propietarios que expliquen cómo pudieron comprarlos. Y en mayo votaron a favor de una ley de sanciones nombrada por el abogado Sergei Magnitsky, quien murió en una cárcel de Moscú en 2009 luego de denunciar un enorme fraude impositivo que implicaba a funcionarios.

Roman Abramovich, el alma de Londresgrado, ha dejado de ser visto. (REUTERS/Toby Melville)
Roman Abramovich, el alma de Londresgrado, ha dejado de ser visto. (REUTERS/Toby Melville)

"La gente que conoce a Abramovich dice que si todos estos factores lo llevan a abandonar el Chelsea, no lo hará alegremente", según Bloomberg. "El equipo se ha convertido en una obsesión". Todas sus propiedades tienen pantallas en casi cada rincón para ver los partidos; hasta su misteriosa salida de la escena londinense solía asistir a los partidos con sus amigos y sus guardaespaldas. Él en persona ha administrado el club, evaluado pases y entrevistado entrenadores.

Aunque no logró ganar dinero —el Chelsea sólo dio ganancia, antes de impuestos, en 2014—, no le importó: según sus socios, Abramovich ve el club como su legado. Y ahora, que ni siquiera se acerca al estadio, teme que "ese premio se le escape", concluyó el artículo.

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