Miles de civiles huyeron en estos últimos días de los bombardeos del régimen sirio en las zonas controladas por los rebeldes en el sur del país, ante el temor de una ofensiva militar de envergadura.
Esta escalada ocurre mientras que en la zona meridional de Siria, que incluye las provincias de Deraa, Quneitra y Sueida, tiene lugar un alto el fuego desde julio de 2017, tras un acuerdo entre Rusia, Jordania y Estados Unidos.
Según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH), más de 12.000 sirios huyeron desde el martes de localidades situadas en el este de la provincia de Deraa, controlada en gran parte por los rebeldes y blanco de los bombardeos de las fuerzas de Bashar al Assad.
"Por tercer día consecutivo, miles de sirios huyeron (…) en medio de la intensificación de los disparos de artillería y de bombardeos aéreos de las fuerzas leales al régimen que causaron 20 muertos en 72 horas, de ellos 14 civiles y seis combatientes", manifestó a la agencia AFP el director del OSDH, Rami Abdel Rahman.
"Se dirigen hacia localidades protegidas de los bombardeos, cercanas a la frontera con Jordania", añadió.
De acuerdo a Mohammed Ibrahim, un militante en la zona, "pueblos enteros han quedado vacíos".
"Miles de personas abandonaron su domicilio en las localidades de Basr al Harir, Hirak, Msika y también en el este de Maliha, por miedo a los bombardeos", agregó.
Deraa no está lejos de los Altos del Golán sirios, en la frontera con Israel. La provincia está dividida entre diferentes grupos rebeldes, que controlan cerca del 70%, las fuerzas del régimen y el grupo Estado Islámico, que tiene una presencia marginal.
Cuna de las protestas de marzo de 2011, Deraa está en la mira del régimen desde que sus fuerzas aseguraron el mes pasado el conjunto de la capital y sus alrededores, tras la expulsión de los últimos rebeldes y yihadistas.
Hay negociaciones en marcha en las que participan varias potencias regionales e internacionales para determinar la suerte de esta provincia, así como de la vecina Quneitra, controlada en su mayoría por los rebeldes.
Bashar al Assad aseguró recientemente que la opción militar sigue estando sobre la mesa. Desde hace semanas, se acumulan refuerzos militares a las puertas de la provincia.
Por otra parte, Estados Unidos advirtió la semana pasada que se llevaría a cabo una acción "firme" si el régimen rompía el alto el fuego en el sur del país.
El centro de reflexión International Crisis Group alertó sobre "otra catástrofe humanitaria" en caso de nuevas tensiones, según un informe publicado el jueves.
"Estados Unidos, Rusia y Jordania, que negociaron el alto el fuego (…) en 2017, tendrían que prolongar urgentemente esta tregua en vista a una solución" diplomática, afirmó.
Con información de AFP
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