El día que un presunto narco mexicano cayó en Brasil en pleno mundial del 2014 por su amor al “Tri”

José Díaz Barajas ya tenía todo listo. Él y su familia acababan de llegar al Aeropuerto Internacional Tom Jobim de Río de Janeiro sin saber que autoridades locales y de EEUU les seguían sus pasos de cerca

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La afición de José Díaz Barajas por el futbol lo llevó al lugar del que siempre estuvo huyendo. (Jovani Pérez)
La afición de José Díaz Barajas por el futbol lo llevó al lugar del que siempre estuvo huyendo. (Jovani Pérez)

Faltaba solo un día para que México se viera cara a cara con la todapoderosa selección brasileña en la ciudad de Fortaleza. Apenas era el segundo encuentro de la verdeamarella comandada por Neymar Jr. en el Mundial de 2014, organizado en su propio territorio.

Quedaban cinco partidos para que el mundo entero presenciara aquella paliza histórica que los alemanes le dieron a los locales en el estadio Mineirão. La selección mexicana, mientras tanto, llegaba con la misma ilusión de siempre a la justa mundialista, acrecentada por su reciente victoria frente a Camerún.

José Díaz Barajas ya tenía todo listo. Él y su familia acababan de llegar al Aeropuerto Internacional Tom Jobim de Río de Janeiro. El plan del día siguiente era asistir todos al partido entre Brasil y México para apoyar al ilusionado “Tri”, que en buena parte gracias a la actuación de Memo Ochoa conseguiría sacar un inesperado empate sin goles contra los favoritos.

Pero lo que Díaz Barajas no sabía era que desde su llegada al país sudamericano las autoridades cariocas y estadounidenses ya lo tenían en la mira. Según las fuentes de la Policía Federal, Barajas fue detectado desde el viernes 11 de junio cuando ingresó en un vehículo a territorio brasileño por la frontera de Foz de Iguazú, desde Argentina.

Ese día Memo Ochoa fue la figura de al escuadra mexicana. (Reuters)
Ese día Memo Ochoa fue la figura de al escuadra mexicana. (Reuters)

Entonces, las autoridades brasileñas avisaron al gobierno estadounidense sobre la presencia de Díaz Barajas en el país tras haber corroborado en sus sistemas la información que salía automáticamente con el registro de su pasaporte. El mexicano de 49 años era buscado en Estados Unidos por haber enviado cargamentos de metanfetamina (cristal) desde la ciudad de Guadalajara.

Mientras las autoridades de ambos países tramitaban la orden de detención y vigilaban de cerca al presunto narco mexicano, sobre todo por si en algún momento se reunía con otros criminales brasileños, éste y su familia se aventuraban rumbo a Río de Janeiro para de ahí volar a Fortaleza, donde jugaban los aztecas. Los agentes de la Policía Federal detectaron que se habían hospedado en un hotel ubicado en Leblón, un barrio de clase alta en la ciudad carioca.

Ni siquiera intentó cambiar su identidad

“Después de algunos días quedó claro que estaba aquí para ver el Mundial con su familia”, explicaría después el coordinador del Centro de Coordinación Internacional de la Policía Federal, Luiz Dorea Cravo. “Sabíamos que tenía entradas para el partido; podríamos haberle detenido en el estadio, pero era más barato hacerlo en Río”, explicó el oficial.

Las autoridades brasileñas detectaron al mexicano desde su entrada al país (REUTERS/Christian Rizzi)
Las autoridades brasileñas detectaron al mexicano desde su entrada al país (REUTERS/Christian Rizzi)

Su organización importa productos asiáticos que se procesan en México y se exportan a Estados Unidos”, explicó un portavoz de la policía, quien detalló que el narcotraficante, pese a que mantenía un perfil bajo, ni siquiera se había molestado en intentar disfrazar su identidad para viajar pues había presentado “documentos auténticos para entrar en el país, porque pensaba entrar en el país, porque pensaba que nadie le estaba buscando”.

Conseguimos vigilar los pasos de este mexicano en Brasil. Por medio del Ministerio de Justicia solicitamos una orden de prisión al Supremo Tribunal Federal, que fue expedida el sábado 14 de junio”, dijo a la prensa Cravo Dórea, entonces coordinador general de Cooperación Internacional de la Policía Federal brasileña.

Tras su detención en el aeropuerto de Río, frente a sus hijos de 17 y 29 años y decenas de pasajeros que esperaban abordar sus vuelos, el mexicano fue trasladado a la cárcel Ari Franco.

Hasta ahora se desconoce qué sucedió con Díaz Barajas después de su detención.

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