De acuerdo a datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) en 2020 residían en México 15.1 millones de personas de 60 años o más los cuales representan al 12% del total de la población del país, no obstante, no todos los adultos mayores que habitan en el país reciben ingresos por concepto de pensiones, jubilaciones o programas sociales.
Información del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) apunta a que las pensiones por jubilación y los apoyos por programas sociales, fueron el principal ingreso de la población de 65 años o más en 2018.
Sin embargo, solo siete de cada 10 adultos mayores de 65 años o más están pensionados o reciben apoyos gubernamentales, lo que ha derivado en un grave problema de pobreza en este sector específico de la población.
La población de adultos mayores de 65 años y más presenta una mayor incidencia de pobreza, por ello, desde una edad temprana resulta pertinente comenzar a contar con un ahorro que pueda ayudar a las personas a tener una vejez digna y sin contratiempos económicos.
Una de las formas más viables para alcanzar una cantidad de dinero considerable que cubra las necesidades de las personas en su vejez a través de sus pensiones son las Afore (Administradoras de Fondos para el Retiro) las cuales contemplan una parte del salario del trabajador, así como las posibles aportaciones del patrón o del gobierno.
Aunque dichas Afores contemplan parte de los salarios de los trabajadores que están afiliados a alguna institución de seguridad social como el IMSS o el ISSSTE, existen medidas que pueden aumentar considerablemente el monto de retiro de sus respectivas pensiones, tal es el caso del ahorro voluntario.
De acuerdo al Gobierno de México el ahorro voluntario es la reserva adicional que realizas a tu cuenta individual de Afore para aumentar el monto de tu pensión. Esta medida es un factor importante para calcular la suma que se percibirá de pensión, sin embargo, también influyen el sueldo actual y el tiempo que se ha cotizado.
Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), la esperanza de vida en México es de 75 años, pero regularmente las pensiones se calculan con un margen de error de cinco años más. Bajo esa premisa y de acuerdo a una calculadora de Profuturo, una persona con un sueldo aproximado de 15 mil pesos y que ha trabajado 10 años cotizando al IMSS, tendría que ahorrar 2 mil 600 pesos mensuales para obtener una pensión de 10 mil pesos al término de su vida laboral.
Por otro lado, una persona con un sueldo aproximado de 18 mil pesos y que ha trabajado 20 años cotizando al IMSS, tendría que ahorrar 5 mil pesos mensuales para obtener una pensión de 10 mil pesos al momento de su respectiva jubilación.
Para ahorrar dicha cantidad mencionada también se podrá acumular un porcentaje adicional de ingresos mediante aportaciones voluntarias y otros instrumentos financieros, como inversiones, pagarés, préstamos y seguros de ahorro, entre otros, pues esto ayudará a la generación de mayores rendimientos en el futuro.
Es indispensable que todas las personas tomen en cuenta la calidad de vida que quieran tener en su vejez para que con ello administren de forma satisfactoria sus ingresos y ahorros pero también eviten enfrentarse ante problemas financieros a lo largo de su vida.
Resulta entonces importante que las autoridades pongan al alcance de la población herramientas financieras mediante programas de vinculación, difusión y uso de la tecnología, las cuales les ayudarán a tomar decisiones acertadas para mejorar su bienestar presente y futuro.
SEGUIR LEYENDO: