Tras concretar el Brexit, Reino Unido analiza sus opciones comerciales, encontrando una atractiva posibilidad en el Tratado Comercial México-Estados Unidos-Canadá (T-MEC).

De acuerdo con una fuente anónima de Bloomberg, lo anterior se volvió una opción para Boris Johnson, primer ministro de Reino Unido, al reconocer que no podría establecer un acuerdo bilateral con Estados Unidos a corto plazo.

Y es que al salir del Brexit, se dijo que uno de los beneficios sería concretar un acuerdo comercial con EEUU; sin embargo, al ver la negativa de Joe Biden, y estar bajo presión por las próximas elecciones generales, Boris Johnson busca conseguir un acuerdo, a toda costa, para demostrar que el golpe más fuerte en política exterior que Gran Bretaña ha tenido en 50 años valió la pena.

Por eso, unirse al T-MEC se convirtió en una opción que se estaría discutiéndose en reuniones privadas. Otra optativa del país europeo es hacer acuerdos pequeños con Estados Unidos en temas como el libre flujo de datos.

Cabe apuntar que de lograr integrarse al T-MEC, el Reino Unido podría encontrarse con varios obstáculos políticos y de procedimiento, como ponerse al día con Downing Street, ya que la UE tiene acuerdos comerciales separados con Canadá y México.

Por otro lado, con la finalidad de sustituir el tratado comercial anterior con la Unión Europea (UE), Reino Unido está llevando a cabo negociaciones simultáneas en todo el mundo. Bloomberg aseguró que hasta el momento ha alcanzado acuerdos con la UE, Japón y Australia, así como otros acuerdos de continuidad comercial.

Reino Unido también ha presentado una solicitud formal para unirse al Acuerdo Amplio y Progresista de Asociación Transpacífico (CPTPP, por sus siglas en inglés), un pacto de libre comercio entre 11 países de la Cuenca del Pacífico, en tanto que los funcionarios esperan un acuerdo para fines de 2022. Reino Unido quisiera que Estados Unidos se una también al CPTPP, dijo el informante de Bloomberg.

El índice de precios al consumo (IPC) del Reino Unido se situó en agosto en el 3,2%, frente al 2% del mes anterior, el mayor incremento desde 1997, informó la Oficina Nacional de Estadísticas (ONS, por sus siglas en inglés) el pasado 15 de septiembre.

La inflación, que va a la alza, respondió a un ascenso en los precios de los alimentos y las bebidas no alcohólicas, así como los de los juegos electrónicos, restaurantes, hostelería y el sector recreativo, añadió la Oficina de Estadísticas.

Los expertos han anticipado que la inflación subirá este año y puede llegar al 4% a finales de 2021. El IPC se coloca por encima del 2% que el Banco de Inglaterra prefiere mantener.

“En agosto se produjo la mayor subida de la inflación anual mes a mes desde que se introdujo la serie hace casi un cuarto de siglo”, afirmó Jonathan Athow, responsable de la ONS.

La ONS puntualizó que el aumento del IPC en agosto puede ser algo “temporal” debido a que el coste de comer afuera fue más caro el mes pasado que en el mismo periodo del año anterior, cuando el Gobierno subvencionó comidas en los restaurantes para activar la economía.

Esa fue una medida para hacer frente a la crisis provocada por la pandemia del coronavirus. El organismo explicó que este incremento se debe a los “efectos de base” debido a los precios “relativamente bajos” durante el año pasado como consecuencia de la pandemia.

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