“Policía asesino, mataste a mi amigo”, acusaron a oficiales de disparar a un niño de 12 años en Guanajuato

Cristian Giovanni, un niño de 12 años, murió tras un altercado entre sus familiares y policías, en Irapuato, Guanajuato.

Familiares del menor de edad acusaron a los policías de de abuso de la fuerza, en un operativo por un presunto robo de un tinaco denunciado por una ex integrante de la corporación, en la colonia Ampliación las Américas. En el altercado, además lesionaron a un adolescente de 17 años, al disparar presuntamente hacia familiares y vecinos que reclamaban su proceder.

El asesinato del niño motivó ya una movilización de los vecinos y familiares, entre ellos niños, para reclamar justicia y el castigo al responsable de la muerte de Cristian Giovanni. Aunque la respuesta oficial del Secretario de Seguridad Pública, Pedro Cortés, ha sido la de exculpar a sus agentes al decir que “no se sabe quién disparó”, la Fiscalía del Estado ya inició una investigación por la muerte del niño.

La versión oficial de la Secretaría de Seguridad Pública Municipal niega que alguno de los policías hubiera efectuado disparos durante la detención de la pareja, ocurrida el 31 de mayo, y sostiene que las personas “se pusieron agresivas” con los preventivos cuando éstos acudieron “a atender el reporte del robo de un tinaco”.

Sin embargo, los diversos testimonios de familiares, vecinos y los propios padres de Cristian refieren que, además de haber realizado las detenciones de manera arbitraria, uno de los elementos “se soltó disparando como loco”, y las balas alcanzaron al menor y a otro adolescente de 17 años, quien sobrevivió y está hospitalizado.

Cristian quedó herido y fue internado con daños en un riñón; al día siguiente sufrió complicaciones, después de una cirugía, y falleció el 1 de junio por la noche.

La pareja detenida dijo haber visto cómo, en el trayecto de la colonia Ampliación Américas, los patrulleros hicieron un alto, los cambiaron de unidad, y al policía que disparó le proporcionaron balas de una de sus armas para que las repusiera, en lo que pareció ser una estrategia para ocultar su participación en la muerte del niño.

El incidente se originó cuando una mujer de nombre Juana B., vecina de la colonia y quien fue agente de la policía municipal, acudió a la casa de la abuelita de Cristian para reclamar a los padres del menor el supuesto robo de un tinaco de su propiedad.

La mamá del niño le aclaró que había comprado el tinaco sin saber que era robado, y ofreció devolverlo. “Mi hermana no se negó a entregar el tinaco”, narró una mujer que estuvo presente, y aseguró que aquella pidió que se dirigieran a su casa, ubicada en una calle contigua, para entregarles el tinaco.

Personal administrativo de la dependencia se presentó con la familia de Cristian y ofreció hacerse cargo de los gastos del sepelio. Los familiares rechazaron el apoyo y prefirieron salir a pedir la cooperación de sus vecinos.

Con un grupo de niñas y niños al frente, fueron a protestar a las oficinas de la policía municipal con pancartas y globos blancos. “¡Policía asesino, mataste a un niño, mataste a mi amigo!”, se escuchó gritar a los menores frente a la sede de la corporación municipal.

Después de la misa de cuerpo presente y antes de llegar al panteón para sepultar al menor, el cortejo acudió a la Fiscalía regional para exigir justicia.

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