Irónicamente, la pandemia de coronavirus (COVID-19) trajo buenos dividendos a México en cuestión de remesas. De acuerdo con el Banco Mundial, en 2020 el país captó USD 43,000 millones, lo que significó un aumento de 9.9% con respecto al año anterior.
En su reporte “Resistencia. La crisis del Covid-19, con el foco en la migración”, expertos de la organización multinacional especializada en finanzas y asistencia explicaron que la entrada histórica de remesas se debe a tres factores:
1- La fuerte depreciación del peso mexicano frente al dólar que abarató la compra de bienes, servicios y activos en México. Cabe mencionar que en 2020, el peso fue 29% más débil.
“Muchos municipios en México que solían recibir remesas por canales informales arrojaron aumentos en la apertura de cuentas bancarias desde el inicio de la pandemia”
2- Un cambio en los canales de envío de remesas, de informales a formales, ante el cierre de los negocios y fronteras por la pandemia. Antes del cierre de fronteras, se solía realizar envíos de efectivo que puede pasar de mano en mano.
3- La resistencia de los sectores donde se emplean los trabajadores mexicanos en Estados Unidos, que pese al cierre de negocios, eran de carácter esencial y pudieron conservar sus empleos. Se refiere en específico al sector de alimentos y agricultura.
Y es que tanto para México, como para El Salvador, Guatemala, Honduras y Jamaica, cerca del 95% de las remesas provienen de migrantes que trabajan en la Unión Americana.
“Mientras la Covid-19 sigue devastando las vidas de las familias en todo el mundo, las remesas continúan siendo vitales para las personas pobres y vulnerables”, comentó Michal Rutkowski, director mundial del Departamento de Prácticas Mundiales de Protección Social y Trabajo del Banco Mundial.
En este sentido, México fue el país que más recibió remesas en 2020 en América Latina y el tercero a nivel mundial, tan solo por detrás de India (que registró USD 83,100 millones) y China (tuvo USD 68,400 millones), superando a las Filipinas y a Egipto.
Basándose en esta hipótesis, los expertos estimaron que este 2021 podría reducirse el flujo de remesas en el planeta entero al reabrirse las fronteras, pero matizaron que los envíos pueden moderarse. México es identificado como un país de ingreso medio.
Por otra parte, el Banco Mundial (BM) prevén que los flujos de remesas a América Latina aumenten 4.9 por ciento en 2021 y en 4% en 2022, pues los flujos de remesas a están altamente correlacionados con el ciclo económico de Estados Unidos y una disminución en el desempleo entre los trabajadores hispanos en los EEUU.
La mayoría de los trabajadores migrantes de Colombia, Perú, Cuba, Bolivia, Nicaragua, Haití, México y Venezuela trabajan en sectores fuertemente afectados por el confinamiento tales como servicios, hoteles y restaurantes.
Cabe mencionar que en los últimos meses ha incrementado la oferta laboral para los inmigrantes en EEUU, pues ante la crisis económica, el gobierno de Joe Biden amplió las ayudas a los desempleados estadounidenses, quienes por ahora tienen derecho a recibir US$300 a la semana, que se suman a las prestaciones ya vigentes en cada estado.
De esta forma, se está manteniendo a algunos ciudadanos norteamericanos fuera de la fuerza laboral, pero no durará por siempre.
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