No sólo Félix Salgado: Bejarano, Gordillo y Bartlett en la lista de los ‘impresentables’ de AMLO

El apoyo presidencial a Félix Salgado Macedonio en su carrera rumbo a la gubernatura de Guerrero por Morena ha llamado la atención de la opinión pública y de medios de comunicación, dando pauta a críticas con perspectiva de género incluso de los simpatizantes de la 4T.

Tal fue el caso del periodista Julio Hernández López, quien en redes sociales aseguró que Andrés Manuel López Obrador simplemente “no entiende ni respeta” la lucha feminista.

“Grave error de López Obrador al asumir en la mañanera una postura que favorece la candidatura de Félix Salgado. Además de mostrarse como la fuente real de esa candidatura, agravia la lucha feminista a la que no entiende ni respeta”, señaló en su cuenta oficial de Twitter.

Esto porque el senador con licencia de Movimiento Regeneración Nacional (Morena) ha sido denunciado por abusar sexualmente de al menos cinco mujeres, lo cual ha puesto en tela de juicio el perfilamiento de Salgado Macedonio como la mejor opción del partido de cara a las elecciones que se celebrarán este 6 de junio.

Sin embargo, no es el único personaje cercano a AMLO cuyo perfil ha sido cuestionado. Desde su gobierno en el Distrito Federal, ahora Ciudad de México, personas cercanas al político tabasqueño se han visto en acusaciones polémicas que, indirectamente, han manchado la figura del tabasqueño.

El primero de los casos ocurrió en 2004, cuando René Bejarano, entonces coordinador del PRD en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF), fue exhibido en un noticiero en vivo al mostrar una videograbación en la que se le mostró recibiendo grandes sumas de dinero en efectivo, derivando en una serie de señalamientos para desprestigiar la figura de AMLO que se perfilaba como candidato a la presidencia en las elecciones de 2006.

Actualmente, René Bejarano busca una candidatura a una diputación federal por la vía plurinominal, es decir, nadie tendría que votar por él para que regrese a un puesto en el Palacio Legislativo de San Lázaro. Acto que ya fue denostado por el Morenista Alejandro Rojas Díaz Durán.

No obstante, también existen otros actores de la vida pública de México que recientemente se sumaron a la 4T y que cuentan con una historia que ha sido constantemente increpada por periodistas y ciudadanos. En este apartado salen los nombres de Elba Esther Gordillo, quien lideró el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) por más de 20 años, y Manuel Bartlett, actual director general de la Comisión Federal de Electricidad (CFE).

Elba Esther Gordillo Morales llegó a la presidencia del SNTE en 1989 y la dejó hasta el 2013. Fue tres veces diputada federal y senadora por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y con la llegada de Enrique Peña Nieto a la presidencia, se inició una serie de investigaciones en su contra por su presunta responsabilidad en los delitos de lavado de dinero y delincuencia organizada.

Antes de eso, acompañó a cuatro presidentes, dos del PRI y dos del PAN, de la mano con su sindicato para generar peso electoral, pues el gremio de maestros, al ser considerado una de las organizaciones de trabajadores más importantes en la república, podía representar un factor determinante en las elecciones, tanto a nivel local como federal, garantizando la estancia de militantes indeseados en las élites del poder político nacional.

Tras el desencanto que sufrió con el PRI derivado del proceso que mantuvo, decidió apoyar la campaña presidencial de Andrés Manuel López Obrador en 2018, tercer y último intento del tabasqueño por llegar a la silla presidencial.

Por su cuenta, Manuel Bartlett Díaz es un político de carrera larga que inició su carrera en la vida pública de México en 1962 al ser el secretario auxiliar de Javier Rojo Gómez, secretario general de la Confederación Nacional Campesina. Ese mismo año fue asesor de la Dirección de Estudios Hacendarios de la Secretaría de Hacienda y entre 1963 y 1964 se trasladó a estudiar un posgrado en Estrasburgo, Francia.

A su regreso en diciembre de 1964, el presidente Gustavo Díaz Ordaz nombró a Carlos A. Madrazo como presidente nacional del PRI, Bartlett se unió a Madrazo y lo nombró su secretario particular. De este punto en adelante, el poblano prosperó ampliamente en su carrera como político dentro del partido político hegemónico; sin embargo, el periodo de mayor relevancia fue durante la presidencia de Miguel de la Madrid.

Miguel de la Madrid Hurtado gobernó México de 1982 a 1988 y durante todo ese tiempo, Bartlett Díaz fue titular de la Secretaría de Gobernación (Segob), teniendo a su cargo la extinta Dirección Federal de Seguridad (DFS), agencia cuya función era recabar información de actividades subversivas o terroristas en el territorio nacional; sin embargo, también era señalada como el instrumento de espionaje para los políticos de oposición y de llevar a cabo prácticas violatorias a los derechos humanos.

En la década de los 80 hubo investigaciones periodísticas a cargo de Manuel Buendía que señalaba una presunta cooperación entre la DFS con el Cártel de Guadalajara. Hubo quien también insinuó una relación entre el asesinato de Manuel Buendía con esas publicaciones. De igual modo, se señaló a integrantes del órgano de la Segob como supuestos involucrados en el asesinato del agente de la DEA Enrique “Kiki” Camarena; sin embargo, la versión oficial señaló otra cosa.

Finalmente, en 1988, Manuel Bartlett, fue el encargado de declarar la famosa “caída del sistema” en la que se le otorgó la presidencia a Carlos Salinas de Gortari en vez de a Cuauhtémoc Cárdenas, quien señaló fraude electoral, pero nunca lo pudo comprobar, pues las boletas electorales permanecieron bajo la custodia del Ejército Mexicano y posteriormente fueron quemadas.

Hoy día, Manuel Bartlett es de las personas de confianza de AMLO, pues está a cargo de la CFE, una de las principales empresas generadoras del Estado y encargada, en gran medida, de promover el proyecto energético de López Obrador en su administración.

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