López Obrador visitará la tierra del Chapo Guzmán en plena fase 2 por coronavirus

El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, continúa con la firme convicción de que el país está preparado para la pandemia del COVID-19 y que una decisión apresurada desataría el “miedo”. “Tenemos recursos y el dinero que se necesite. Y hay organización y mando”, señaló.

En ese escenario de “tranquilidad”, la presidencia difundió la agenda preliminar del mandatario, en la que se contempla una segunda visita a Badiraguato, Sinaloa, el próximo domingo 29 de marzo.

En Badiraguato, donde Joaquín “El Chapo” Guzmán organizó uno de los negocios de tráfico de drogas más lucrativos en la historia moderna de México, López Obrador supervisará la carretera que va hacia el Parral.

“Éste domingo llega a Sinaloa el presidente López Obrador para seguir trabajando juntos por un mejor estado”, confirmó a través de Twitter el gobernador, Quirino Ordaz.

En febrero del 2019, López Obrador viajó a ese municipio, donde notificó sobre la implementación del programa Sembrando Vida, que paga 5,000 pesos mensuales a campesinos para que siembren árboles frutales y maderables.

El anuncio del viaje llega horas después de que el gobierno federal declarara oficialmente la fase 2 de contingencia por coronavirus, lo que significa que el país ya registró los primeros casos de contagios locales de COVID-19.

En Sinaloa, hay tres casos confirmados del virus, uno se localiza en Los Mochis y dos en Culiacán. Además, existen 11 pruebas en tránsito, catalogados como sospechosos.

Desde que se desató la crisis sanitaria en todo el mundo, el gobierno mexicano ha tratado de minimizar la sensación de miedo. Por el momento las cifras de los afectados le dan la razón, pero el temor de ver lo que sucede en Asia y Europa genera dudas.

Las autoridades sostienen que hay 367 personas afectadas por el coronavirus, desde hace un mes que se registrara el prime caso. Hasta el momento se ha confirmado cuatro fallecimientos. Hay 865 sospechosos, que estarían pendiente de una segunda prueba que exigen las autoridades para confirmarlo.

Desafía medidas sanitarias

En las ruedas de prensa ofrecidas por el subsecretario de salud, Hugo López-Gatell ya se sugirió abandonar los besos y abrazos, siguiendo una norma básica internacional. Pese a ello, el presidente no abandonó sus giras de fin de semana y tampoco los baños de masa de sus mitines.

López Obrador besó aquí y allá, estrechó mano y abrazó a sus fieles para la foto, lo que ha granjeado no pocas críticas. ¿Cuándo van a terminar esas giras? Preguntan los medios, recordándole la vulnerabilidad de las poblaciones que visita.

El 4 de marzo llegó, con seguridad, una de sus declaraciones más irresponsables. Desoyendo las recomendaciones emitidas y la política de “Sana distancia” recomendada por su propio gabinete, el mandatario aseguró a sus millones de adeptos que no pasaba nada por abrazarse.

“Miren, lo del coronavirus, eso de que no se puede uno abrazar; hay que abrazarse, no pasa nada”.

Dos semanas después volvió a causar polémica durante su conferencia matutina, en la que presumió ante los periodistas su escudo protector ante la emergencia del COVID-19 y mostró una serie de amuletos. “Tranquilo y sereno frente a la crisis", especificó.

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