López Obrador y Bolsonaro: distanciados ideológicamente, responden con la misma ligereza ante el coronavirus

Por Shannon Sims y Simone Preissler Iglesias, Bloomberg

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Por Shannon Sims y Simone Preissler Iglesias, Bloomberg

Los presidentes de Brasil y México se están embarcando en una apuesta política que no solo podría exacerbar la crisis del coronavirus en las dos economías más grandes de América Latina, sino también traerles un gran costo personal.

Jair Bolsonaro y Andrés Manuel López Obrador pertenecen a lados opuestos del espectro político, pero ambos han asumido un enfoque relativamente relajado ante la crisis, al resistirse a los llamados a reducir los viajes o alentar el distanciamiento social. En cambio, y tal vez para defender el discurso del “hombre del pueblo” que les permitió ser elegidos, pasaron los últimos días saludando y dando la mano a sus partidarios, lo que envía un mensaje que no concuerda con las recomendaciones de sus propios ministros de Salud.

Bolsonaro, de 64 años, causó indignación en los círculos políticos y médicos el domingo tras asistir a manifestaciones contra el Congreso en Brasilia que, pocos días antes, el mismo mandatario había sugerido que se cancelara debido al riesgo de coronavirus. Las imágenes y el video del evento muestran al presidente saludando a sus seguidores, haciendo choque de puños y sosteniendo sus teléfonos móviles para tomarse selfies.

El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, saludando personas el domingo 15 de marzo. (Foto: REUTERS/Adriano Machado)
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, saludando personas el domingo 15 de marzo. (Foto: REUTERS/Adriano Machado)

Se suponía que el líder brasileño estaba en cuarentena después de que al menos 12 personas que lo acompañaron en un viaje a Estados Unidos, que incluyó una cena con el presidente Donald Trump en Mar-a-Lago el 7 de marzo, dieron positivo por coronavirus. Bolsonaro ha dicho que dio negativo, pero se espera a que se someta a pruebas adicionales en los próximos días. No está claro si los brasileños se infectaron antes de ir a EE.UU. o si contrajeron el virus allí.

De igual manera, López Obrador, de 66 años, ha seguido besando a cientos de personas en la mejilla durante los eventos públicos, y se ha negado a cancelar sus giras y viajes programados. El presidente, conocido como AMLO, ha dicho que los funcionarios de salud de su gobierno le dirán si debe detenerse y en qué momento hacerlo. Durante el fin de semana, AMLO siguió compartiendo fotos en las redes sociales de eventos concurridos a los que asistió.

“Son dos presidentes con ideologías diferentes, pero ambos han llegado al poder criticando la política del establishment”, dijo Mauricio Santoro, profesor de ciencias políticas en la Universidad del Estado de Río de Janeiro. “Esto deriva en una postura que va contra los expertos y, a veces, contra sus propias recomendaciones de salud”.

Estrategia arriesgada

Representa una estrategia arriesgada para Bolsonaro y AMLO, ambos más susceptibles a una infección viral debido a su edad. Bolsonaro, en particular, se ha sometido a una serie de cirugías desde que fue apuñalado en la campaña en 2018. También es una estrategia peligrosa para sus países, que parecen estar retrasados en su respuesta a la crisis.

El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, estrecha la mano de sus partidarios durante una gira por el estado Guerrero, en momentos en que las autoridades de salud instaron a la población a mantener una "sana distancia" para evitar infecciones y la propagación del coronavirus COVID-19, en Xochistlahuaca, México. 14 de marzo de 2020. Presidencia de México / Handout vía REUTERS
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, estrecha la mano de sus partidarios durante una gira por el estado Guerrero, en momentos en que las autoridades de salud instaron a la población a mantener una "sana distancia" para evitar infecciones y la propagación del coronavirus COVID-19, en Xochistlahuaca, México. 14 de marzo de 2020. Presidencia de México / Handout vía REUTERS

Brasil no ha anunciado restricciones de viaje ni cierres de fronteras, y la vida cotidiana en el país continúa de la misma manera que lo habría hecho antes del virus, con playas abarrotadas y bares bulliciosos. Ante la ausencia de una respuesta federal agresiva al brote, los gobiernos estatales han tomado la iniciativa y emitieron algunas restricciones locales. El lunes, algunos líderes políticos brasileños pidieron la destitución de Bolsonaro por haber cometido “un crimen contra la salud pública”.

En México, el gobierno federal anunció ciertas restricciones, como suspender algunos eventos y cerrar escuelas, y ha impulsado el cuidado a las personas mayores. Sin embargo, el gobierno tampoco ha asumido medidas para restringir el ingreso de visitantes de ciertos países. Y durante el fin de semana, el gran festival de música Vive Latino se realizó en Ciudad de México según lo programado.

“En ambos casos, no creo que esto sea parte de una estrategia política sofisticada”, dijo Santoro. “Considero que efectivamente no creen en la gravedad de la pandemia. Se trata más del temperamento y la personalidad de ambos, no creen que sea un problema grave”.

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