“Soldados rasos dispuestos a luchar hasta la muerte”: el nuevo perfil de los cárteles mexicanos

La masacre de la familia LeBarón en la zona fronteriza no sólo mostró el alto nivel de crueldad de los grupos criminales sino también las nuevas características de sus integrantes

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El cártel de la Línea es un ejemplo de los "pequeños ejércitos" del narco en México (Foto: archivo)
El cártel de la Línea es un ejemplo de los "pequeños ejércitos" del narco en México (Foto: archivo)

El reacomodo de los cárteles del narco en México desató una guerra que tiene el objetivo de ganar la mayor parte de territorio posible. En esta nueva etapa, los distintos grupos criminales se han dado a la tarea de reclutar “soldados rasos dispuestos a luchar hasta la muerte”. Un ejemplo son La Línea y Los Salazar, involucrados en la masacre de la familia LeBarón.

Un análisis de la organización internacional Insight Crime, especializada en temas de seguridad, señala que grupos como los señalados de cometer la masacre de la familia Lebarón en Bavispe, Sonora, no sólo muestran un nivel de crueldad superior sino que son un ejemplo de la evolución de pequeñas organizaciones de carácter familiar que al expandirse multiplicaron sus redes financieras, lo que condujo a un aumento de las ganancias y a la militarización de sus actividades de narcotráfico con sicarios dispuestos a llegar a todo por poco dinero.

La importancia de ganar territorio radica en los cobros de plaza que pueden hacer a todo tipo de traficantes, según en análisis.

“Además de asegurar sus áreas de influencia, los carteles también competían por el control de los corredores de tráfico de drogas conocidos como “plazas”. Una vez que gana el control de una plaza específica, el grupo criminal dominante puede empezar a cobrar “piso”, el impuesto que se le cobra a cualquier otro grupo que trafique armas, personas o drogas por dicho territorio. Este sistema de impuestos se convirtió en otra importante fuente de ingresos”, explica la Insight Crime.

Adán Salazar, uno de los cabecillas de Los Salar, es buscado por la DEA por distribuir coca en los Estados Unidos (Foto: DEA)
Adán Salazar, uno de los cabecillas de Los Salar, es buscado por la DEA por distribuir coca en los Estados Unidos (Foto: DEA)

En los meses previos al 4 de noviembre, día del ataque a 17 integrantes de la familia mormona, hubo versiones sobre una escalada de la guerra territorial entre Los Salazar que está vinculado al cártel de Sinaloa y operan en el estado de Sonora, y La Línea, una facción del cártel de Juárez con fuerte presencia en el estado de Chihuahua.

A esta clase de grupos, de acuerdo con el análisis, se les llama “pequeños ejércitos”, por la naturaleza por la forma en la que sin ser grandes cárteles han logrado dominar una zona importante.

Con el tiempo, sin embargo, la estructura de los carteles en México cambió y se volvió menos jerárquica. Estas alas armadas se volvieron más autónomas en cuanto a sus finanzas y en la toma de decisiones. A su vez, esto les permitió expandir sus actividades, de modo que ya no solo proporcionaban seguridad sino que además adelantaban sus propias actividades criminales, como extorsionar a las empresas locales y realizar secuestros. Los Zetas, por ejemplo, eventualmente se separarían del Cartel del Golfo y se transformarían en uno de los grupos criminales más despiadados de México.

El caso de la familia LeBarón

Durante el ataque a la familia LeBarón murieron nueve personas (Foto: Cuartoscuro)
Durante el ataque a la familia LeBarón murieron nueve personas (Foto: Cuartoscuro)

El 4 de noviembre, los 17 integrantes de la familia LeBarón, mujeres y niños de nacionalidad estadounidense, viajaban en tres vehículos cuando hombres armados abrieron fuego contra la caravana. Nueve personas —tres mujeres y seis niños— murieron en el ataque cerca del municipio de Bavispe en la frontera noroeste de México con Estados Unidos

Según The Washington Post, Los Salazar, en Sonora, habían pedido a la familia LeBarón, que vivía en La Mora, que no comprara combustible en el vecino estado de Chihuahua, pues decían que con ello favorecían las finanzas de sus rivales de La Línea.

Por otro lado, de acuerdo con la organización, La Línea temía por la posible incursión de Los Salazar en Chihuahua como una amenaza directa a sus operaciones y por lo tanto decidió enviar un mensaje violento, según el general Homero Mendoza, jefe de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).

Después de atacarlos a tiros, los responsables prendieron fuego a los autos de la caravana de la familia LeBarón (Foto: AFP / Herika Martinez)
Después de atacarlos a tiros, los responsables prendieron fuego a los autos de la caravana de la familia LeBarón (Foto: AFP / Herika Martinez)

Con el ataque, La Línea habría enviado a Los Salazar el mensaje de que ellos controlaban la carretera que parte de Sonora, cruza por Chihuahua y llega hasta la frontera con Estados Unidos. “Estas rutas son vitales para el contrabando de drogas y migrantes y para otras lucrativas economías criminales”.

La familia LeBarón había denunciado durante años la presencia y las amenazas de grupos del crimen organizado en esta anárquica frontera. En 2009, dos de sus familiares fueron secuestrados y asesinados en Chihuahua. Sin embargo, recientemente la familia y Los Salazar convivían de manera pacífica en Sonora.

“Básicamente, consistía en que ‘No los molestamos si ustedes no nos molestan a nosotros’”, dijo un miembro de la familia a The Washington Post, pero todo cambió el día del ataque.

“La guerra territorial por el control de rutas clave para el tráfico y el contrabando en los estados de Chihuahua y Sonora, al norte de México, se ha extendido por más de una década. Pero aunque algunos de los llamados “pequeños ejércitos” del país han surgido y desaparecido, la brutal demostración de fuerza por parte de La Línea contra Los Salazar a expensas de la familia LeBarón indica que ellos podrían ser una pieza fundamental de los planes del cártel de Juárez para recuperar el poder en su antiguo fortín, señala el análisis.

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