Amor y fuga de Auschwitz: la historia de un polaco católico, una prisionera judía, una falsa muerte y su reencuentro, 39 años después

Tras escapar del campo de exterminio nazi, Jerzy Bielecki se unió a la resistencia y Cyla Cybulska creyó que había muerto luchando. Emigró a Estados Unidos, pero sus caminos volvieron a cruzarse

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Jerzy Bielecki muestra fotos antiguas de él y su pareja Cyla Cybulska (Foto: AuschwitzMuseum)
Jerzy Bielecki muestra fotos antiguas de él y su pareja Cyla Cybulska (Foto: AuschwitzMuseum)

En 1944, el polaco Jerzy Bielecki conoció a Cyla Cybulska cuando se desempeñaba como empleado en un almacén de grano del campo de exterminio de Auschwitz, en el que ella también trabajaba. Ambos se enamoraron y comenzaron a salir en secreto. Fue en ese entonces cuando Bielecki comenzó los preparativos para escaparse juntos de los horrores del nazismo.

Para ello, le pidió ayuda a su amigo Tadeusz Srogi, empleado en el almacén de ropa de las SS. Este le proporcionó a Bielecki el uniforme y un pase de las SS para poder abandonar el campo. El plan avanzaba.

Bielecki preparó además seis documentos del mismo tipo en diferentes colores ya que los oficiales de la SS se cambiaban los tonos de los pases utilizados en el campo cada dos días. La impresión de los documentos fue posible gracias al prisionero empleado en la imprenta del campo, que proporcionó a Bielecki los tipos de letra adecuados.

Jerzy Bielecki. Foto AuschwitzMuseum
Jerzy Bielecki. Foto AuschwitzMuseum

Y llegó el día. La fuga tuvo lugar el 21 de julio de 1944, por lo que este miércoles se cumple un nuevo aniversario, el 77.

Por la tarde, Bielecki puso en marcha la última y decisiva parte del plan: solicitó al encargado de las SS en el almacén que lo dejara salir del trabajo por un momento para ir a buscar una salchicha que supuestamente le habían preparado los prisioneros de la carnicería.

El oficial de las SS dudó, pero su propio estómago lo convenció: aceptó con la condición de recibir parte de los embutidos. Luego, Bielecki se dirigió al lugar donde había escondido el uniforme, se cambió y fue en búsqueda de Cyla.

Se presentó como funcionario del Politische Abteilung, el Departamento Político conocido como “la Gestapo de los campos de concentración”.

Llamó a Cybulska con el pretexto de interrogarla y luego la llevó fuera del edificio. Ambos se dirigieron al subcampo del Raisko, donde las mujeres solían trabajar en el sembrado y cosecha de todo tipo de vegetales. Cerca del mismo se encontraba una de las salidas más allá de la gran cadena de guardias. En el puesto de control presentó su pase falso sin generar ninguna sospecha, por lo que pudieron salir fácilmente de los alrededores del campo.

Cyla Cybulska. Foto AuschwitzMuseum
Cyla Cybulska. Foto AuschwitzMuseum

Consiguieron llegar a las afueras de Cracovia, donde se escondieron en diferentes pueblos. Pasado un tiempo, Bielecki se sumó a una unidad de partisanos del Ejército Nacional, en la que luchó hasta el final de la guerra.

En un momento, Cyla recibió la información de que había muerto en combate. Acongojada, abandonó a la familia con la que se refugiaba para emigrar a Estados Unidos para iniciar una nueva vida.

Sin embargo, luego se constató que él no había fallecido y recién volvieron a reunirse 1983. Dos años más tarde, Bielecki recibió la medalla de los Justos entre las Naciones y el título de Ciudadano de Honor del Estado de Israel.

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