La conmovedora gesta de la gallega que defendió su tierra y derrotó a una tropa inglesa invasora

Se llamó María Pita, y tenía apenas 25 años cuando encabezó la resistencia de su pueblo a una invasión inglesa y mató de un lanzazo al hermano de Francis Drake

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Se llamaba María Mayor Fernández de Cámara y Pita. Quedó en la historia como una heroína de la resistencia gallega contra las tropas de Sir Francis Drake.
Se llamaba María Mayor Fernández de Cámara y Pita. Quedó en la historia como una heroína de la resistencia gallega contra las tropas de Sir Francis Drake.

El grito reverbera en la plaza:
–¡Quen teña honra, que me siga!

El grito parte del dolor y la furia de una mujer de apenas 25 años, pero ya cubierta de sangre derramada en la batalla.

Su nombre es largo y acaso imponente: María Mayor Fernández de Cámara y Pita.

Pero en Santiago de Sigrés, aldea a unos once kilómetros de La Coruña, es sólo María Pita.

De padres campesinos. De aquellos que Federico García Lorca definió con bellas y tristes palabras: "Buena gente. Trabajar, sudar, comerse unos panes, y morirse".

De padres tan pobres, que María, para arrimar un plato más a la mesa, y apenas pasados sus quince años, se ha hecho puta.

Pero ahora es el gran día.

Es el tres de mayo de 1589 –hace casi 430 años–, y naves enemigas clavan sus proas en La Coruña.

Las dirige el entonces almirante y antes corsario (pirata con patente de la Corona) sir Francis Drake: una fiera curtida en los siete mares…
¿Qué hacen allí, entre esos desprevenidos gallegos?

Algo sencillo en términos políticos. Parte de la estrategia de la reina Isabel I de Inglaterra para hacer saltar del trono de Portugal a su ex cuñado y fallido pretendiente: Felipe II, rey de España desde 1556 y de Portugal desde 1580.

La tropa inglesa cerca la ciudad, abre una brecha en la muralla, y con Drake a la cabeza se lanza al asalto de la Ciudad Vieja.

Atónitos primero, los coruñeses se unen para defender a su tierra. Con lo que tienen a mano (picos, palas, azadas, garrotes, algunas escopetas, algunos arcabuces…), y sin distinción de sexo ni edad. Pelean los niños, los hombres, las mujeres, los más viejos: todos aquellos con piernas que todavía los sostienen…

En el fragor, la confusión, los gritos, la desigual porfía, un alférez, hermano de Drake, mata a Gregorio de Rocamunde, marido de María Pita.

Que, ciega de odio, le arrebata la lanza coronada por la bandera inglesa… y la clava en el pecho del alférez, mientras que con la otra mano sostiene el cuerpo muerto de Gregorio.

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Caído el hermano de Drake, María lanza su histórico grito:
–¡Quen teña honra, que me siga! (seis palabras que no exigen traducción)

Y todos la siguen. Y los enemigos, quebrados su valor y su misión al ver morir al alférez, huyen hacia sus barcos.

Fin de la batalla. Victoria. Pero María Pita no cesa: reúne a todas las mujeres del lugar para que recojan los cadáveres y atiendan a los muchos heridos.

Brava en la lucha, también la vida la ha endurecido: vio morir a sus cuatro maridos…

El primero, un carnicero que le dio una hija, unas tierras y algunas casas. El segundo, Gregorio de Rocamunde, atravesado por la lanza del alférez: muerto ilustre sin sospecharlo… El tercero, un capitán de infantería que le dio otra hija. Y el último, un funcionario de la Real Audiencia que la dejó viuda en 1613.

Su naturaleza –mujer fogosa si las hubo– acaso reclamaba un quinto marido para su muy activo lecho, pero el funcionario dejó escrito que María sólo recibiría su herencia en tanto no volviera a casarse…

Por cierto, en el testamento habló de casamiento legal, pero no de amantes.
Se supone que los hubo, pero en secreto.

La heroína de la Coruña entregó cuerpo y alma el 21 de enero de 1643.
Tenía 80 años.

El monumento a María Pita en La Coruña.
El monumento a María Pita en La Coruña.

La recuerda un monumento en bronce, de casi diez metros, levantado en la plaza que defendió en aquel sangriento día, y que hoy lleva su nombre.
Se la ve con el brazo derecho blandiendo la lanza de la victoria, mientras con su otra mano trata de sostener el cuerpo sin vida de su marido.

También se llaman "María Pita" un Airbus A340 de Iberia, un autobús de turismo y un hotel coruñés de la cadena Meliá.

Pero nada de eso tiene mayor importancia.

Así como un solo minuto de una vida suele justificarla enteramente, las seis palabras de su grito de batalla cierran el libro de oro.

Y el resto es silencio.