El actor Bradley Welsh, que participó en la segunda parte de la película Trainspotting 2, falleció este miércoles en Edimburgo (Escocia) a consecuencia de varios tiros, según informó este jueves la policía.
Los agentes confirmaron que se ha abierto una investigación por asesinato después de que Welsh, de 42 años, fuera tiroteado sobre las 20.00 horas de ayer y yaciera en la calle con varias heridas graves en la cabeza.
"Su muerte está siento tratada como sospechosa y continúan las pesquisas", señaló la policía de Escocia en un comunicado.
El mismo cuerpo agregó que "los agentes seguirán muy presentes en esa área para ofrecer seguridad a los ciudadanos y recabar información".
Los medios locales indican hoy, por su parte, que el actor falleció tras "un altercado".
Welsh, que interpretó al personaje Doyle en la segunda parte de Trainspotting junto con Ewan McGregor, Ewen Bremmer, Jonny Lee Miller y Robert Carlyle, también estaba involucrado en proyectos de beneficencia en Edimburgo, entre ellos ayudando a jóvenes a mantenerse alejados del crimen.
También trabajó en la serie documental Dyer's Deadliest Men, en la que entrevistaba gángsters y hombres con fama de "duros" en el Reino Unido. Welsh era dueño de un gimnasio de boxeo y durante su juventud fue parte de los hooligans.
Tras recibir disparos en la cabeza la tarde del miércoles, agentes armados y personal sanitario trataron sin éxito de salvar "in situ" la vida del intérprete, que falleció antes de ser trasladado al hospital.
La policía pidió a los vecinos del barrio que permanecieran en sus casas sin salir a la calle mientras patrullaban el área.
Irvine Welsh, escritor y creador del sórdido mundo Trainspotting, lamentó el fallecimiento en su cuenta de Twitter: "Bradley John Welsh, mi corazón está roto. Adiós, mi increíble y hermoso amigo. Gracias por hacerme mejor persona y ayudarme a ver el mundo de manera más amable y sabia"
Bradley John Welsh, my heart is broken. Goodbye my amazing and beautiful friend. Thanks for making me a better person and helping me to see the world in a kinder and wiser way. 💚 pic.twitter.com/3duKqBxvxO
— Irvine Welsh (@IrvineWelsh) April 18, 2019
La característica principal de la obra de Irvine Welsh es su fiel retrato de la clase marginal escocesa, un realismo sucio que suele retratar personajes con problemas de drogas y otros males de la sociedad posmoderna.
La saga de libros de Trainspotting trata sobre varios amigos que se engancharon con la heroína a principios de la década de los años ochenta, precisamente cuando Margaret Thatcher impuso políticas neoliberales que terminaron por provocar huelgas y paros en todo el Reino Unido.
Al mismo tiempo la droga hecha a base de amapola inundó los barrios empobrecidos, en donde vivía la mayor parte de la clase obrera.