Aunque había cerrado sus cuentas de redes sociales previas en enero de 2018, solo unos meses después de anunciar su compromiso con el príncipe Harry, ahora se dio a conocer que Meghan Markle, de 37 años, tenía una cuenta "secreta" de Instagram. Solo la conocían sus personas más íntimas hasta hace unos pocos meses, cuando la cerró después de recibir hirientes comentarios.
Según los últimos informes de los tabloides británicos, la duquesa de Sussex, que está esperando su primer hijo con el príncipe Harry para abril, se sintió "aislada y sola" por las burlas crueles, y cerró el perfil justo antes de Navidad, para "proteger su salud mental".
Según se informa, la duquesa de Sussex quedó muy perturbada por los comentarios en su contra. En declaraciones a The Sun sobre la reacción de Meghan a los mensajes negativos, una fuente admitió que la dejaron muy enojada. "Desde que cerró su Instagram público, había tenido una cuenta falsa para seguir a sus amigos. Hubo algunas cosas realmente viles escritas en las redes sociales y obviamente ella también vio esos mensajes".
La mayoría de los miembros de la familia real británica no tienen cuentas personales en las redes sociales, a excepción de las princesas Beatrice y Eugenie.
Días atrás, un informante había dicho a la revista Us Weekly que la duquesa se siente "frustrada" por no poder expresar sus opiniones en línea como parte de su transición de actriz a duquesa, y considera que las restricciones de la vida real son "debilitantes".
El último informe se produce después de las afirmaciones de que Meghan se sentía "miserable" en su nuevo papel de duquesa, mientras que Harry está "agobiado por la culpa". El año pasado, una fuente afirmó que Harry es demasiado protector con su esposa y madre de su primer hijo, porque "no quería que sufra lo mismo que la princesa Diana".
Además, Markle tuvo que soportar los rumores de una disputa con Kate Middleton después de que surgiera la noticia de que los duques de Sussex se mudan del Palacio de Kensington.
Entonces, hace apenas unas semanas, las fuentes afirmaron que Meghan estaba "harta" de no poder "defenderse" como lo exigen las normas del protocolo real, que guarda un silencio absoluto en medio de rumores de tensión entre las cuñadas.
Sin embargo, desde Kensington han insistido en que no ha habido desacuerdos entre los duques de Cambridge y Sussex, pero admitieron que las parejas son "muy diferentes".
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