Durante la entrega de los premios británicos de la moda en el Royal Albert Hall, la duquesa de Sussex, Meghan Markle hizo una aparición sorpresa que dejó con la boca abierta a más de uno.
Nadie esperaba que la esposa del príncipe Harry hiciera acto de presencia en la ceremonia donde la diseñadora Claire Waite Keller ganó el premio a la diseñadora del año de ropa para mujer.
Pero Meghan Markle llegó vestida de negro y presumiendo su pancita de embarazo para felicitar personalmente a la diseñadora, quien confeccionó el vestido de novia que usó en su boda en mayo pasado en Windsor. Le entregó el premio mientras compartían sonrisas de complicidad.
Markle utilizó un vestido negro de Givenchy de una manga. Con maquillaje sencillo, cabello recogido y zapatillas y accesorios dorados, robó cámara a todo el evento.
Dará a luz en la primavera del 2019, y ya se le puede notar el avance de su embarazo a sus 37 años.
Pero Meghan Markle no la ha pasado bien con la gente que trabaja con ella. Hay versiones que señalan que no es nada fácil trabajar con ella por su mal caracter. Recientemente dio de qué hablar la renuncia de Samantha Cohen, miembro clave del personal de la duquesa en el Palacio de Kensington alimentó los comentarios negativos.
Antes ya se había ido la secretaria personal del príncipe Harry y la asistente personal de Markle, Melissa Touabti, sólo seis meses después de la boda real.
En lo personal, Meghan Markle ha tenido que enfrentar los comentarios de su familia, empezando por la distante relación con su padre, Thomas.
El señor de 74 años se siente excluido de la familia real, pese a sus intentos por comunicarse con su hija a través de textos y cartas, "pero ella y Harry han puesto un muro de silencio".
"Le he suplicado que levante el teléfono. Incluso le entregué personalmente una carta a Doria (madre de Meghan) preguntándole por qué nuestra hija no me habla", añadió.
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