Después del congresista republicano de Florida Mario Díaz-Balart, Ben McAdams -representante demócrata del Estado de Utah- se convirtió en el segundo miembro de la Cámara afectado por el coronavirus. Este jueves, en diálogo con el programa “Today” de NBC, dijo que siente los síntomas como la peor gripe que ha tenido, y señaló que todos los miembros del Congreso que hayan tenido un contacto cercano con él desde el último viernes deberían estar alertas.
“Lo que me dijo el médico de la Cámara es que cualquiera que haya tenido contacto conmigo desde el viernes pasado debería estar alerta y también tomar precauciones”, dijo McAdams en la entrevista con el matutino de noticias. Si bien agregó que no hay muchos miembros del Congreso dentro de esta categoría, remarcó que los pocos con los que tuvo contacto durante estos días deberían ponerse en cuarentena.
McAdams comenzó a sentir síntomas el sábado por la tarde, pero en aquel momento fueron leves. Su médico no creyó que la tos y una fiebre de 37,7° por las que atravesaba hicieran necesario el test de COVID-19. Sin embargo, el cuadro se agravó entre la noche del lunes y el martes, cuando le subió la fiebre a 39,4° y se le afectaron sus pulmones.
“Sentí como si tuviera colocado un cinturón alrededor del pecho, no podía respirar profundo”, dijo McAdams, y entonces su médico le recomendó que se hiciera el test de COVID-19. Por estos días está cumpliendo con la cuarentena junto a su esposa y sus cuatro hijos, sin salir de su casa para no tomar riesgos.
McAdams se sumó al republicano de Florida Mario Díaz-Balart entre los congresistas que contrajeron la enfermedad hasta el momento, y ya son varios los miembros de la Cámara que han dicho que entraron en cuarentena porque tuvieron contacto con alguien que contrajo el virus.
La ausencia de todos estos representantes de la Cámara pone un límite a la capacidad del Congreso para poder funcionar normalmente, tal como aseguró McAdams. Bajo estas circunstancias, se impone un llamado a la reflexión sobre cómo debe continuar el Congreso con sus tareas. El representante demócrata cree que las reglas de la Cámara, que no permiten que los miembros puedan votar a distancia, deberían ser reconsideradas para poder cumplir con las precauciones necesarias.
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