El calvario de la colombiana que lucha por recuperar a su hija secuestrada por su ex novio saudita

Cindy Muñoz envió a la niña de 6 años a visitar a su padre en Turquía. Tenía que regresar el 26 de junio, pero no sabe dónde está. La opinión de Gabriela Arias Uriburu

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Cindy Liliana Avendaño Muñoz junto a su hija Hanna Mia de 6 años de edad.
Cindy Liliana Avendaño Muñoz junto a su hija Hanna Mia de 6 años de edad.

La colombiana Cindy Liliana Avendaño Muñoz denunció al padre de su hija de 6 años de edad por restricción a la libertad física, luego de que este se negara a devolverla a su madre al final de lo que se suponía que iba a ser una breve visita de vacaciones a su familia paterna en Turquía.

Cindy conoció a Abdulrahman Mohammed Alhmami, el padre de su hija, en el año 2011 cuando se fue a estudiar a Inglaterra. Pronto entablaron una relación y comenzaron a vivir juntos.

Al año siguiente -ya embarazada- regresó a Bogotá, mientras que Abdul regresó a Arabia Saudita. Pese a la distancia, continuaron apostando por su relación por el bien de su hija.

El 24 de noviembre del 2012 nació Hanna Mia. Su padre viajó a Colombia un año después para conocerla y en esa instancia tramitó los papeles legales para darle su mismo apellido. Continuó visitándola cada vez con más frecuencia: en los primeros años cada 12 meses y finalmente cada seis durante 30 días.

Luego de 4 años a larga distancia terminaron su relación. Ella ya no lo quería y él se juntó con otra pareja.

“En mi familia siempre fue bien acogido y la relación con la familia de él era muy cordial: mi idea era construir una familia por el bien de mi hija. Hasta sacó la visa de Estados Unidos con nosotros en Colombia”, le dijo a Cindy al periódico El Tiempo. “Aunque terminamos, siempre fui clara: cualquier cosa que pasara con Hanna Mia debíamos decidirlo los dos. Lo incluí en todo: fotos, videos a diario. Además, le inculqué a mi hija el respeto por su padre”.

El año pasado, por primera vez, Cindy autorizó a su hija a viajar a Turquía para visitar a su padre en la casa de su familia. Ella no viajó, dado que ya tenía un nuevo novio y su relación con Abdul había terminado. Luego de algunas semanas, Hanna Mia regresó a Bogotá con su mamá.

El 9 de junio pasado, a petición del padre, Cindy volvió a permitir que su hija viaje a Turquía. Su regreso estaba programado para el 26 de junio, ya que el 1 de julio Cindy y su hermano tenían previsto mudarse con ella a Canadá. Dos semanas después, sin embargo, Hanna Mia no apareció.

Abdul se disculpó por haber perdido su vuelo y prometió devolverla en los próximos días, motivo por el cual Cindy atrasó su viaje a Canadá hasta el 5 de julio. No obstante, los días pasaron y la niña nunca llegó.

“Terminó diciéndome que me llevaba la niña hasta Canadá y yo le creí, así que viaje. Desde el 5 de julio, estoy viviendo en este país, esperando que me traiga mi hija”, dijo Cindy.

Con el tiempo, ante las continuas súplicas de Cindy por conocer el paradero de su hija, su ex novio comenzó a ignorarla. Las llamadas con su hija eran cada vez más cortas y el padre se excusaba alegando problemas de conectividad. “Le propuse de todo: que iba por ella a Turquía, que la trajera a Canadá, que viajara a Estados Unidos, a Colombia. Que mis papás la recogían, pero nada”, explicó la madre desesperada.

<b>“Ya entendí que no tenían intención de devolverla”</b>

Finalmente Abdul confesó sus verdaderos planes: quería llevar a su hija a Arabia Saudí para su nacionalización. “Quizás deje pasar mucho tiempo confiando en la buena fe de ellos y en que sí la iban a regresar, pero ya entendí que no tenían intención de devolverla”, lamentó Cindy.

Sin otro remedio, realizó una serie de denuncias en la Fiscalía, el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar y en la embajada de Turquía, Emiratos Árabes Unidos y Egipto. “Unas las pude hacer por internet, en otras me ayudó mi padre en Colombia, a quien le dejé un poder general notariado. La Interpol también está al tanto de la situación”, explicó.

Desde el pasado 9 de junio que Cindy no ve a su hija. Tampoco sabe dónde está y solo puede hablarle cuando su padre lo permite.

Tengo todo el derecho”, afirma Abdul.

<mark class="hl_orange"><b>La opinión de Gabriela Arias Uriburu</b></mark>

Gabriela Arias Uriburu, una madre que luchó para volver a reunirse con sus hijos
Gabriela Arias Uriburu, una madre que luchó para volver a reunirse con sus hijos

El 10 de diciembre de 1997 -en pleno proceso de divorcio- la argentina Gabriela Arias Uriburu descubrió que su marido se había llevado a sus tres hijos de forma ilegal a su país natal, Jordania. A partir de ese momento comenzó un arduo camino y batalla legal que se convirtió en leading case por los derechos de los niños en el derecho internacional privado. En 1998 fundó Foundchild – Fundación Niños Unidos para el Mundo-, primera ONG dedicada a abordar la restitución familiar por y para el niño.

Consultada sobre el caso de Cindy y su hija de 6 años, Gabriela dijo que son pocas las probabilidades de que la madre logre recuperar a su hija, apuntando a las diferencias intrínsecas entre la naturaleza jurídica de Occidente y la ley islámica, o sharia. “Esto no tiene nada que ver con los derechos humanos, es ius sanguinis [derecho de sangre]”, señaló. “En el mundo islámico el derecho corre a través de la ley musulmana, que no es una ley laica. La ley musulmana está por encima de la laica o la romana”, agregó.

Según Gabriela, lo que una persona occidental puede interpretar como un claro caso de secuestro puede ser al mismo tiempo para el padre de Hanna Mia un “legítimo ejercicio de sus derechos”.

Cuando una madre occidental entra a Medio Oriente en situación conflictiva de pareja, sea por separación o por divorcio, la salida siempre va a depender del padre o la madre musulmana”, afirmó Gabriela. “En territorio musulmán, para salir o para entrar siendo occidental, necesitas la autorización de la parte musulmana”.

Gabriela Arias Uriburu con sus tres hijos
Gabriela Arias Uriburu con sus tres hijos

Con más de 20 años de experiencia luchando por los derechos del niño, Gabriela lamentó que ninguna de las iniciativas legales tomadas por Cindy vayan a ser efectivas. La única esperanza, dijo, es que los Estados intervengan en su favor: “A falta de la voluntad del padre, va a necesitar de todo el gobierno colombiano para volver a ver a su hija. Si no llega a un nivel interestatal no hay solución porque la diplomacia se mueve a través de las buenas relaciones entre los países, en cambio un presidente puede ejercer la potestad que tiene para hacer valer los derechos del niño suscritos en los tratados internacionales”.

Y agregó: “El gobierno de Colombia puede pedirle a otros gobiernos que lo ayuden en el pedido a la monarquía de Arabia Saudita para prevalecer ante este problema los derechos de la niña. Lo que está en juego aquí no es el sufrimiento de la madre, sino los derechos de la niña”. De hecho, cuando ratificó la Convención sobre los Derechos del Niño, Arabia Saudí reservó el derecho de no aplicar la normativa en tanto ella resulte incompatible con el derecho islámico y la legislación interna del país.

Para resaltar la absoluta necesidad de que los gobiernos intervengan para obtener resultados en estos casos, Gabriela destacó que “la única mujer que pudo escapar con los hijos desde Medio Oriente es la hermana del actual rey de Jordania Abdalá II con ayuda de la realeza británica”, lo que demuestra el nivel de influencia que una madre necesita para que su voluntad prevalezca sobre la sharia.

El caso de la princesa Haya de Jordania contra su esposo pidiendo la custodia de sus hijos recayó bajo la jurisdicción del Alto Tribunal de Justicia del Reino Unido. Será fundamental observar cómo deciden los jueces en un caso en el que se enfrentan dos sistemas legales diferentes.

Tiene el potencial de sentar jurisprudencia para que ambas regiones puedan cuidar a los niños”, aseveró Gabriela.

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