El Brexit y su impacto en Oriente Medio

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El eslogan "Get Brexit Done" de los conservadores frente al complejo de convenciones Manchester Central en Manchester, noroeste de Inglaterra, el 29 de septiembre de 2019, en el primer día de la conferencia anual del Partido Conservador (AFP)
El eslogan "Get Brexit Done" de los conservadores frente al complejo de convenciones Manchester Central en Manchester, noroeste de Inglaterra, el 29 de septiembre de 2019, en el primer día de la conferencia anual del Partido Conservador (AFP)

Gran Bretaña continua frenética por el Brexit. El país parece estar experimentando algún tipo de “crisis de mediana edad”. Muchas decisiones económicas y sociales están en espera y los dos principales partidos políticos (Conservadores y Laboristas) están involucrados en amargas luchas internas sobre cómo y cuándo abandonar la Unión Europea (UE).

El primer ministro britanico, Boris Johnson, ha dicho a la prensa que el 31 de Octubre sera un dia clave. Los jugadores internacionales mas relevantes, incluidos Donald Trump, Vladimir Putin y el liderazgo chino, están ansiosos por que continúe el Brexit porque creen que dará como resultado una UE y una Gran Bretaña más débiles, y por lo tanto planean estrategias para su propio poder e influencia global.

Para alentar a Gran Bretaña a romper con Europa, Trump ha afirmado que el Brexit mejoraría la posición de Gran Bretaña en el mundo. Pero eso no es lo que se escucha en privado entre políticos influyentes en Washington.

“Ya hemos degradado al Reino Unido”, dijo en privado un importante asesor de política exterior republicano. De hecho, a menudo se han visto signos de una Gran Bretaña debilitada, lo que fue aprovechado por otros países. Irán, por ejemplo, se apoderó de un barco británico en el Golfo y privó arbitrariamente de su libertad a 23 miembros de la tripulación en julio. El gobierno británico lo llamó “piratería estatal”, pero inicialmente hizo poco en respuesta, aunque anunciaron el 02 de septiembre que estaban enviando drones a la zona.

China continúa rechazando su tratado con una Gran Bretaña que garantiza los derechos y libertades en Hong Kong. Sin embargo, la respuesta británica ha sido tímida. Los observadores han señalado que las críticas a China sobre Hong Kong por parte del primer ministro Boris Johnson han sido más silenciadas que las de los líderes de Australia y Canadá, por ejemplo.

El Reino Unido bien puede seguir inmerso en problemas internos incluso después del Brexit, sobre todo porque muchos en Escocia y quizás también en Irlanda del Norte pueden intensificar sus campañas para separarse del Reino Unido. Ellos ven el Brexit como una forma de nacionalismo inglés, más que como un fenómeno británico y no quieren ser “las últimas colonias de Inglaterra”.

A pesar de todo esto, el Reino Unido sigue siendo una potencia mundial importante. Es uno de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU y tiene (con Francia) uno de los dos ejércitos más fuertes de Europa. Londres seguirá siendo una importante capital financiera internacional.Y las empresas y los medios británicos seguirán teniendo influencia global.

Sin embargo, ¿qué puede ocurrir con el Oriente Medio? ¿Cambiará Gran Bretaña sus políticas después del Brexit?

De alguna manera, tal vez sí. Pero vale la pena recordar que incluso mientras el Reino Unido estaba en la UE, hubo diferencias marcadas en cuestiones clave, sobre todo en la guerra de Irak de 2003. El Reino Unido, junto con Polonia, Italia y los Países Bajos, respaldaron el derrocamiento de Saddam Hussein liderado por los estadounidenses, mientras que Francia, Alemania y otros estados de la UE rechazaron los llamamientos de ayuda estadounidenses.

Sin embargo, sobre las cuestiones de Irán y el tema israelí-palestino, el consenso que Gran Bretaña disfruta actualmente con la UE puede cambiar después del Brexit.

Lo que puede suceder despues del Brexit es que Trump, como parte acompañante de estas negociaciones, pueda requerir que el Reino Unido se encolumne con las posiciones estadounidenses sobre el régimen iraní. Esto agradaría a muchos, tanto en el mundo árabe como en Israel.

En cuanto a Israel, mientras los conservadores británicos permanezcan en el poder, el Reino Unido también puede acercarse a las posiciones estadounidenses después del Brexit en lugar de ser parte del consenso de la UE que a veces es hostil a Israel. Por ejemplo, en su tiempo el ministro del gobierno Michael Gove, sugirió en un artículo para The Times que el Reino Unido debería trasladar su embajada de Tel Aviv a Jerusalén.

En julio, el nuevo ministro de finanzas, Sajid Javid, se convirtió en el primer ministro del gobierno británico en visitar el muro de los lamentos en Jerusalén luego de 19 años. Javid, es un musulmán secular que visitó Israel por primera vez con sus padres pakistaníes para unas vacaciones familiares cuando era un niño. Él es un admirador del Estado Judío, incluso pasó su luna de miel en Israel. Otro ministro de alto rango, el secretario del Interior, Priti Patel (nacido en Londres de una familia ugandesa-india), también es un entusiasta partidario de Israel.

Boris Johnson en el Parlamento británico (Photo by HO / various sources / AFP)
Boris Johnson en el Parlamento británico (Photo by HO / various sources / AFP)

En cuanto al primer ministro Boris Johnson, ha apoyado a Israel en varias ocasiones. Defendió al estado judío en la Oxford Union cuando era estudiante, lo que no siempre era algo popular, y pasó sus vacaciones de verano en un kibutz. Cuando era Secretario de Relaciones Exteriores, condenó al Consejo de Derechos Humanos de la ONU (CDHNU) por su enfoque desproporcionado en Israel, que dijo que era “perjudicial para la causa de la paz”.

En el pasado, en referencia a su variada ascendencia, Johnson se describió a sí mismo como un “crisol de razas en un solo hombre”, con bisabuelos musulmanes, judíos y cristianos. (El abuelo de su padre era el periodista circasiano-turco Ali Kemal; el abuelo de su madre era un erudito judío nacido en Lituania). Pero sus orígenes familiares musulmanes y judíos no son del todo relevantes para su perspectiva de política exterior. De hecho es muy británico. Fue educado en Eton y Oxford, se desempeñó como presidente de Oxford Unión y fue miembro del Bullingdon Club, todas esas instituciones con origen en el corazón del establishment británico.

Lo que probablemente generaría un cambio mucho más dramático en la influencia Británica sobre la política del Oriente Medio después del Brexit, es si el líder de la oposición laborista, Jeremy Corbyn, llegara al poder algun día, lo que podría ocurrir si Johnson convocara una elección anticipada en algun momento.

En el pasado, Corbyn, quien sería, por mucho, el líder izquierdista más radical que Gran Bretaña haya tenido alguna vez, ha sido un firme defensor del gobierno islámico de Irán, así como de grupos terroristas como Hamas y Hezbollah, herramientas financiadas por el regimen irani.

Jeremy Corbyn (Reuters)
Jeremy Corbyn (Reuters)

Corbyn trabajo varios años para Press TV, el canal de propaganda estatal de Irán. Fue un orador estrella en el seminario “La revolución que todo lo abarca”, celebrado en 2014 “para conmemorar el aniversario de la victoria de la revolución islámica en Irán”. Actualmente se le unió Abdolhossein Moezi, el representante personal del líder supremo iraní Ali Khamenei en el Reino Unido.

Sin embargo, cuando la BBC le preguntó sobre su apoyo a Irán a principios de este año, Corbyn respondió criticando a los estados del Golfo. Indudablemente, Corbyn parece admirar a cualquier gobierno siempre que sea anti-americano. En el pasado, escribió un capítulo completo de su libro “anti-imperialismo” en defensa del régimen de Corea del Norte, y expresó su admiración por el ex líder comunista de Alemania Oriental, Erich Honecker.

Incluso hoy, Corbyn encuentra difícil condenar al régimen alawita de Bachar al Assad por sus masacres y la limpieza étnica de los árabes sunitas de Siria, o criticar a déspotas como Nicolás Maduro en Venezuela. Corbyn detesta tanto a Israel como a Arabia Saudita aunque solo sea porque ambos son aliados cercanos de Estados Unidos.

Un gobierno de Corbyn podría ver a Gran Bretaña alejarse bruscamente del consenso de la UE sobre Oriente Medio y, de hecho, adoptar posiciones pro-iranies y favorables a las organizaciones terroristas patrocinadas por los khomeinistas como lo son Hezbollah y Hamás.