Por el miedo a los ataques y al fraude, la participación en las elecciones en Afganistán fue la más baja en 10 años

Los primeros resultados señalaban que poco más del 20% de las personas habilitadas para votar lo habían hecho el sábado, desalentadas por las expectativas de fraude y especialmente por las amenazas de los talibanes, que en los últimos meses han realizado una ola de cruentos atentados

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Se trata de la participación más baja desde el 2009 (EFE)
Se trata de la participación más baja desde el 2009 (EFE)

La participación en las elecciones presidenciales realizadas el sábado en Afganistán parece haber sido bastante inferior a la de años anteriores, debido a la amenaza de ataques terroristas y el miedo al fraude, según se desprende este domingo del primer recuento de votos y de las declaraciones del jefe de la comisión electoral, Maulana Abdullah, quien indicó que apenas 2,2 millones de personas se habían acercado a los centros de votación de un total de 10 millones de electores.

Dieciocho candidatos aspiran a convertirse en jefe de Estado, entre los que destacan el actual presidente, Ashraf Ghani, y su primer ministro, Abdulá Abdulá.

Unos 9,6 millones de electores estaban llamados el sábado a participar en los comicios, que tuvieron lugar después de una campaña electoral marcado por los cruentos atentados terroristas de los talibanes y otros grupos insurgentes.

El ministro del Interior, Masud Andarabi, dio cuenta el sábado por la noche de cinco muertos y 37 civiles heridos en distintos ataques atribuidos a los talibanes.

Los resultados preliminares estarán el 19 de octubre y los oficiales el 7 de noviembre (EFE)
Los resultados preliminares estarán el 19 de octubre y los oficiales el 7 de noviembre (EFE)

La tasa de participación podría ser la más baja en las cuatro elecciones presidenciales celebradas desde la primera, en 2004.

La comisión electoral anunció este domingo por la noche que, según las cifras disponibles, sobre las tres cuartas partes de los colegios electorales (3.763 sobre un total de 4.905), algo más de un 20% de los votantes acudieron a las urnas. A este ritmo la participación final, esperada el lunes, podría girar alrededor del 25%.

El nivel de participación más bajo hasta ahora era de 38% en la primera vuelta de las presidenciales de 2009.

Harun Mir, un investigador independiente de Kabul, restó importancia a las consecuencias de una participación baja y consideró que “el próximo gobierno tendrá un mandato más fuerte que el actual porque las elecciones fueron mucho más limpias que las anteriores”.

Además de los ataques y el fraude, muchos afganos decidieron no votar por haber perdido la fe en el sistema (EFE)
Además de los ataques y el fraude, muchos afganos decidieron no votar por haber perdido la fe en el sistema (EFE)

Miedo a los ataques

El miedo a la violencia de los grupos insurgentes y terroristas y al fraude influyó en la abstención, según muchos testimonios de ciudadanos.

Los talibanes habían multiplicado las advertencias, para disuadirlos de acudir a las urnas. Al cerrar la jornada reivindicaron 531 atentados en todo el país.

El gobierno no proporcionó una cifra y el Instituto de Investigación Afghan Analyst Network (AAN) dio cuenta de más de 400, basándose en las cifras de sus analistas, de observadores extranjeros y de fuentes públicas.

Muchos votantes temían además que se repitieran las irregularidades que empañaron los comicios de 2014.

Una mujer afgana ejerce su voto (Noorullah SHIRZADA / AFP)
Una mujer afgana ejerce su voto (Noorullah SHIRZADA / AFP)

Numerosos observadores estimaron que los del sábado fueron más transparentes y mejor organizados que los anteriores.

La Comisión Independiente de los Derechos Humanos (AIHRC) subrayó “muchos puntos positivos”, como por ejemplo la mejor formación del personal electoral.

Otros se quedaron en casa porque perdieron la esperanza de que las élites mejoren sus condiciones de vida, en un país donde un 55% de la población vivía en 2017 con menos de dos dólares diarios.

El Departamento de Estado estadounidense “aplaudió el valor de los electores afganos” y pidió a las autoridades, según un portavoz, tomar “todas las medidas para garantizar que la elección (...) sea transparente y creíble”.

A la izquierda, el presidente Ashraf Ghani, que aspira a la reelección. A la derecha, Abdullah Abdullah, el principal candidato opositor. De fondo, un comando talibán
A la izquierda, el presidente Ashraf Ghani, que aspira a la reelección. A la derecha, Abdullah Abdullah, el principal candidato opositor. De fondo, un comando talibán

La campaña electoral se vio afectada por las recientes negociaciones entre Estados Unidos y los talibanes sobre la retirada de las tropas estadounidenses.

El presidente estadounidense Donald Trump las interrumpió repentinamente a principios de septiembre, cuando parecía inminente la conclusión de un acuerdo. Hasta entonces, muchos observadores anticipaban la suspensión de la votación para permitir la aplicación del plan de retirada.

Los resultados preliminares deben ser anunciados el 19 de octubre y los definitivos el 7 de noviembre. Si ninguno de los candidatos recibe más de 50% de los votos en la primera vuelta, se celebrará una segunda.

Uno de los objetivos de estos comicios es que el futuro jefe del Estado tenga legitimidad suficiente para convertirse en un interlocutor ineludible en eventuales negociaciones de paz con los talibanes.

Pero estos últimos se siguen negando a dialogar con el Ejecutivo. “El gobierno títere de Kabul celebró unas elecciones artificiales pero se topó con el fracaso y el rechazo de una vasta mayoría de la nación”, afirmaron los talibanes en un comunicado el sábado por la noche.

Con información de AFP y Reuters

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