El temblor de 7,1 grados del 5 de julio en California fue el más fuerte de la región en los últimos 20 años. Sin embargo, los daños estructurales fueron mínimos y no hubo víctimas mortales.
En otros países del mundo como en México, un terremoto de tal escala ha resultado fatal. El 19 de septiembre del 2017 un movimiento telúrico sacudió las entidades de Puebla, Morelos y Estado de México. El número de personas fallecidas ascendió a 369, y los daños provocados se calcularon entre 4,000 a 8,000 millones de dólares.
Ante el panorama, expertos de Estados Unidos examinaron el daño provocado por el temblor del 5 de julio en Ridecrest. Encontraron, además de una grieta en el desierto que es posible ver desde el espacio, casas móviles se desprendieron del suelo, fugas de gas, incendios en viviendas y torres de chimeneas se cayeron.
También hubieron fisuras en muros que rodean patios de casas y fachadas decorativas dañadas. Pero realmente no encontraron deterioros significativos a infraestructura que comprometieron a construcciones enteras, ni lesiones o muertes de personas. A excepción de un hombre que se encontraba debajo de su automóvil arreglándolo, y que quedó atrapado después de que el vehículo se resbalara de la plataforma que lo sostenía.
Janiele Maffei ingeniero estructural de la Autoridad de Terremotos de California quedó sorprendido, por lo que realizó un estudio sobre cuáles fueron los factores que ayudaron a que el desastre provocado por el terremoto fuera mínimo.
Especialistas determinaron que principalmente se debió a la novedad de la ciudad. Muchas de las casas del desierto de Mojave, en donde ocurrió el temblor, fueron construidas en los años ochenta. Es decir, tienen menos de 50 años de vida.
Las estructuras, al ser tan recientes, no fueron construidas con mampostería no reforzada, pisos blandos, concreto frágil ni estructuras "sueltas". Para la década en la que la ciudad tuvo su apogeo, los métodos de edificación ya eran más conscientes y resistentes.
Además, el epicentro se dio a 16 kilómetros de Ridgecrest. El movimiento telúrico se percibió fuerte debido a que ocurrió en una falla terrestre que ocasionó olas temblorosas en todo el territorio aledaño, pero la lejanía influyó en el poco en el deterioro de la ciudad.
Igualmente, las autoridades señalaron que si el epicentro del temblor hubiera estado más cerca de ciudades grandes con edificios altos o antiguos, probablemente habrían existido derrumbes, "Tomas un 7.1 y lo pones en la falla de Hollywood o Newport-Inglewood en Long Beach; vamos a ver niveles de daño sustancialmente diferentes", declaró Ken O'Dell, presidente de la Asociación de Ingenieros Estructurales.
A diferencia del caso mexicano hace dos años. La destrucción que hubo, principalmente en la Ciudad de México, se debió a que la distancia del epicentro fue muy cercana a la capital del país (menos de 150 kilómetros), y la profundidad del temblor fue poca (50 kilómetros), según dijo Arturo Iglesias, investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México a El País.
Además, las zonas que golpeó el terremoto eran urbanas, con grandes edificios, construcciones antiguas y mucha población.
Sin embargo, en el caso de California, aunque estos factores no son característicos de la ciudad, los expertos tampoco consideran que Ridgecrest sea una zona fuera de peligro. "Todavía tenemos edificios peligrosos, y todavía tenemos un código de construcción que no es óptimo y no protege a la sociedad tan bien como podría", dijo Keith Porter ingeniero de terremotos de la Universidad de Colorado.
Por lo que sugirió poner más atención en la estructura de los edificios, y las normas de construcción. Además de tomar medidas preventivas como atornillar muebles, estantes y gabinetes de cocina.