La Patrulla Fronteriza en la estación de Ajo, Arizona, detuvo a una mujer que ingresó a los Estados Unidos de manera ilegal junto con su hijo de ocho años.
La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus iniciales en inglés), publicó un video que muestra a Coyotes armados con fusiles AK-47, conocidos en América Latina como "cuernos de chivo", escoltando a los migrantes mientras atraviesan la valla fronteriza.
"Agentes de la Patrulla Fronteriza asignados a la estación de Ajo aprehendieron a una mujer y su hijo de ocho años después de observar que sujeto armados los escoltaron para que ingresaran a los Estados Unidos en el este de Lukeville, Arizona, la noche del sábado", indicó en un comunicado la agencia.
"Las cámaras de la Patrulla Fronteriza registraron a varios hombres armados con rifles de asalto escoltando a la madre y al niño… Los hombres armados dejaron a los migrantes en un área comúnmente usada por los traficantes de personas para ingresar ilegalmente a un número masivo de centroamericanos".
La crisis migratoria sigue generando tensión entre los Gobiernos de los Estados Unidos y México. Este miércoles el presidente Donald Trump dijo que las autoridades mexicanas no hacen lo suficiente para detener el flujo de migrantes que dejó un número récord de arrestos en marzo.
"Una caravana muy grande de más de 20.000 personas se inició en México. Se ha reducido en tamaño por México, pero sigue llegando. México debe detener al resto o nos veremos obligados a cerrar esa sección de la frontera y llamar al Ejército", expresó el mandatario a través de Twitter.
"¡Los Coyotes y los cárteles tienen armas!", agregó el republicano.
El gobierno de México ha denunciado que bandas criminales de Coyotes o "polleros" están organizando a las caravanas centroamericanas para fomentar la industria ilegal del tráfico humano.
Un reportaje de The New York Times indicó que los traficantes cobran hasta USD 6.000 por pasar a una persona, aunque se han reportado casos de abandono en el desierto y extorsión de los propios Coyotes.
Ante esta circunstancia, el presidente confirmó el envío de militares armados a la frontera sur para que se sumen a las labores que ya ejercen miles de efectivos de la Guardia Nacional.
Los Estados Unidos tienen desplegados ya unos 6.000 militares en la frontera con México como consecuencia de la voluntad de Trump de marcar músculo ante la llegada de varias caravanas de inmigrantes indocumentados el año pasado.
Dadas las limitaciones legales de su misión, los soldados se han dedicado a reforzar la valla fronteriza que separa los EEUU y México y a ayudar a la Patrulla Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) en el transporte de suministros.
A principios de abril, Trump cedió en su amague por clausurar la frontera con México, al afirmar que dará al país vecino un año para detener el flujo de drogas o, de lo contrario, impondrá aranceles a sus automóviles antes de decidir si clausura la zona limítrofe.
El gobernante reconoció entonces que su amenaza de gravámenes podría interferir en el renovado acuerdo comercial entre los EEUU, México y Canadá, conocido como T-MEC y pendiente de ratificación por los poderes legislativos de los tres países.
México ha virado en su política migratoria en coincidencia con las exigencias de Trump. El lunes desarticularon por primera vez una caravana migrante de más de 2.000 centroamericanos y arrestaron a más de 300.