Por qué los ricos sienten menos compasión que el resto de las personas

Ante imágenes de niños enfermos de cáncer, las personas adineradas mostraron una reacción fisiológica mucho más leve que las personas de clase baja. La dificultad de entender al otro y una ética menor también se destacaron en los estudios

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Un especialista de la Universidad de Berkeley encontró menos compasión a mayor dinero (Istock)
Un especialista de la Universidad de Berkeley encontró menos compasión a mayor dinero (Istock)

En la Universidad de California en Berkeley, el profesor Dacher Keltner ha estudiado durante mucho tiempo la naturaleza de las emociones y la interacción social en relación con el poder. Descubrió lo que dio título a su libro sobre el tema, La paradoja del poder: "Se le da poder a alguien y se vuelve menos compasivo, y le habla a los colegas de una manera descortés, y es vulnerable a las tendencias que nos hacen acosar a las mujeres", explicó a Berkeley Wellness. Y hace unos diez años comenzó a documentar esas mismas diferencias en un grupo derivado, los ricos.

"¿Y adivinen qué? Los ricos son realmente distintos de ustedes y de mí", escribió Patt Morrison en Los Angeles Times al presentar su diálogo con Keltner para su podcast, en el que describió que las personas adineradas no solo tienen menos compasión, sino que comprenden menos las emociones de los demás. "Les muestras un video de niños en hospitales y tienen una respuesta fisiológica más débil", ilustró.

"Hemos hecho estudios en los que medimos la actividad en el nervio vago, que se extiende desde la base del cerebro al abdomen y es el nexo fisiológico de la compasión", dijo. "Cuando está activo, la mayoría de nosotros sentimos una expansión del afecto, ese sentimiento que tenemos cuando nos conmovemos".

Las diferencias en las reacciones de los ricos se midieron en la actividad del nervio vago (Istock)
Las diferencias en las reacciones de los ricos se midieron en la actividad del nervio vago (Istock)

Uno de los estudios mostró imágenes de niños enfermos de cáncer a estudiantes universitarios de distintos orígenes socioeconómicos. Los de clase baja tuvieron una fuerte respuesta del nervio vago; en cambio, la respuesta fue escasa entre los estudiantes adinerados. "En todos los estudios que hemos hecho —agregó Keltner— los pobres muestran una respuesta mayor del nervio vago".

Midió también otras cosas, que tienen que ver con tendencias éticas: "Hallamos que la gente de clase alta tiende más a mentir en un juego de azar para ganar dinero. Tienden más a tomar dulces de un cuenco aunque sepan que es para niños. Tienden más a aumentar la velocidad en una zona con peatones cuando alguno está por cruzar la calle", enumeró.

Cuando comentó públicamente los resultados, recibió mucha hostilidad en respuesta. "Para la gente es difícil pensar en la naturaleza del privilegio, el hecho de que si uno nace en un un entorno rico eso tendrá un impacto profundo en cómo le va a uno en la vida. Y se trata de uno de los datos económicos más robustos: los niños de los ricos van a escuelas ricas, viven en barrios ricos y obtienen empleos para ricos. Simplemente no ven al resto del mundo".

El aislamiento entre pares y los mitos sobre los méritos marcan la visión de los ricos (iStock)
El aislamiento entre pares y los mitos sobre los méritos marcan la visión de los ricos (iStock)

Sus estudios entre los estudiantes universitarios mostraron también que aquellos que provienen de las clases altas tienen "explicaciones casi esencialistas sobre cómo la gente llega adonde está en la escala social". Le llamó la atención que surgiera esa idea tan antigua. "Antes de que los médicos y los políticos supieran que una bacteria causaba la tuberculosis, le echaban la culpa a los pobres, porque eran los que más se enfermaban. Antes de la microbiología la teoría médica prevaleciente era que la tuberculosis tenía algo que ver con el carácter de los pobres".

Aunque no se correspondan con la realidad, los mitos sobre el éxito en los Estados Unidos tienen fuertes raíces: "La gente grande llega alto", ilustró a Los Angeles Times. "Nos contamos historias sobre el éxito y el ascenso y los talentos especiales que nos permitieron entrar a tal escuela o hacer tal cosa. Pero nuestro trabajo de laboratorio realmente lo cuestionó".

Al mismo tiempo las investigaciones pusieron en duda "los mitos complementarios, que los pobres son pobres porque no se esfuerzan o no tienen carácter o no lo intentan", dijo a Morrison. "Nuestros estudios dicen que en realidad en las comunidades más pobres hay tendencias éticas profundas y que los pobres, en promedio, tienen 1,2 empleos solo para subsistir".

“Para la gente es difícil pensar en la naturaleza del privilegio”, dijo Dacher Keltner (Istock)
“Para la gente es difícil pensar en la naturaleza del privilegio”, dijo Dacher Keltner (Istock)

También la noción de la importancia simple del dinero se cambia, por algo más parecido al poder. "Si uno pertenece a una familia en el nivel de pobreza en los Estados Unidos, y vive con USD 28.000 por año, obtener un aumento de USD 1.500 significa mucho: zapatillas nuevas, mejor comida. Pero si uno gana USD 1 millón y de pronto recibe otros USD 100.000 en el año, no afecta mucho su bienestar personal".

La dificultad de comprender los sentimientos de los otros, agregó, también se deriva de tener mucho dinero. Cuando alguien es pobre alguna vez tiene necesidad y otra vez ayuda a otro con necesidad. "Las ciencias sociales nos muestran que cuando uno es pobre escucha más, tiene más compasión y cree en una distribución más igualitaria de los recursos. Se comparte. Pero cuando uno no lo necesita, no comparte".

De eso surge, además de cierta forma de aislamiento, "una tremenda desigualdad social, que es lo que vemos hoy", agregó Keltner. "Pero en nuestro país la mayoría de nuestros líderes políticos, al igual que quienes influyen en ellos, son ricos. Y en general, cuando más ricos son, menos se interesan en políticas que ayuden".

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En cuanto al poder, distinguió: "Queremos que nuestros líderes sean asertivos, pero también que sean un poco más compasivos. Pero en este momento, ¿qué hay que hacer para llegar en este mundo?", preguntó. "Hace falta una mezcla. Por eso [el presidente Donald] Trump, de algún modo, ha sido una figura polarizadora, porque le habla a estas diferentes formas de pensar el poder".

Y en cuanto al dinero, concluyó, sus hallazgos sobre la menor compasión y la menor ética "tocaron una fibra, desafiaron la ideología cultural de lo que significa ser exitoso en los Estados Unidos".

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