Voodoo Doughnut, una pastelería especializada en rosquillas con distribución en distintos puntos de los Estados Unidos, ha organizado numerosas veces el concurso Tex-Ass Challenge, en el que se compite para ver quién come una doughnut colosal, equivalente a media docena de las regulares, en menos de 80 segundos. Por primera vez, en lugar de una situación humorística, el desafío terminó en tragedia: Travis Malouff, de 42 años, murió asfixiado.
El accidente sucedió el domingo en Denver, Colorado. La causa del deceso, según el forense, fue "obstrucción de las vías respiratorias". Dentro del local dos personas intentaron ayudar a Malouff, pero desconocían la técnica de la compresión abdominal, y el hombre, finalmente, murió a pasos de la entrada.
El padre de la víctima, Curtis Malouff, recordó a su hijo como "una persona llena de energía y con una risa contagiosa". Tenía un espíritu aventurero: "Si había un reto, seguramente lo aceptaba".
Los concursos que consisten en comer muchísimo y a toda velocidad son populares en el país. Ese mismo domingo, Caitlin Nelson, un estudiante universitario de Connecticut, murió también como consecuencia de su participación en un desafío de panqueques.
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