Video cortesía Univision – "Despierta América"
Mark Charles Barnett, de 48 años y con residencia en Ocala, Florida, fue acusado de "posesión de dispositivos destructivos que afectan el comercio" luego de ofrecerle 10 mil dólares a un hombre no identificado para que colocara al menos diez aparatos explosivos entre las góndolas de tiendas Target en Nueva York, Florida y Virginia.
El móvil del terrorista no era político sino económico: suponía que la cadena de atentados provocaría una baja en las acciones y eso le daría una mejor oportunidad de comprarlas, según dieron a conocer fuentes oficiales ayer, jueves.
"Barnett tenía la teoría de que el valor de las acciones de la compañía se desplomaría luego de las explosiones, lo que le permitiría comprar acciones de Target a bajo precio antes de que recuperasen su precio", declaró un oficial de la corte del distrito de Ocala.
Registrado como delincuente sexual bajo libertad condicional por múltiples ataques sexuales, Barnett elaboró las bombas en su hogar para luego entregárselas a su cómplice, junto a una bolsa con guantes, una máscara y un cobertor para la matrícula del carro, según información oficial de las autoridades.
Su intención era colocar los dispositivos explosivos dentro de contenedores vacíos de relleno para pasteles, barras de desayuno y pasta. "Barnett le dijo a la fuente confidencial que no permitiera que los contenedores se sacudiesen dado que estos explotarían". Además agregó que "no matarían a nadie pero que podrían llegar a volarte una mano".
El denunciante de identidad protegida acudió a las autoridades el pasado lunes para entregar los dispositivos, dando por terminado el macabro plan.
Un experto en explosivos determinó que los dispositivos caseros detonables mediante baterías hubieran sido capaces de causar daños a la propiedad, lesiones serias e incluso la muerte de quienes estuviesen cerca de estos al momento de la explosión.
Explosivos de tipo M-5000, baterías y otros elementos sospechosos fueron encontrados en el hogar de Barnett, quien en caso de ser condenado enfrentaría hasta 10 años de prisión.
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