Una hora antes que la Selección Mexicana de futbol arribara a Doha para la participar en el Mundial Qatar 2022 había apenas un aficionado esperando al equipo de Gerardo “Tata” Martino; sin embargo, la comunidad mexicana que reside en el país de Medio Oriente entró en acción y por mensajería instantánea se organizaron para estar en minutos en el hotel de concentración.
Así lo reveló para ESPN Jaciel, un ingeniero que lleva ocho años en Qatar y que evitó una fría llegada de la escuadra azteca.
“Vimos las redes sociales que había pocos aficionados esperando a la Selección Mexicana y nos pusimos de acuerdo por Whatsapp, tenemos un grupo de todos los que vivimos en Qatar y desde hace ocho años estamos esperando este momento. No podíamos dejar a nuestro equipo solo”
Según datos de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), en el país mundialista residen cerca de 600 connacionales, muchos de ellos dedicados a la aeronáutica.
Así, en minutos se pusieron de acuerdo y llegaron en caravana, de más de diez autos, minutos antes de que llegara el autobús del Tri.
“Estoy muy emocionado, el país lleva muchos años preparándose. Estamos contentos, es algo que no habíamos vivido. Lo vengo siguiendo desde hace tiempo, tenemos un grupo de Whatsapp, en el que estamos la mayoría de los que vinimos y nos enteramos que venía para acá, salimos corriendo”, comentó Carlos, otro ingeniero que vive en Qatar desde hace algunos meses.
En las próximas horas se espera que al menos 60 mil connacionales lleguen a esas tierras para alentar a la selección, que desde 1994 ha logrado superar la primera fase, aunque se han quedado en octavos de final.
“Es un orgullo tener a nuestra selección en Qatar. De voz en voz nos enteramos, gracias a la embajada, porque había un aficionado y México necesita apoyo”, narró Ingrid Barrera, que lleva siete años en Qatar y asistió a la bienvenida.
El equipo de Marino se hospeda en lujoso hotel que está a 50 kilómetros del centro de Doha.
Por qué los mexicanos invadirán Qatar aunque no ganen
A pesar de la crisis económica y del mal momento que vive la Selección Nacional, las playeras verdes, los sombreros de paja y las caras pintadas de tricolor inundarán las calles de la sedes donde jugará la escuadra azteca, siendo una de las hinchadas más numerosas, aunque este gran apoyo no necesariamente harán que superen los octavos de final
Para Ricardo Trujillo Correa, académico de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), este fenómeno tiene que ver con la identificación, pues para estos aficionados lo más importante no es el resultado en la cancha ni el gasto que represente asistir al estadio, sino la emoción de acompañar a su Selección. Así lo explicó en un artículo publicado en la Gaceta UNAM:
“No tienen definido qué harán ni en qué hotel estarán. Y, en ocasiones, lo que piensan es que no importa, ‘ya veré qué hago’, dónde se hospedarán, aunque sea en una banca. ‘No sé cómo lo voy a pagar, ya lo veré después, aunque venda mi coche. Aunque me corran de la casa’. Todo eso no importa. No es un cálculo racional, sino más bien tiene una lógica emocional”
Trujillo Correa señaló que esta identificación también se relaciona con una forma de vida inmediatista: “Nos inventamos actividades y tiene que ver con que en los pueblos hace un siglo trabajabas duro todo el año y tenías un sólo día de festividad para disfrutar y desahogarte. Esta oposición entre el trabajo intenso y la diversión es el mismo mecanismo. Trabajamos mucho y nos damos estas festividades para desprendernos de todas las limitantes con la realidad y fantasear con la fiesta”.
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